Inicio AgendaApropiarse de espacios digitales como resistencia feminista. JASS presenta guía para defensoras

Apropiarse de espacios digitales como resistencia feminista. JASS presenta guía para defensoras

Por Paola Piña

Ciudad de México.- El internet es una herramienta de doble filo dentro de los movimientos feministas, porque permite la difusión de información pero también es un sitio donde hay violencia para las usuarias, así que surge la pregunta: ¿cómo ocuparlo en beneficio de las mujeres y defensoras que aún no se adentran al mundo digital? Este cuestionamiento se materializó en la guía “TICs para el fortalecimiento feminista en los movimientos”, informe presentado por Asociadas por lo Justo Mesoamérica (JASS, por sus siglas en inglés).

Ana Juver Segura, integrante de Reentramados para la vida, explicó que este manual fue inspirado en la creación de un material similar por compañeras del sur de África, quienes elaboraron hace algunos años un “kit” o caja de herramientas sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) Ante ello, JASS buscó adaptarlo a la realidad latinoamericana para “reapropiarse sin quitar esas voces tan importantes».

Erika Smith, coordinadora de capacitación y redes de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), detalló que actualmente nos encontramos en un contexto hostil, en el que dirigentes conservadores buscan silenciar, omitir y vigilar las voces disidentes. Subrayó que más que temerle a los medios de comunicación digitales, debemos replantearlos como una estrategia que permita habitarlos en beneficio propio.

Ante ello, las primeras preguntas que, según el manual, deben plantearse las organizaciones al transmitir un mensaje son: ¿Cómo vamos a comunicarnos?, ¿a quién vamos a comunicar?, ¿para quién vamos a comunicarnos? y ¿cómo lo usaremos para nuestro propósito?

Dentro de los medios de comunicación, las historias, experiencias y realidades de las mujeres son menospreciadas. El informe advierte que esta situación no es accidental, sino consecuencia de decisiones basadas en estándares de trabajo y elecciones políticas tomadas por hombres, quienes históricamente han liderado estos espacios.

“Podríamos decir que los medios de comunicación masivos y corporativos, básicamente y esto forma parte de una cultura generalizada de cómo somos vistas las mujeres, nos venden como objetos de mercantilización y muchas veces también como objetos sexuales”, explica Tania Carolina, defensora de Honduras.

Es por ello que, dentro de este informe, se detalla que el uso de las TICs se convierte en una herramienta de resistencia, al colocar al frente una agenda de defensa de los derechos humanos que permita visibilizar las historias y problemáticas relacionadas con las desigualdades en el acceso a la tecnología e internet, la invisibilización de las voces de las mujeres y la violencia patriarcal.

Si bien las presentadoras reconocen que este manual no es una receta perfecta, pues debe adaptarse a cada entorno y situación, subrayan que resulta de gran apoyo para diseñar estrategias de comunicación dentro de los movimientos en defensa de los derechos humanos, como el feminista.

Un ejemplo contundente de la transformación y la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres ocurrió en 2016 en territorio latinoamericano, cuando miles de mujeres relataron la historia del primer acoso que enfrentaron a través de redes sociales con el hashtag #MiPrimerAcoso, utilizado más de 100 mil veces en un solo día. Este hecho derivó en movilizaciones masivas en distintos países, especialmente en México.

Si aún no estoy involucrada en espacios digitales, ¿por dónde empezamos?

El informe detalla que plataformas digitales como Facebook, Instagram o TikTok son útiles siempre que también las usen las personas a quienes se quiere llegar e involucrar. Recomienda apoyarse en herramientas como imágenes, videos o fotografías para atraer la atención, acompañarlas de un par de líneas de texto y, además, incluir enlaces con más información, hashtags y la invitación a que las personas compartan el contenido.

También está Twitter, ahora X. Según el documento, esta red es una buena opción, si la audiencia la usa con frecuencia porque permite alcanzar a un público amplio y ganar visibilidad, siempre que se planifique cuidadosamente la estrategia y se pida a las personas seguidoras que retuiteen y usen hashtags apropiados. Un tuit puede incluir enlaces, imágenes y videos que refuercen el mensaje.

Sin embargo, el manual advierte que deben tomarse precauciones al entrar en espacios digitales. Entre las recomendaciones están: utilizar contraseñas seguras en todos los dispositivos y cuentas en línea, cerrar sesión en todas las cuentas después de usarlas, instalar antivirus descargados únicamente desde sitios oficiales, actualizar de manera constante y respaldar archivos regularmente. También se recomienda instalar servidores seguros que garanticen un respaldo confiable para la información.

¿Cómo construir una internet feminista? 

Si bien, los espacios digitales abren las puertas a un mundo de posibilidades, es necesario crear un Internet feminista que empodere a más mujeres para disfrutar plenamente de nuestros derechos, y desmantelar el patriarcado. A través de espacios que integren interseccionalidades como edad, diversidad funcional, sexualidades, identidades y expresiones de género, posición socioeconómica, creencias políticas y religiosas, orígenes étnicos y marcadores raciales.

Una Internet feminista apuesta por garantizar un acceso universal, libre y significativo para mujeres, además de promover su derecho a la información, la creatividad y la participación política en entornos digitales. Esta visión plantea la necesidad de convertir la red en un espacio de resistencia frente al patriarcado, la heteronormatividad y el control corporativo, así como en una herramienta para la construcción de movimientos sociales que conecten territorios, fortalezcan el feminismo y exijan rendición de cuentas. 

También propone democratizar la toma de decisiones sobre la tecnología, cuestionar la privatización impulsada por la lógica capitalista y fomentar economías digitales alternativas basadas en la cooperación, la solidaridad y el uso de herramientas de código abierto.

Además, se busca reivindicar el poder de Internet para amplificar narrativas feministas y queer, defendiendo la libertad de expresión, incluida la sexual, frente a los intentos de censura y vigilancia de actores estatales, corporativos o religiosos. El documento rechaza la criminalización de los contenidos eróticos consensuados y promueve la creación de narrativas alternativas que desafíen la visión patriarcal dominante

En este marco, el consentimiento, la privacidad y el control de datos son principios centrales, pues la vigilancia digital es vista como una extensión de los mecanismos históricos de control sobre los cuerpos y las voces de las mujeres. La apuesta, sostienen, es reconocer a mujeres y personas queer como agentes de derechos capaces de decidir sobre su presencia y participación en el espacio digital.


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