Ciudad de México.- El Senado de la República fue sede del Primer Panel Internacional de Mujeres Afropolíticas de América Latina y el Caribe, un evento que reunió a representantes de 14 países y contó con la participación de la vicepresidenta de Colombia, Francia Elena Márquez Mina.
Durante el panel, las participantes hicieron un llamado urgente a la creación de espacios que impulsen la justicia étnica y frenen la ola de violencia.
El panel, organizado por la presidenta de la Comisión de Cultura del Senado, Beatriz Mojica Morga, tuvo como objetivo visibilizar, honrar y fortalecer el papel de las mujeres afrodescendientes que participan activamente en la política latinoamericana. La iniciativa buscó abrir un diálogo sobre la importancia de construir una representación más equitativa, inclusiva y diversa en los espacios de poder.
Entre los avances en materia de inclusión y reconocimiento, Mojica Morga resaltó la próxima consulta a la población indígena y afromexicana, que permitirá analizar la iniciativa de la Ley General de Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos, cuyo objetivo es garantizar y proteger los derechos de estas comunidades históricamente marginadas.
“Quiero recordar que hace apenas cinco años los pueblos afromexicanos no existían en las leyes ni en las políticas públicas. México se resistía a reconocer que 400 años de esclavitud dejaron cientos de pueblos afromexicanos a lo largo y ancho del país. Además, somos fundadores de la patria”, señaló Beatriz Mojica Morga
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, en México residen 129.5 millones de personas. De ellas, 3.1 millones, equivalentes al 2.4 % del total, se autoreconocieron como afrodescendientes; el 51 % de este grupo corresponde a mujeres.
Según datos del INEGI, las entidades con mayor número de personas que se reconocen como afromexicanas o afrodescendientes son Guerrero (303.9 mil), Estado de México (296.3 mil), Veracruz (215.4 mil), Oaxaca (194.5 mil) y Ciudad de México (186.9 mil). En conjunto, estas cinco entidades concentran el 46.5 % de la población afrodescendiente del país.
A pesar de su presencia y aportes históricos, las personas afrodescendientes en México continúan enfrentando barreras para ejercer plenamente sus derechos. Persisten prejuicios, actitudes y prácticas discriminatorias tanto en las instituciones como en la sociedad en general.
En su intervención desde la tribuna del Senado, Francia Elena Márquez, rindió homenaje a Epsy Campbell y Kamala Harris, únicas mujeres afrodescendientes en haber alcanzado el cargo de vicepresidentas en América. “Las saludo con mucho aprecio y respeto por el camino que trazaron, por abrir las puertas de estos espacios que se cree que no son para nosotras. Ellas nos han hecho sentir que sí se puede, por más adversa que sea la situación”, expresó.
Asimismo, Márquez señaló que los sistemas políticos fueron construidos desde una visión colonial, patriarcal y racista, y aunque en las últimas décadas ha habido mayor apertura hacia la participación de las mujeres en política, los retos persisten, sobre todo para quienes lideran espacios de toma de decisiones.
Denunció que los sistemas políticos actuales continúan reproduciendo una cultura del miedo, expresada en violencia física y desigualdades en territorios históricamente racializados. Añadió que no existe aún una agenda democrática de las mujeres afrodescendientes, por lo que se vuelve indispensable construir una agenda de reparación que transforme la realidad que enfrentan.
“Hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres negras y afrodescendientes de América Latina y el Caribe tenemos una esperanza de vida más baja que el resto de las mujeres de nuestros países. Si miramos el acceso a la educación, sigue siendo un desafío, y además, padecemos las tasas más altas de violencia”, puntualizó Francia Elena Márquez Mina, vicepresidenta de Colombia
Ante este panorama, la vicepresidenta de Colombia destacó los avances en materia de derechos en su país para cerrar la brecha de desigualdad. Un ejemplo de ello es la creación del Ministerio de la Igualdad y la Equidad, cuyo propósito es poner en el centro a las mujeres, a los pueblos étnicos, a la juventud y a los territorios históricamente excluidos. Además, mencionó el compromiso de crear un Sistema Nacional de Cuidados, que contará con un presupuesto de 25 millones de dólares a diez años.
También reconoció la reglamentación de la Ley 70, que garantiza a las comunidades negras el derecho a la tierra, la educación, el desarrollo económico y social, y la preservación de su identidad cultural. Esta ley se ha convertido en un referente legal fundamental para la reivindicación de los derechos de la población afrocolombiana.
Por su parte, Epsy Campbell, exvicepresidenta de Costa Rica, también se pronunció sobre las desigualdades que enfrentan las mujeres afrodescendientes. Señaló que, aunque ya existen leyes de paridad que aseguran que las mujeres ocupen el 50 % de las candidaturas o escaños legislativos, la diversidad dentro de esa representación aún es limitada, ya que las mujeres afrodescendientes siguen estando subrepresentadas.
“Imaginemos una democracia donde, por ejemplo, en un parlamento latinoamericano, no solo veamos una paridad numérica entre hombres y mujeres, sino que entre esas mujeres también estemos nosotras, las afrodescendientes. Solo así, las leyes y las políticas podrán responder a las realidades diversas de nuestros pueblos”, concluyó Epsy Campbell, exvicepresidenta de Costa Rica
Mujeres afromexicanas: existen y resisten
El artículo “Discriminación de los pueblos y comunidades afrodescendientes”, publicado por la CONAPRED, evidencia que los derechos más vulnerados en esta población son el trato digno (40.8 % de los casos) y la igualdad de oportunidades (28.6 %). Los ámbitos en los que se presentan más denuncias por discriminación son el laboral (32 %), vecinal (24 %) y en la prestación de servicios públicos (20 %).
ONU Mujeres ha señalado que las mujeres afrodescendientes en México enfrentan desafíos adicionales relacionados con estereotipos, invisibilización y la falta de representación. Estas problemáticas dificultan el ejercicio pleno de su derecho a participar en la vida pública y política del país.
Dichos obstáculos están vinculados con estructuras profundas de racismo y otras formas de discriminación, así como con la falta de reconocimiento oficial y social de la existencia y herencia de los pueblos afrodescendientes en México.