Ciudad de México.- «Estoy nerviosa, tengo las emociones al límite», dice la abogada y defensora Karla Michel Salas mientras se toca el estómago. Está realizando los últimos ajustes para tomar un vuelo hacia Costa Rica, donde el próximo 26 de marzo el Estado mexicano rendirá cuentas por el feminicidio de Lilia Alejandra García Andrade luego de 24 años de espera, lucha y enfrentamientos contra los 3 poderes de la unión.
Esta no es la primera vez que la madre de Lilia Alejandra, Norma Andrade, pretende llevar el caso de su hija ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a lo largo de las décadas, ha tocado las puertas de este espacio de forma reiterada desde el 2002 y en 2018 logró que la CoIDH emitiera un informe de fondo donde reconocía que existían deficiencias en el Estado mexicano quien incurrió en omisiones, no levantó las sanciones correspondientes a las personas servidoras públicas y tampoco realizó las debidas investigaciones.
En febrero del 2024, Norma Andrade y su equipo legal, encabezado por la defensora Karla Michel Salas lograron que el caso fuese aceptado por la Corte y con ello, emprender el camino para llevar al Estado mexicano a rendir cuentas por su pobre actuar ante el feminicidio de Lilia Alejandra que evidencia la falta de mecanismos, la corrupción y la incapacidad del Estado de contener la crisis feminicida que atraviesa el país desde el sexenio calderonista.
Este juicio representa la cuarta ocasión en que representantes del Estado deben sentarse ante la CoIDH y brindar explicaciones sobre qué sucede en el país en materia de derechos humanos de las mujeres; se tiene el juicio por Campo Algodonero en Ciudad Juárez, Caso Digna Ochoa y más recientemente, Ernestina Ascencio vs México.
La lucha de Norma Andrade ha sido aguerrida e incisiva. Con la llegada de la primera presidenta a México, la defensora exigió exigió a Claudia Sheinbaum mirar «a las madres que lloramos a nuestras hijas exigiendo justicia».
Asimismo, en noviembre del 2024, Norma Andrade explicó en entrevista con Cimacnoticias, que el problema esencial es que el Estado se ha encargado de normalizar el feminicidio; creer que la violencia es una parte característica de nuestro país. La indolencia ha tomado partida y construido una insensibilización colectiva.
“Cuando es un solo caso de feminicidio se trata como si fuera una más, pero no logramos entender que es algo de todas, aunque sea una jovencita que no conozcamos; lo que sucedió con esa joven debe afectarnos, no movidas por el morbo, sino por la necesidad de resolver lo que está sucediendo” (Norma Andrade)
Por Lilia Alejandra y por todas
Karla Michel ha acompañado a Norma Andrade por 20 años y esta vez, su defensa está blindada; el Estado va a claudicar, pues no tiene ningún elemento que lo exima de su responsabilidad en el caso García Andrade vs México.
¿Qué pasa por tu cabeza?: Ahora mismo algo que nos ha quedado claro, y por supuesto a Norma también, es que esta lucha no se trata sólo de su hija, va más allá. Va por todas las víctimas de feminicidio y por aquellas madres que siguen buscando justicia para sus hijas.

Pero en el panorama, resuenan dos nombres que han sido compañía y motor de lucha de Norma Andrade: Jade y Kaleb, sus nietos.
Entre todo lo que representa el arribo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, la hija e hijo de Lilia Alejandra son figura clave, pues se pretende evidenciar la forma en que el Estado se desentiende por completo de estas infancias – adolescencias que son dejados en situación de orfandad y vulnerabilidad. No existe ningún protocolo que les permita tener seguridad alimentaria, educativa, protección, cuidados y un hogar.
«Una de las cosas que también nos ha motivado de llegar a la Corte es la generación de un mecanismo para garantizar el acceso a la justicia; uno donde haya verdad, donde los responsables sean sancionados a partir de datos científicos y no de una fabricación de culpables. Queremos que se brinde protección a las y los niños que quedan en orfandad a partir de la desaparición / feminicidio de su madre», dice Karla Michel.
En añadidura, para la especialista y defensora, llegar a la CoIDH es plantarse ante una realidad incómoda: El Estado ha fallado.
A pesar de que en los últimos 16 años se ha pretendido crear políticas públicas; políticas infructíferas nacidas desde Calderón para contener el feminicidio, la realidad desencaja con estas pretensiones políticas, las cifras terminan golpeando fuerte con 11 mujeres asesinadas y 10 desaparecidas cada 24 horas. En enero del 2024, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), registró de septiembre a noviembre de 2024 un aumento del 5% de este delito.
Para María de la Luz Estrada Mendoza, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios (OCNF), no se puede plantear esta conclusión cuando persisten fallas para acreditar el delito.
En adherencia, advirtió que el verdadero problema son las fallas para catalogar correctamente los casos de feminicidio. Desde Cimacnoticias se ha documentado la “Operación limpieza”, tendencia del Gobierno federal de maquillar cifras en los registros de violencia feminicida.
Karla Michel explica en entrevista que, esas políticas lanzadas en los últimos 16 años no representan más que el fallo del Estado para atender y erradicar de los feminicidios, pero también, evidencian que no han tenido ningún efecto útil, pues finalmente, el número de mujeres y niñas víctimas de feminicidio continúa creciendo, siendo la impunidad, la bandera más representativa de estos casos.
¿Qué esperas de esta sentencia?: Esperamos que esta sentencia sea, por un lado, una puerta de entrada para norma, que ella pueda expresar lo que ha vivido durante estos 24 años a un tribunal internacional y que se dicte una sentencia condenatoria para profundizar en estas políticas públicas tan necesarias.
¿Tendremos una resolución favorable?: Sí, el Estado ya se ha allanado, eso significa que hay una sentencia que será condenatoria porque ha aceptado parcialmente su responsabilidad, sin embargo, esperamos que sea una sentencia que abone a la jurisprudencia internacional en materia de derechos humanos de las mujeres, pero que sea un instrumento que permita seguir evaluando las falencias del Estado mexicano y que dicte medidas para garantizar la no repetición.
EnLosZapatosDeNorma
Karla Michel fue reconocida el pasado 24 de marzo con la presea Celia Marín Sasaki que distingue a las abogadas que han dejado huella en la jurisprudencia mexicana. Durante su discurso de agradecimiento, volcó el espacio por completo para recordar: Este 26 de marzo, todas debemos hacer politica y usar zapatos rojos.
Esto último como parte de una protesta colectiva que pretende hacerle saber a Norma que está acompañada.
En entrevista con Cimacnoticias, Karla Michel explicó que, haciendo uso de la obra de la arquitecta y artista visual Elin Chauvet -quien utiliza zapatos rojos en sus obras para rememorar a las mujeres víctimas de feminicidio-, se hará una expresión política al interior de la misma Corte haciendo uso de estas prendas.
Además, invitó a las mujeres a utilizar zapatos de este color, tomar una foto y etiquetar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el hasghtag EnLosZapatosDeNorma; una muestra de apoyo que no sólo le haga saber a Norma que está siendo acuerpada, sino además, que advierta a la Corte que las mujeres de México tienen puestos los ojos en ellos.
«Esta expresión es para que sepa que no está sola y que voz representa a muchas otras que no han podido llegar a esta instancia internacional y [también] que sepa la CoIDH que estamos esperando una sentencia que aporte, que sepan que tenemos los ojos puestos en ella», zanja Karla Michel.
Entre atentados y omisiones: Una lucha de más de 20 años
En la búsqueda de justicia, Norma Andrade no sólo se ha enfrentado a los poderes del Estado, sino también, al crimen organizado que ha pretendido cooptarla de su derecho a buscar al grupo de feminicidas responsables de la muerte de su hija, Lilia Alejandra.
Entre 2011 y 2012 enfrentó dos intentos de homicidio. en diciembre 2011, fue herida con cinco impactos bala en Ciudad de Juárez y en febrero, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, Norma Andrade sufrió un atentado con arma blanca cuando regresaba a casa luego de dejar a su nieto en la escuela. Fue herida en el cuello con un arma punzocortante, fue gracias a la movilización de su nieta quien Norma pudo ser auxiliada e ingresada a un hospital de forma inmediata.
Lilia Alejandra tenía 17 años de edad cuando desapareció, un 14 de febrero de 2001 luego de salir de trabajar de la Planta Maquiladora Servicios Plásticos Ensambles SA, ubicada entre la Avenida Ejército Nacional y la Carretera Panamericana, en Ciudad Juárez, donde abordaba un camión para regresar a su hogar. Su cuerpo fue hallado, el 21 de febrero del mismo año, en un lote baldío, dentro de una sobrecama enfrente de una plaza comercial y cerca del lugar donde laboraba.
Dejó en orfandad a su hija de 5 meses, y a un niño de 1 año 8 meses de edad. Acababa de reiniciar sus estudios en la preparatoria abierta con el anhelo de convertirse en periodista; y para lograrlo, como la mayoría de las mujeres en la frontera norte del país, se empleaba en la industria de la maquila.

En el certificado de autopsia se determinó que Lilia Alejandra fue asesinada por asfixia aproximadamente 24 horas antes de que fuera hallado su cuerpo. Además, había sido víctima de violación tumultuaria por un tiempo prolongado y eran evidentes las marcas de tortura.
Norma Andrade recordó que antes del asesinato de su hija hubo una llamada al 060 alertando que una joven huía semidesnuda sobre la Avenida Ejército Nacional. La mujer que realizó la denuncia aseveró que un grupo de hombres la alcanzó, sometió y subió a un coche blanco.
Ante la angustia y desesperación, Norma pegó volantes en la zona para localizar a Lilia pero cuando fue al Ministerio Público éste desestimó su denuncia diciéndole que su hija seguro regresaría por su pago a su trabajo. Recordó que pasó escondida todo el día enfrente de la maquiladora. Lilia Alejandra nunca apareció.
Narró que se enteró del asesinato de su hija por la llamada funesta de un hombre que aseguró estar en el lugar donde fue hallado el cuerpo de una mujer que correspondía con la descripción de Alejandra. Al identificar la llamada, las autoridades corroboraron que eso era imposible pues el registro de esta llamada provenía de una distancia mucho más larga de donde hallaron el cuerpo. Nunca se supo quién la hizo.
Tuvieron que pasar nueve años y la intervención de varios abogados expertos para tener un poco de luz sobre quiénes podrían ser los responsables. Fue así como Norma Andrade solicitó la ayuda de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), y el abogado David Peña Sánchez -quien conjuntamente con la abogada Karla Michel Salas-litigó uno de los casos de feminicidio del Campo Algodonero ante la CoIDH- tomó el caso. La primera acción que hizo, recuerda Norma, fue pedir de inmediato al Ministerio Público realizar un peritaje a la cobija en la que Lilia Alejandra fue envuelta.
Esta prueba, afirmó Norma Andrade, arrojó seis perfiles genéticos por medio de los cuales no sólo se corroboró que fue un grupo de hombres quienes la privaron de la libertad, violaron y asesinaron, también se identificó que estuvieron relacionados con otros tres casos de feminicidio. En suma, dijo la defensora, al cotejar con las bases de datos, resultó que uno de los agresores era familiar de un Fiscal de la procuraduría de Chihuahua
A pesar de la lucha constante por llegar a la verdad y aprehender a todos los hombres involucrados en el feminicidio de Lilia Alejandra García Andrade, las inconsistencias e irregularidades se continúan gestando. Es 2025 y la justicia para la familia García Andrade aún no llega.