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Mujeres lideran combate a la contaminación por plásticos

Levantarse temprano, desayunar, salir a cosechar hierbas, frutos, flores y hortalizas, regresar y encerrarse en un laboratorio que más bien parece el espacio de un alquimista entre morteros, probetas, matraces, embudos, alambiques y mecheros, son parte de las actividades que realizan gran parte de las mujeres que aparecen en el primer Directorio Nacional de Iniciativas Libres de Plástico 2025, de Greenpeace México, ideado para contrarrestar, desde el consumo y la contaminación por plásticos.

Así es un día de trabajo de Karla Campos, quien en medio del bosque en el estado de México, prepara pócimas y extractos botánicos para mantener su línea de productos de cuidado personal, o de Erica Berthelsen, fundadora del primer restaurante cero basura (zero waste) en México, quien desde hace dos años cuando abrió su restaurante, no para en experimentar con fermentos, jarabes, deshidratados, vinagres, caldos, composta, entre otras formas de aprovechamiento integral de los alimentos.

(Karla Campos):
De acuerdo con datos de EY Future Consumer Index, el consumo en México muestra una tendencia hacia la sostenibilidad y el consumo consciente. Entre las prioridades de los consumidores, el segundo lugar aparecen los productos locales y con un compromiso ambiental. Foto cortesía Somos Tierra.

Como ellas, más de 500 mujeres participan en el Directorio con diferentes proyectos ambientales, desde tiendas ecológicas, restaurantes y empresas, hasta talleres de reuso y reparación de artículos. En su mayoría se trata de proyectos de pequeña escala, familiares, autogestivos o cooperativas que contribuyen además del cuidado de los recursos, al impulso de las economías locales.

Aunque en su origen, el Directorio no se concibió como una herramienta de o para mujeres, los datos que arrojó la investigación, fue que más del 95 % de estas iniciativas están lideradas por ellas, ya sea como dueñas, fundadoras, inversoras o creadoras.

“Es algo que nos sorprendió, aunque no mucho, porque a pesar de que la mayoría de nuestros socios son hombres, las mujeres son las que más participan e interactúan con nuestros contenidos en redes sociales, dándonos ‘like’, haciendo preguntas o dando propuestas. Por ejemplo, a la fecha, las mujeres duplican la cantidad de personas que han firmado nuestra petición para legislar por la regulación de los plásticos de un solo uso”, comentó en entrevista Ornela Garelli, campañista de Océanos sin Plásticos de Greenpeace México.

Sin restar importancia a la denuncia sobre la producción y comercialización de plásticos parte de las empresas y grandes cadenas de supermercados, la organización ambientalista con presencia en 55 países, diseñó una ruta alternativa: mostrar iniciativas que existen en las ciudades del país y que están haciendo cambios a nivel local para alentar a la ciudadanía a que las búsque, las conozca y las consuma.

“Si bien nuestro enfoque en Greenpeace es el de la responsabilidad de las empresas, la denuncia y la regulación desde la ley, esto no quiere decir que dejemos de lado las acciones directas”, comentó la ambientalista.

Tienda ecológica: En 2024 los productos ambientalmente responsables mostraron un crecimiento tanto en su producción como en el consumo. De acuerdo al informe Perspectivas de la Industria de Productos de Consumo 2024, de Deloitte, el 66% de los consumidores insistirán cada vez más en una industria más sostenible.

La amplia gama de alternativas que presenta el Directorio, a publicarse próximanente, van desde productos agroecológicos, orgánicos o reusables, cosmética natural, reuso de textiles, tiendas cien por ciento cero residuos o con opciones de refill o retorno de envases, restaurantes que hacen composta con sus residuos orgánicos y que no dan desechables, hasta universidades que promueven la reparación y reuso de artículos y bazares de trueques en todo el país.

“Además, muchos de los productos son más sanos, cultivados o producidos de forma ecológica y local, sin huella de carbono como los productos muy empaquetados que luego vienen del otro lado del mundo”, señaló Garelli.

Aunque las principales ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara o Puebla concentran el mayor número de iniciativas, hay otras que destacan por la diversidad de opciones y el trabajo en red, tal es el caso de Querétaro, Mérida, Oaxaca, Cancún o Veracruz.

¿Porqué hay más mujeres liderando proyectos ambientales?

“No quiero romantizar la idea de que las mujeres estamos más conectadas con la naturaleza, no; más bien creo que la forma de emprender de hombres y mujeres es muy diferente. Cuando los hombres emprenden su principal objetivo es hacer dinero, el de las mujeres sí es hacer dinero, pero haciendo algo con propósito, que contribuya social o ambientalmente”, comentó la sonorense Yanelli Barojas, fundadora de Indra Ecosmética, línea de artículos de cuidado corporal, capilar y facil con más de 30 productos naturales 100% libre de envases plásticos.

Yanelli Barojas): Yanelli Barojas, fundadora de la primer empresa mexicana de productos naturales 100% libres de empaques plásticos. Foto cortesía de Indra Ecosmetica.

Las teorías feministas rechazan la postura ‘esencialista’ que atribuye a las mujeres cualidades impuestas culturalmente como las de cuidados no remunerado y protección y, por tanto, más ‘sensibles’ a la naturaleza. El patriarcado como sistema social de dominación atribuye a las mujeres la responsabilidad de ocuparse de la familia, la comunidad y los recursos naturales, imposición que las coloca en situaciones de mayor vulnerabilidad.

El movimiento ecofeminista señala que, en un sistema abiertamente desigual, las mujeres han sido víctimas y heroínas al mismo tiempo y para revertir esto será necesario reformular las relaciones de género, incluida las falsas ideas del “hombre contra la naturaleza” o “el instinto natural de las mujeres”.

Las ecofeministas consideran que es necesario asumir lo que en verdad sucede: que las mujeres responden con mayor rapidez, decisión, colectividad y poder transformador ante problemáticas específicas.

Decisión y transformación fueron elementos vitales para que Erica y su socia Anahí abrieran su propio restaurante en Valle de Bravo, Estado de México.

“Es una extensión de nuestra vida personal, empezamos a vivir sin generar desperdicios en casa hace varios años. Reconocimos la conexión entre la lucha por la tierra, el comercio justo y la igualdad, entonces decidimos que queríamos lanzar un restaurante que cuestionara la forma en cómo consumimos como sociedad”, compartió en entrevista Erica Berthelsen.

Pahua: El concepto de Pahua es nutrir y regenerar en lugar de sólo tomar, se aprovecha absolutamente todo de cada ingrediente. Foto cortesía de Erica Berthelsen.

La experta en economía y ex directora de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres, conocida como la ‘arquitecta del Acuerdo de París’, una de las negociaciones más importantes a nivel mundial contra el cambio climático, destaca otras características:

“He visto que las mujeres son más receptivas a las diferencias de opinión y están acostumbradas a trabajar con ellas y a conseguir resultados fruto de la colaboración y no de la imposición”, comentó en una entrevista para la BBC de Londres, con motivo de su inclusión en la lista de las 100 mujeres más influyentes del 2023.

Christiana Figueres: Desde 1992, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y el desarrollo reconoció abiertamente que el desarrollo sostenible no es posible sin la igualdad de género.

Más de acuerdo no podría estar la Yanelli. Cuando empezó a vender sus productos, una chica le ofreció colocarlos en su tienda ecológica, luego la contactó otra, y así continuó su crecimiento de manera ‘orgánica’. Después buscó inyección de capital, un inversor hombre se interesó en sus productos, pero la condición fue que cambiara el nombre de su marca porque ‘no le gustaba’.

“He creado mi espacio, mi marca para liderarla yo, y sí se me complica que de repente llegue alguien a decirme qué hacer. Quiero que Indra viva mínimo 10 años más, pero no me interesa ser la súper empresaria millonaria corporativa, me gusta la tranquilidad, levantarme y tener un propósito en la vida, no crecer por crecer”, compartió en entrevista.  

Una situación similar vivió Karla. En su camino como emprendedora -término que de hecho no le gusta-, un reconocido mentor de ventas y emprendimientos le dijo que estaba en ‘su momento’, tenía que enfocarse en vender y olvidarse de plantar árboles y cuidar los recursos, ‘todo eso ya lo verás después, ahorita lo que tienes que hacer es vender’, le dijo en aquel lejano 2016.

“Justo eso es lo que no quiero. Lo que hago es porque tengo la convicción de que mis productos ayudan al planeta y a las otras personas, hablamos de aceites ecológicos en un planeta que tiene recursos finitos, entonces no me interesa vender por vender, sino tener productos de calidad sin extraer más de lo que puedo dar. Quiero seguir creciendo libre y feliz, como la naturaleza”, comentó la también antropóloga.

El mundo de la gastronomía también es un campo difícil, no tanto por tener una oferta ecológica, sino por ser mujer. Aunque en la industria restaurantera hay más mujeres, en los puestos de liderazgo los hombres llevan la delantera.

“Ha sido un poco complicado, a veces en reuniones hemos tenido que levantar la voz para ser escuchadas, tomadas en serio y tener el respeto de las personas en esta industria, pero sin duda, el mayor apoyo lo hemos tenido de parte de otras mujeres que también están emprendiendo o que son parte de la cadena de valor, como las productoras locales que son nuestras proveedoras”, comentó Erica.

Desarrollar un producto o un platillo nuevo,  crear formas de aprovechamiento de los recursos, establecer redes de colaboración y diseñar formas disruptivas para generar ventas, todo ello en un sistema estructuralmente disparejo, puede consumir más tiempo del pensado; sin embargo, como lo indican nuestras entrevistadas, “trabajar para y con la naturaleza, con un propósito y convicción, hace la diferencia”.

Un paso adelante, dos para atrás

Datos de la Organización de las Naciones Unidas revelan que cada año, en el mundo se fabrican 430 millones de toneladas de plásticos y más de la mitad son productos de un solo uso como botellas, popotes, cubiertos y contenedores de alimentos.

El combate a esta contaminación inició en el 2017 con la campaña mundial Mares limpios y la primer conferencia mundial sobre los Océanos (ONUC, por sus siglas en inglés). Desde entonces los gobiernos del mundo se han dado a la tarea de legislar para prohibir o regular la producción y consumo de estos plásticos.

En México, entre el 2018 y 2019 hubo un ‘boom’ contra los plásticos de un solo uso y el unicel. A nivel legislativo, se aprobaron nuevas leyes y en los comercios empezaron a comercializarse bolsas reusables, también en esta época florecieron marcas de artículos libres de empaques en presentaciones sólidas, como shampoos, cremas, desodorantes, entre otros. Muchas de las propuestas del directorio nacieron justo en esta época.

Luego, llegó la pandemia y, pese a que en un primer momento la gente entendió la importancia de cuidar los ecosistemas y prometió ser más consciente con sus hábitos de consumo -incluso se habló de una nueva normalidad-, por cuestiones de higiene y el propio encierro, el consumo de plásticos repuntó.

Activistas Greenpeace: Desde el 2018 Greenpeace México trabaja para combatir la contaminación plástica en los ecosistemas marinos, como playas, costas y océanos.

Las cifras no mienten. La Asociación Nacional de Industrias del Plástico en México (ANIPAC) reportó que, al cierre del 2022, hubo un crecimiento en segmentos como el de envase y embalaje equivalente al 45%.

Por su parte, datos del Primer Inventario Nacional de Fuentes de Contaminación Plástica elaborado por la Semarnat (2023), indican que en el país, cada habitante consume al año 66 kilos de plástico. Un consumo per cápita que casi duplica el registrado en la Unión Europea, que es de 36 kilos por habitante.

“Nuestro trabajo, ahora y después de la pandemia ha consistido en demostrar a la ciudadanía la necesidad de tener un cambio de hábitos para dejar atrás la cultura de los desechables que es un problema que tiene su origen en el diseño de productos, concebidos para ser desechables luego de consumirlos”, señaló Garelli.

Nuestras entrevistadas coinciden en este retroceso. La mayor venta de Indra Ecosmética es en línea. Antes sus clientes solicitaban los envíos incluso sin etiquetas, era más exigentes con los plásticos y el cartón, ahora ya no.

En la tienda ecológica de Somos Tierra, ubicada en la Ciudad de México, Karla también observa un comportamiento más relajado y si bien, no ofrece plástico, las bolsa de papel sí son solicitadas aunque no se requieran.

“Decidir en qué vas a consumir, considerando las vidas y entorno que impactas en el proceso, es una de las acciones más tangibles que podemos tomar como individuos”, compartió Erica Berthelsen, al tiempo de indicarnos que en su restaurante no hay pedidos a domicilio, justo para evitar los contenedores, y aunque existen biodegradables, la idea es no generar residuos.


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