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¿Con vaginismo no hay placer sexual? Un malestar de la vida erótica que es tratable

Por Wendy Rayón Garay

Ciudad de México.- ¿Alguna vez has tenido complicaciones para lograr el placer sexual en la penetración debido a que tienes vaginismo? No te preocupes, lejos de ser un trastorno sexual como muchos especialistas lo han llamado, se trata de un malestar de la vida erótica que es tratable. Aquí te contaremos los detalles.

Es importante resalar que de acuerdo con el Consejo de Montevideo sobre Población y Desarrollo, los derechos sexuales “abarcan el derecho a una sexualidad plena en condiciones seguras, así como el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad, con respeto de su orientación sexual e identidad de género, sin coerción, discriminación ni violencia, y garantizar el derecho a la información y a los medios necesarios para su salud sexual y reproductiva”.

En entrevista para Cimacnoticias, Brisa Armenta, sexóloga de la organización Psicobienestar y Sexualidad Integral, apuntó que se trata de movimientos involuntarios del musculo del suelo pélvico que provoca el cierre no total de la cavidad vaginal impidiendo así la penetración vaginal de cualquier objeto.

Incluso puede provocar problemas en la vida cotidiana de las mujeres como introducir una copa menstrual, un tampón o realizar el estudio del Papanicolau, procedimiento para recolectar células del cuello uterino, dificultando la entrada del espejo vaginal.

Sin embargo, la mayor afectación se ve reflejada cuando las mujeres con vaginismo tienen contacto sexual, puesto que no se logra la penetración o resulta ser dolorosa gracias a los intentos para llevarla a cabo.

Según Brisa Armenta, los principales motivos por los que tu cuerpo tiene esta reacción pueden ser tres. El primero es psicológico donde impera el miedo al dolor, a la penetración, la ansiedad, la depresión o incluso es generado por un trauma sexual como una violación.

También hay factores biomédicos o biológicos que son enfermedades físicas que pueden causar vaginismo como la endometriosis, vaginitis o sequedad vaginal.

Finalmente se encuentran las razones culturales y sociales, contextos donde hay restricciones hacía las mujeres con su sexualidad y que las ha llevado a pensar que tener penetración es un pecado o que por ello deben sentir vergüenza gracias a la falta de educación sexual.

Otros escenarios en los que el vaginismo puede ocurrir en tu cuerpo son cuando por primera vez intentas introducir un objeto en tu vagina, después de una infidelidad o agresión sexual, por algún juguete sexual y la falta de intimidad con otra persona, entre otras más. Sin embargo, desde la perspectiva de Brisa Armenta la mayoría de las veces se debe a causas psicológicas que biomédicas o culturales.

El artículo ‘Dispareunia y vaginismo, transtornos sexuales por dolor’ de la Revista Cubana de Medicina Militar explica que en realidad con frecuencia no se identifican las circunstancias por las que una mujer desarrolla vaginismo.

El mito de “la mujer descompuesta”

Las mujeres con vaginismo suelen enfrentarse a ciertos problemas cuando están en una relación. Al no poder llegar a la penetración pueden crearse conflictos con sus parejas en donde se reproduce el mito de “la mujer descompuesta.

El vaginismo se asocia con la angustia, baja autoestima, miedo y depresión, ya que las mujeres piensan que son las únicas que pasan por esta situación sintiéndose avergonzadas o anormales, por lo que tardan mucho tiempo en consultarlo con personal médico.

”Hay un entendido que cuando algo no circula o no es de manera adecuada en el cuerpo de las mujeres, pues ellas se sienten inferiores, que no son suficiente como mujer, que tienen algo dañado básicamente. Esto afecta mucho a las mujeres porque pareciera que es una enfermedad cuando es un malestar transitorio que se quita por completo” -Brisa Armenta, sexóloga de la organización Psicobienestar y Sexualidad Integral,

Desde la visión del patriarcado, la subordinación de las mujeres se ha sustentado principalmente en la dominación de los cuerpos femeninos, según establecen Alda Facio y Lorena Fries en su artículo ‘Feminismo, género y patriarcado’. Desde esta visión, se ha dictaminado cómo debe verse la vagina de las mujeres.

Recordemos que, en la pornografía se ha reproducido una imagen infantil de ella en donde es prepuberta, depilada, quirúrgicamente alterada o que se parece a una muñeca. Es decir, que no comparte características anatómicas reales, según el estudio la ‘La representación de la mujer en la pornografía desde una perspectiva de género: un análisis global’ de Andrea Criado Pajuelo.

Incluso existen operaciones para modificar su apariencia como el rejuvenecimiento vaginal (estrechar o restaurar el contorno de la vagina a través de diferentes tratamientos quirúrgicos o no quirúrgicos) o la labioplastia (remover una porción de labios menores cuando son más grandes de lo normal) para acercarlo a la visión más hegeronormada posible.

Sin embargo, siguiendo esta lógica, dicha modificación para estrechar o rejuvenecer la vagina tiene que ser lo suficientemente capaz de permitir la penetración o de lo contrario más allá de las consecuencias físicas para las mujeres, sobre ellas recaen la estigmatizaron sobre que “están descompuestas”.

¿Con vaginismo no hay placer sexual?


Cuando una mujer con vaginismo fuerza una penetración para buscar placer sexual puede llegar a lastimarse y provocar sangrado vaginal al estar presionando la zona pues al no tener acceso más allá de la cavidad vaginal está no logra lubricarse, incluso la vulva puede rodarse al no tener lubricación.

Sin penetración, ¿las mujeres no pueden tener placer sexual? Contrario a lo que las personas piensan, una mujer con vaginismo sí puede sentirlo incluso sin llevar a cabo la penetración. La sexóloga Brisa Armenta señala que, esto va más allá de la vulva y la vagina, ya que puede llegarse a ese punto a través del tocamiento propio o con una pareja como besar o succionar.

De manera externa se puede obtener placer con el clitoris a través de succionadores, vibradores, sexo oral, anal o erótico. Si por el contrario, para las mujeres con vaginismo estás formas no son suficientes para obtener placer sexual entonces deben atenderse médicamente con ayuda profesional.

Desde la perspectiva de Brisa Armenta, la idea es que se puedan atender de la mano de una sexóloga y un especialista en malestares para trabajar con herramientas psicológicas, sexológicas y médicas si es por motivos médicos.

Por ejemplo, el uso de dildos que sus tamaños van de menos a más hasta lograr una penetración completa. Este es un proceso que lleva tiempo, por lo regular después de los primeros cuatro meses se comienzan a ver los resultados, pero puede ser más tardado dependiendo de las razones y el tiempo que tiene la persona viviendo con vaginismo.

Sin embargo, para Brisa Armenta es importante cambiar el discurso sobre la asociación del vaginismo como una enfermedad porque todas las personas que tiene relaciones sexuales atraviesan por la respuesta sexual humana, la cual tiene diferentes etapas como la excitación o el orgasmo, por lo que, en cualquier momento de la curva sexual que no ocurra como normalmente lo hace, se estaría atravesando por un malestar.


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