Ciudad de México.- La masturbación femenina es, probablemente, una de las herramientas más poderosas de reapropiación corporal, prueba de ello, es la sólida cadena de mujeres en la historia que convirtieron el placer en una forma de liberación, siendo la prueba más palpable, Cleopatra VII de la dinastía Ptolemaica, la última gobernadora del imperio egipcio a quien se le atribuyen historias fantásticas como por ejemplo, la creación del primer vibrador en la historia de la humanidad.
Una caja fálica que tenía la posibilidad de ser rellenada con furiosas abejas que rebotaban con fuerza en las paredes del contenedor produciendo así, una vibración lo suficientemente fuerte como para asemejarse a los juguetes sexuales de batería contemporáneos. Una invención que había surgido como un masajeador para el dolor de las articulaciones y que, posteriormente, Cleopatra había convertido en un dildo.
Nacida en Egipto, Cleopatra heredó el trono luego de la muerte de su padre, Ptolomeo XII y a partir de aquí, las narraciones sobre esta gobernadora han oscilado entre el mito urbano, la hipersexualización y la fantasía alimentada, en su momento, por la propaganda romana y en la actualidad, por el trabajo cosificador de la industria del cine.
¿Realmente Cleopatra abrió la puerta para crear un primer diseño de vibrador sexual? El internet está inundado de esta historia y que alimenta la imagen de una Cleopatra «insaciable por el sexo» como se lee en la cabeza de un portal de origen español y que permite cuestionar hasta dónde el placer y el goce continuará bajo el yugo de la perversión patriarcal.
Para reconocer qué tanta certeza hay sobre este presunto aparato y qué ha secundado esta idea, Cimacnoticias rastreó la «Encyclopedia of Unusual Sex Practices» escrito por Brenda Love, una sexóloga checa que daría la vuelta al mundo en 1992 luego de publicar esta obra que compila las prácticas y tradiciones sexuales más inusuales -o torcidas- alrededor del globo. Desde un sáfico erotismo, hasta la descripción explícita de la misoginia y el abuso contra infancias o animales.
Es precisamente aquí donde se fuga la primera información: Cleopatra usaba un dildo con abejas en su interior. Según se aborda en esta Enciclopedia, Cleopatra pegaba esta caja a sus genitales para conseguir placer, sin embargo, al consultar alguna de las fuentes primarias sobre, de dónde nace esta historia, no hay respaldo sólido sobre lo que escribe Love.
Eso sí, existe otro sexólogo considerado el «gurú» en lo que respecto al sexo y su mirada como un fenómeno social es ampliamente reconocida a nivel global, se trata del francés Philippe Brenot quien escribió «La historia del sexo» una historieta ilustrada por Laetitia Coryn, y que narra la conexión entre la sexualidad y la evolución humana.
En esta obra, Brenot realiza un recorrido antropológico desde las grandes culturas de la humanidad como Babilonia, Grecia, Egipto y Roma, así, va narrando algunos pasajes y prácticas interesantes sobre la familia, el sexo y la religión, siendo una de las protagonistas principales, la misma Cleopatra.
En este documento que, según sostiene, posee una fuerte solidez por parte Brenot, se dedica una página completa a la gobernadora egipcia. Aquí, lo que suma (a diferencia de Love) es que da un par de detalles más, como por ejemplo, que no se trataba de una caja, sino de un rollo hecho con papiro.

Así, los únicos referentes documentales que se tienen de esta historia fantástica de una Cleopatra gozando de su cuerpo son estos dos, sin embargo, no existe otro registro histórico, ni se cuenta con hallazgos arqueológicos que constaten que esto realmente sucedió hace más de dos mil años, lo que bien podría poner evidencia que, con tantos años de historia, lo único que de fe a este hecho sea un libro de hace 30 años y un cómic francés.
Aún con la fuga informativa tan grande sobre Cleopatra y el vibrador con abejas, la única certeza para amarrarse a esta historia son esas 2 publicaciones, sin embargo, más allá del mito, no queda espacio para la duda de que la faraona representa una de las figuras femeninas más poderosas que convirtió el placer en una forma de pertenecer(se).
Un repaso: Cleopatra la libre
La figura de Cleopatra se ha convertido en objeto de consumo, un proceso histórico que inició con el imperio romano donde era profundamente aborrecida por ser mujer y gozar de tanto poder, según sostiene una de las teorías de la historiadora Mary Hamer en su obra «Las señales de Cleopatra: una lectura histórica de un ícono«, donde precisamente, aborda la manera en que esta figura ha sido descrita por los hombres.
Amante, astuta y ninfómana, y demás adjetivos que divulgan información falsa, sobre sus aventuras sexuales con centenares de hombres, abonan a las narrativas contemporáneas donde se pueden encontrar revistas o pornografía para consumo; la hipersexualización de un personaje histórico nunca había sido tan dramatizada.

Aún con registro de otros mandatarios, artistas o figuras romanas o egipcias que llevaban la depravación al extremo como Virgilio, el peso histórico lo carga Cleopatra; sin evidencia alguna, su personalidad tiende a ser exagerada y los mitos sobre ese «apetito voraz» por estar hombres, sólo terminan por abonar a narrativas violentas y poco claras sobre quién era esta mujer y cómo resistió a la violencia patriarcal que, según el ojo de los romanos, sólo podía obtener lo que deseaba gracias a su cuerpo o su perversa astucia.
En un artículo publicado por la BBC, Mary Hamer explica que en aquel entonces, los romanos no podían tolerar la figura de Cleopatra quienes comenzaron a difundir leyendas sobre la quebrada moral de la faraona, su audacia por seducir a los hombres e historias absurdas sobre su sexualidad, incluso, sobre su muerte.
La leyenda colectiva sostiene que Cleopatra, entre sus arrebatos propios de «una mujer«, decidió terminar con su vida a causa del amor, sin embargo, la faraona cometió suicidio luego de que Egipto cayera ante los romanos; según sostiene Hamer, se intentó exhibir a Cleopatra por todo Roma como señal de la superioridad del emperador Augusto, sin embargo, la faraona eligió morir antes de ser expuesta ante el pueblo que tanto la repudió.
Recordando a Cleopatra y la lucha vigente por el placer
Maestra en historia, geografía, zoología, astronomía, matemáticas, literatura, política y economía, Cleopatra fue clave para sostener al país y abonar en el combate del hambre, mejorando los sistemas alimentarios y de salud, pero también, su figura continúa siendo bastión por la liberación sexual, pues aunque muchas historias estén plagadas de fantasías e información sesgada, muchas otras, sobre su placer y manera de estimular su autocuidado sexual, tienen mayor certeza.
Si bien no se puede asegurar de manera absoluta que fue la primera mujer en utilizar un vibrador, sí se puede apuntar a que este personaje se mantiene vigente y es recordatorio clave de la evolución de los juguetes sexuales, la apuesta por el placer femenino y el combate al rol de género que condena el cuerpo de las mujeres a la sumisión y la vergüenza.
Actualmente, hablar de juguetes sexuales va más allá de un plano estrechamente sexual, sino que adopta nuevas posibilidades por reconocer nuestro territorio, según registra una de las páginas más populares Platanomelón, los vibradores y succionadores de clítoris van arriba en el número de ventas, pero también, permite producir nuevas estrategias para realizar la masturbación a solas basado en lo que se desea; qué cosas incomodan y qué otras hacen sentir bien.
A través de entrevistas, se recomienda el juguete sexual idóneo. Como esto, existen diversos espacios para acceder a estos aparatos que han dejado de ser objeto satanizado -o probable leyenda de burla entre los romanos-, para ser una revolución sexual lejos del falocentrismo.
La apuesta de los vibradores, succionadores o dildos (no consoladores*) es comprender el placer desde una manera no – masculina, apostar por el autoerotismo e incluso, se han convertido en aliados para mujeres.
Roxana Pacheco, activista por los derechos de las mujeres con discapacidad, explica en entrevista con Cimacnoticias que los juguetes sexuales pueden tener una función rehabilitadora para las mujeres con discapacidad motriz; aquí ya no se habla de placer, sino de algo que va más allá de esto y palpa nuevos terrenos y usos para las mujeres en su diversidad.
De esta forma, con vibrador relleno de abejas furiosas o no, la lucha por disfrutar del cuerpo y tirar en contra de los mandatos patriarcales del placer, aún se mantiene vigente y desde diferentes espacios, las mujeres han convertido el autoerotismo en una manera de ejercer el autocuidado; la libertad sexual y la masturbación femenina ha dejado de ser para el consumo de otros y con ello, se da un gancho al patriarcado, mismo que acosó a Cleopatra y que hasta nuestros días, pretende continuar mercantilizando con el autoerotismo de las mujeres.