Otra vez un hombre famoso hace un chiste misógino en redes. La próxima semana será algún otro.
Mientras el 22 de julio se conmemoraba el Día Internacional del Trabajo Doméstico, Javier “Chicharito” Hernández, compartió un video profundamente patriarcal. Nos habló de encarnar la “energía femenina” cuidando, limpiando y nutriendo y luego se quejó de que vivimos en una sociedad hipersensible y que, según él, las mujeres estamos fracasando.
Desafortunadamente, no se trata de un caso aislado. Sus palabras reflejan una tendencia que busca frenar los avances feministas, con narrativas que se disfrazan de “nostalgia por los roles de género tradicionales”. Chicharito y muchos otros lo dicen desde un pedestal, y miles lo aplauden como si fuera filosofía de vida. Pero en realidad está romantizando la precariedad y reafirmando la desigualdad. Y eso, es violencia mediática.
Repetir frases como ‘honrar la energía femenina’ sin contexto concreto invisibiliza una realidad: en México las mujeres dedican 63.7 horas semanales a cuidar, limpiar y sostener a otros (casi el doble del tiempo que dedican los hombres a las mismas tareas). Todo esto, sin pago, sin horario. Y en fechas como las vacaciones de verano, ese trabajo se multiplica: hijos en casa, personas mayores que cuidar, actividades por coordinar, y comidas que preparar.
Estas tareas —aunque invisibilizadas y no remuneradas— tienen un enorme valor social, pues sostienen la vida cotidiana, permiten el desarrollo de las infancias y hacen posible que otras personas puedan estudiar o trabajar. En México, estas labores equivalen al 24.3% del PIB nacional, aunque no se paga, no se ve y muchas veces ni siquiera se agradece, asegurando que “es lo natural” lo que “corresponde”.
Decir que “hemos perdido el rumbo” y disfrazarlo bajo discursos de energía masculina y femenina, sin reconocer que el problema es la desigualdad estructural, no solo es simplista: es profundamente grave. “Reírse del feminismo, de la equidad o de la lucha por los derechos de las mujeres no es inofensivo.
Trivializar el derecho a decidir, en cualquier tono o contexto, sólo contribuye a perpetuar el estigma y a restarle importancia a la violencia y criminalización que aún enfrentan miles de mujeres en el país. Algo fundamental que tenemos que entender sobre las figuras públicas es que tienen una responsabilidad sobre lo que dicen, porque es innegable que tienen una gran influencia sobre las personas”, comenta Lizeth Mejorada, vocera de Vivas y Libres.
En México, aún hay estados donde abortar puede significar enfrentar un proceso penal. Y aunque en la CDMX el aborto es legal hasta las 12 semanas, sigue estando tipificado como delito en el Código Penal local. Esto representa una contradicción legal que debe resolverse de inmediato, porque mientras el aborto siga considerado un delito, las niñas y mujeres seguirán enfrentando miedo, estigmas y posibles procesos judiciales.
Solo en 2023, más de 200 mujeres en el país fueron investigadas penalmente por abortar y de acuerdo a un análisis de CNN con base en cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en al menos ocho estados – incluyendo Ciudad de México, estado de México y Nuevo León— se abrieron más carpetas de investigación por aborto que por feminicidio entre 2023 y 2024. Hacer chistes sobre esto no es libertad de expresión, es perpetuar la violencia.
No podemos reírnos mientras: 7 de cada 10 mujeres mexicanas han sufrido violencia y 19.1 millones de mujeres han enfrentado violencia por parte de su pareja, y en 64% de los casos se trata de violencia severa o muy severa.
Subamos el volumen
“Queremos chistes que nos hagan reír, no que se rían de nosotras. Queremos decisiones respetadas, maternidades deseadas y vidas libres de violencia. Que lo personal y lo político se tomen en serio: en los medios, en las leyes, en internet y en cada hogar. Sí, hoy hay una presidenta, hay empresarias, activistas, científicas y niñas imaginando un futuro más justo. Eso no significa que la lucha terminó, significa que por fin, está avanzando, pero falta mucho por recorrer” afirmó Angie Contreras portavoz de Mujeres Vivas, Mujeres Llibres.
Nos queremos vivas. Nos queremos libres. Y también nos queremos respetadas.