Ciudad de México.- El espéculo vaginal, instrumento utilizado para realizar revisiones ginecológicas y toma de muestras, fue diseñado hace más de dos siglos bajo una perspectiva masculina, sin considerar el dolor y la incomodidad que provoca en las mujeres y ante esta problemática, investigadoras en Países Bajos y en México han trabajado en su rediseño para hacerlo más amigable, pero, pese a los avances obtenidos, estos proyectos se han visto frenados por la falta de presupuesto.
Recientemente, Adriana Izcara, egresada de la Facultad de Ingeniería de Diseño Industrial de la TU Delft, en los Países Bajos, junto con su supervisora Tamara Hoveling, realizaron una investigación en la que descubrieron que entre el 30% y el 35% de las mujeres experimentan dolor durante los exámenes ginecológicos. Esta incomodidad suele estar asociada, principalmente, al uso del espéculo, caracterizado por ser molesto e invasivo.
Ante ello, Izcara y Hoveling propusieron “Lilium”, un dispositivo elaborado con caucho TPV semi flexible de grado médico. Este material le otorga la resistencia necesaria para soportar la presión de las paredes vaginales y, al mismo tiempo, la flexibilidad para abrir suavemente sus pétalos. Lilium consta de dos componentes: uno con tres pétalos, que remiten a la forma de una flor, y otro en forma de tubo que facilita su apertura.
Del otro lado del mundo, en México la también diseñadora industrial egresada de la UAM Xochimilco, desarrolló desde 2020 un nuevo diseño de espéculo vaginal al que han llamado “Ninfem”, inspirado en la forma de una copa menstrual, el diseño cilíndrico de Ninfem se dobla para introducir y luego se adapta a la forma natural del canal vaginal. Está elaborado con silicón de grado médico, un material más cálido al tacto y amigable con el cuerpo.

Sin embargo, pese a que estos dos inventos representan un gran avance para la salud de las mujeres, tanto Lilium como Ninfem enfrentan una gran barrera: la falta de financiamiento. Contrario a lo que se podría pensar, la inversión en investigaciones centradas en la salud de las mujeres no ha crecido significativamente. A casi dos décadas de que se evidenciara esta problemática, solo el 1% de los fondos destinados a investigación e innovación sanitaria se enfoca en afecciones específicas de las mujeres, de acuerdo a la Task Force Interamericana.
Esta desatención repercute directamente en el desarrollo de proyectos como los mencionados. Para avanzar en pruebas clínicas, ampliar su producción o sumar colaboradores, es fundamental contar con financiamiento, algo que actualmente no tienen. Lilium ha buscado apoyo mediante donaciones virtuales, mientras que Ninfem no ha logrado comercializarse debido a la falta de respaldo económico.
Esta situación ha llevado a que muchas mujeres eviten estos exámenes tras la permanencia del espéculo tradicional, lo cual representa un riesgo para su salud, ya que estas revisiones permiten detectar infecciones, monitorear la salud reproductiva y diagnosticar a tiempo enfermedades como el cáncer cervicouterino.
¿Cómo funcionan estos nuevos espéculos?
Por un lado, Lilium puede ser utilizado de dos formas: por autoinserción, similar a la colocación de un tampón, o por un profesional de la salud. “La primera opción puede brindar mayor confianza a las pacientes”, señaló Adriana.
Además, también beneficia al personal médico. Gracias a la retroalimentación de enfermeras y doctoras, se concluyó que Lilium mejora la visualización del cuello uterino y facilita su uso, ya que, a diferencia del espéculo tradicional, no es necesario usar los dedos para abrir ligeramente las paredes vaginales y reducir la incomodidad de la paciente.
Otro punto a favor es su diseño sostenible: es reutilizable y compatible con desinfección de alto nivel. A diferencia del espéculo convencional, que puede contener múltiples piezas, Lilium es una herramienta versátil, higiénica y respetuosa con el medio ambiente.
En cuanto al dispositivo mexicano, Ninfem incluye dos barras de acero inoxidable “ahogadas” dentro del silicón, que no entran en contacto con la vagina pero brindan el soporte necesario durante la exploración, sin generar molestias.
Para su uso, el silicón se enrolla sobre las barras, formando un rollo delgado que se inserta fácilmente. Una vez dentro, se expande y, al ser transparente, permite una visión completa del canal vaginal. Además, su diseño se adapta a la anatomía femenina en lugar de forzarla, lo que lo hace más cómodo. También es fácil de transportar y esterilizar.
La salud de las mujeres bajo mirada masculina
De acuerdo con la investigadora Adriana Rosales, compartió para Cimacnoticias en 2022, que la creación del espejo vaginal es antiquísima. Según sus investigaciones, el primer aparato de este tipo fue diseñado en el siglo III antes de nuestra era. No obstante, el utensilio que se emplea actualmente surgió en el siglo XIX, cuando los estudios de la mujer tuvieron su auge.
En ese siglo hubo cerca de 600 proyectos de espejo vaginal. Pero entre todos los tamaños, materiales y formas, la herramienta que prevaleció fue aquella creada por James Marion Sims, mal llamado “padre de la ginecología.
Sims realizó sus pruebas con mujeres esclavas que tenía prisioneras detrás de un hospital, a las cuales sometía de formas violetas para probar su invención. Incluso le realizó intervenciones quirúrgicas sin anestesia. En la actualidad seguimos usando un instrumento creado por un esclavista, quien ignoró e incluso violó la dignidad de las mujeres.
Esta cruda realidad refleja el olvido y omisiones que hay en torno a la salud integral de las mujeres. En la actualidad contamos con mujeres que buscan frenar esta problemática y buscan liderar iniciativas para transformar un campo históricamente dominado por hombres, sin embargo sus propuestas no reciben el impulso necesario para implementarse.
Y, con ello, se continúa perpetuando la falta de posibilidad de mejorar la atención médica para millones de mujeres en edad reproductiva.