Ciudad de México.- En una jornada compleja y dividida, la bancada de Morena ha elegido en la Cámara de Diputados a su representante ante el Instituto Nacional Electoral con 115 votos, eligieron a Ernesto Prieto Gallardo, diputado federal de origen guanajuatense quien había sido expulsado del partido en 2019 por violencia de género y que hoy, tiene un proceso abierto por ser deudor alimentario de su hija de 4 años.
Diana Luz Vázquez, impulsora de la Ley Sabina y activista por la defensa de los derechos humanos de las madres autónomas es quien ha acompañado el caso de esta madre y su hija que desde hace un par de años, se encuentran en una batalla legal para que Ernesto Prieto pague la pensión alimentaria y reconozca a su hija, sin embargo, la lucha más que personal, se ha vuelto estructural; el caso encarna fenómenos como la colusión, el pacto patriarcal y una sólida bancada morenista que ha sido permisible.
En entrevista con Cimacnoticias, Diana Luz narra que, desde el 2021, Ernesto Prieto estaba enterado del embarazo de su pareja, sin embargo, la mujer fue abandonada y el político «se desentendió de todos los gastos, de la presencia y de los cuidados que implican que una bebé nazca», dice la defensora.
Fue en 2023 cuando la madre levantó una demanda en contra del diputado por reconocimiento de paternidad porque no sólo se trató de un abandono, sino de un rechazo fáctico a ser el padre de la menor. De acuerdo con Diana Luz, en la contestación dada por Ernesto Prieto, éste sostuvo desconocer el embarazo.
«Todo era falso y tenemos prueba de ello», sostiene.
Acto seguido, un juez implementó la primera medida cautelar que exige a Ernesto Prieto pagar el 25% de su salario mensual mientras se realizan las debidas diligencias, siendo la más importante, la toma de ADN para zanjar el caso, sin embargo, en 4 años el caso se ha alargado debido a dilataciones del propio diputado. El asunto medular que denuncia la defensora es que, en añadidura, Ernesto Prieto entrega pensión de manera esporádica y eso lo ha blindado de ser judicializado.
Sin embargo, a pesar de que hace dos años el diputado entregue pensión de forma irregular, se debe nombrar que hace falta mirar la pensión retroactiva, es decir, aquella que no se entregó durante la gestación de la madre y de los primeros dos años de vida de la niña.
«Aún así, el diputado se niega a pagar la pensión retroactiva, lo que debe de ese periodo de 0 a 2 años de la niña, aludiendo que, como no estaba enterado, no puede pagarlo. El diputado tiene que pagar esa pensión que debe, hacerse la prueba de ADN porque es lo que ha limitado que la niña tenga su apellido, el desarrollo de su identidad que está por cumplir 4 años y repito de manera incisiva: No se deja notificar, lo encubren en el Congreso, hay muchos pactos patriarcales.» (Diana Luz)
Sobre este mismo tenor, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió y publicó en su Gaceta del Semanario Judicial de la Federación en el año 2021 que, aunque el deudor desconociera sobre el embarazo y nacimiento de su hija – hijo, esto no lo exime de sus responsabilidades para pagar la pensión retroactiva. Además, de que el derecho a los alimentos nace en razón del vínculo paterno-materno-filial y, por tanto, la obligación alimentaria no se genera a partir del conocimiento de la existencia del menor por parte del deudor porque el derecho a recibir alimentos surge desde el nacimiento.
¿Qué representa que estos personajes en la política continúen ejerciendo en total impunidad?: El hecho de que este señor llegue como representante de un partido político al INE nos habla de los pactos patriarcales, de la falta de consciencia cuando hay un proceso jurídico abierto que él ha prolongado para evitar ser sentenciado, el partido hace mutis de las violencias pasivas, de las amenazas que usa el diputado para quitarle la niña a la madre y de la revictimización; con su tolerancia y permisibilidad, sigue burlando la justicia, refiere Diana Luz.
Lo que debe hacer Morena, según la defensora, es separarlo de manera inmediata de su cargo en cuanto se resuelve el asunto que, más allá de un asunto bilateral, no debe olvidarse que se está afectando a una menor, «eso nos parece gravísimo», explica la defensora, quien además, advierte que continuarán insistiendo hasta que el diputado se presente a hacerse una prueba de ADN para reconocer a su hija y pagar su responsabilidad.
En mayo del 2023 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma y adición a los artículos 38 y 102 sobre la llamada Ley 3 de 3, donde explícitamente, el artículo 38 sostiene que una persona no podrá ser registrada como candidata para cualquier cargo de elección popular, ni ser nombrada para empleo, cargo o comisión en el servicio público cuando existan algunos de los siguientes supuestos:
Por tener sentencia firme por la comisión intencional de delitos contra la vida y la integridad corporal; contra la libertad y seguridad sexuales, el normal desarrollo psicosexual; por violencia familiar, violencia familiar equiparada o doméstica, violación a la intimidad sexual; por violencia política contra las mujeres en razón de género, en cualquiera de sus modalidades y tipos.
Por ser declarada como persona deudora alimentaria morosa.
De acuerdo con el Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios, los padres ausentes dejan a sus hijas – hijos entre los 0 y 3 años de edad en un 83% de los casos; una etapa que exige un extenuante trabajo de cuidados, de alimentación, de veladas extensas, medicamentos y la dependencia de las infancias en sus primeros años de vida. Una cifra que, no sólo preocupa, sino además, pone en el eje el cuestionamiento de cómo el abandonar a las infancias es un modelo de reproducción sistémico que se sostiene, entre otras cosas, en fenómenos como el pacto patriarcal, un marco específico en el caso del diputado y el sistema que detrás de él, lo sostiene y respalda.
Celia Amorós ya escribía en 1992 para «Notas para una teoría nominalista del patriarcado» que los misóginos son tan viejos como el patriarcado y se han transformado incluso mucho menos que las diversas modalidades que históricamente éste ha revestido y reviste. Siendo el pacto patriarcal una serie de enunciados afirmativos; se afirma algo acerca de algo o «álguienes», guiños autodesignadores que vendrían a decir: «tú eres de los nuestros y estás en nuestro pacto, ¿verdad que nos entendemos?, ¿qué sabemos, a priori, de qué hablamos? Lo de menos es decir algo sobre los colonizados o sobre las mujeres (ni siquiera se los problematiza como objetos de un discurso en el que habría algo que discutir). Precisamente por ello, estas frases, tópicos o lugares comunes, se repiten hasta el infinito: forman parte de las reglas prácticas de constitución de sus pactos seriales.
Este asunto, también coloca en entredicho los valores vanguardistas y autoproclamados feministas al interior de las bancadas de Morena. Entre los infortunios, se encuentra la defensa incisiva sobre personajes como Cuauhtémoc Blanco a quien, a propósito, se evitó su desafuero luego de acusaciones de abuso sexual y enriquecimiento ilícito, así como el blindaje a Salgado Macedonio acusado de abusar sexualmente de Basilia y a quien la prórroga de la reforma contra el nepotismo hasta 2030, bien podría beneficiar, pues ha dejado claras sus intenciones de una revancha para ocupar la gubernatura de Guerrero.
Sobre violencia, deudores alimentarios y patriarcado
En conversación con Cimacnoticias, Diana Luz Vázquez cuenta todo aquello que la atravesó en la búsqueda de justicia para su hija, la digna rabia, las tristezas, la herida de ser hija de un padre abandónico, la fuerza de la amistad y la articulación del patriarcado para solapar el abandono paternal. Antes de entrar a una conversación más extensa, la activista frena en una palabra: La verguenza -de ser madre autónoma-.
¿Por qué el ignorar las necesidades de las madres autónomas tiene raíces en una profunda misoginia y cómo el patriarcado enriquece esta narrativa? El asunto medular de este eje es que las mujeres cargan con la culpa, mientras que sus congéneres, gozan de la libertad sin ataduras, de su sexualidad y de la irresponsabilidad que, parece, ya está colectivamente perdonada.
El patriarcado ha aprendido a utilizar muy bien sus herramientas para perpetuar el control y entre su armamento más pesado está, precisamente, la culpa que no sólo cargan las mujeres de la contemporaneidad, sino la cargan nuestras ancestras; nuestra madre, abuela, bisabuelas. Todas ellas, culpables de haber elegido mal al hombre que, se supondría, compartirían el ejercicio de la corresponsabilidad. En palabras de Diana Luz:
Es un sistema patriarcal y hablar de la culpa es muy importante, te diría que es un sistema cómodo; el sistema quiere mantener la culpa para que sigamos procreando a los ciudadanos del sistema. Y justo queremos cambiar la vergüenza para que también la tengan ellos.
Resulta urgente cuestionar desde el ápice más sencillo del lenguaje, como por ejemplo, el hablar de «soltería» y no de «autonomía» como si la madre estuviera en el mercado sexoafectivo de disponibilidad, hasta un entramado más complejo como cuestionar por qué es un fenómeno cultural que las madres autónomas sean objeto de desprecio y los padres autónomos de aplausos.
«Mientras que una mamá soltera es considerada la amante, dejada o puta, el papá soltero se lleva las palmas porque cuida solo», puntualiza Diana Luz.
A esta mezcla de culpa y misoginia, se agrega otra herramienta articulada por el sistema que bien podría ser considerada como un mal de raíz estrictamente arraigado a la violencia: El amor romántico.
¿En qué pensamos cuando imaginamos una familia funcional? En la mente se esboza la imagen de una madre, un padre, un hijo o hija y por supuesto, un perro, dice Diana Luz. Este es un síntoma claro del amor romántico que las mujeres cargan como sueño de anhelo desde la infancia, a pesar de que la realidad golpee en la cara, porque afuera de este imaginario, un porcentaje muy alto de hombres son abandónicos y agresores.
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