Ciudad de México.- La Red de Mujeres Sindicalistas (RMS) presentó el Sindicatómetro, una herramienta digital diseñada para informar a las trabajadoras sobre sus derechos laborales y sindicales, los cuales con frecuencia son vulnerados en un sistema que las excluye de la toma de decisiones y de los espacios de liderazgo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los indicadores de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señalaron que, en agosto de 2024, se contabilizaron 61.6 millones de personas de 15 años y más dentro de la Población Económicamente Activa, de las cuales el 46 por ciento son mujeres.
Pese a que cada vez hay más mujeres activas laboralmente, el Diagnóstico Participativo 2024 realizado por la RMS determinó que la violencia de género, el cuidado de familiares, la discriminación, la brecha salarial y la falta de acceso a la capacitación siguen siendo algunos de los desafíos que enfrentan las trabajadoras mexicanas.
Esta discriminación no solo se mantiene en los espacios laborales, sino que también se reproduce dentro de los sindicatos. Según la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), la tasa mundial de afiliación de mujeres en los sindicatos alcanzó el 42 por ciento en los últimos 40 años gracias a la lucha de las trabajadoras. No obstante, persisten obstáculos de género, pues las mujeres continúan siendo vistas en roles de subordinación y no en posiciones de mando.
Ante esta situación, el Sindicatómetro permite que las trabajadoras, a través de un cuestionario, conozcan los derechos que les corresponden dentro de los sindicatos, entre ellos la participación activa, el acceso a información sobre asuntos relevantes, la capacitación constante para familiarizarse con el Contrato Colectivo de Trabajo, la asistencia a asambleas y la integración de sus demandas en igualdad de condiciones con los hombres.
La herramienta también invita a reflexionar sobre el funcionamiento del sindicato, cuestionando si fue elegido mediante voto personal, libre, directo y secreto; si realiza consultas durante las revisiones salariales y contractuales; si promueve la participación de mujeres y jóvenes; y si impulsa que ellas integren la comisión negociadora del contrato colectivo.
Además, destaca las acciones que debe realizar un sindicato democrático, como visitar de manera regular las áreas de trabajo para conocer los problemas laborales, brindar atención inmediata y comprometida a estos conflictos y haber modificado sus estatutos conforme a la Reforma Laboral de 2019 para garantizar la representación de mujeres.
El sindicatrómetro está disponible en: https://actividades.rmsindicalistas.mx/sindicatometro/intro
Paridad sin igualdad sustantiva
De acuerdo con el informe “La participación de las mujeres en el ámbito sindical”, elaborado por la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), la exclusión de las mujeres de los sindicatos tiene su origen en el ámbito laboral. Hasta mediados del siglo XX, se buscaba limitar o incluso excluirlas del mercado de trabajo remunerado, bajo el argumento de priorizar su rol reproductivo o su supuesta fragilidad.
Fue hasta las décadas de 1960 y 1970, impulsadas por los movimientos feministas y la creciente incorporación de mujeres al trabajo asalariado, que se avanzó en la afiliación femenina y se hizo visible la desigualdad de género dentro de los sindicatos. En ese periodo surgieron demandas de no discriminación e igualdad de derechos en los programas y estrategias sindicales.
Con el paso del tiempo, se ha documentado un incremento sostenido en la afiliación de mujeres, aunque no existen cifras exactas que permitan conocer con precisión su participación. Se pronostica que la presencia de mujeres ha aumentado de forma constante durante los últimos cuarenta años y que, en algunos países, incluso supera al número de hombres que actualmente se afilian. Este aumento fue consecuencia del declive del movimiento sindical, que recurrió a atraer a grupos históricamente excluidos como estrategia para enfrentar su debilitamiento y la reducción de miembros.
No obstante, pese a que se ha alcanzado mayor paridad, el panorama dentro de los sindicatos continúa sin ofrecer igualdad sustantiva. Una mayor afiliación de mujeres no ha logrado revertir la inequidad histórica en las organizaciones de trabajadores ni generar una nueva configuración institucional, pues estas siguen siendo estructuras fuertemente masculinizadas y excluyentes.
Cabe destacar que los entornos laborales y sindicales mantienen condiciones desfavorables para las mujeres, ya que persisten la segregación en ciertas actividades, los techos de cristal, la discriminación y la violencia sexual, además de un contexto de desventaja y subordinación. Esto se explica por la permanencia de un concepto tradicional de trabajo que determina la forma en que participan las mujeres en ambos ámbitos.
Aun cuando diversas organizaciones se han comprometido a transformar estas dinámicas, la discriminación sistémica por razones de género sigue presente y se intensifica al cruzarse con otros factores identitarios como el lugar de origen, la orientación sexual o la religión.
Pese a la paridad numérica alcanzada en algunos espacios sindicales, esta no se traduce en igualdad sustantiva. Por ello, herramientas como el Sindicatómetro resultan fundamentales para que las mujeres trabajadoras reconozcan los derechos que les corresponden como parte de un sindicato y puedan avanzar hacia una participación real y equitativa.