Ciudad de México.- Se puede ser católica y estar a favor del aborto, así lo sostuvieron esta mañana, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), organización feminista que sostiene que la fe no está reñida con la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Reiteraron la importancia de eliminar la idea de que una mujer no pueda apoyar el aborto si es creyente católica, pues estas creencias perpetúan su criminalización y provocan una mayor incidencia de procedimientos clandestinos, lo que a su vez genera consecuencias graves, incluidas muertes por aborto.
Según datos de Vivas y Libres señalan que en México, entre 2010 y 2018, murieron 90 mil 562 mujeres de entre 10 y 40 años por causas relacionadas con abortos en condiciones de riesgo. Asimismo, indicaron que cada año el 13% de las muertes maternas fueron resultado de abortos peligrosos.
No olvidemos que el aborto sigue siendo una causa de muerte materna (MM) aunque haya 23 entidades federativas donde se ha despenalizado el aborto.
Según información de la Secretaría de Salud Pública, a través de sus Informes Semanales para la Vigilancia Epidemiológica de Muertes Maternas, indicó que hasta la semana epidemiológica 38 correspondiente a septiembre del 2025, las principales causas de defunción son: enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio (15.5%); hemorragia obstétrica (13.4%); aborto (11.4%) y embolia obstétrica con el (5.2%).

Con esta convicción, la organización civil comparte argumentos religiosos clave que buscan eliminar la discriminación contra quien aborto y eliminar la culpa que históricamente ha pesado sobre las mujeres que deciden sobre sus propios cuerpos.
1. No se busca la criminalización
Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) subrayan que la feligresía católica está en favor de no criminalizar el aborto ni a las mujeres que toman decisiones reproductivas. Esta afirmación se sustenta en una investigación de más de 30 años realizada por la organización, la cual está basada en evidencia.
El informe revela que, en general, las posturas de las y los católicos en torno a la moral sexual, los derechos sexuales y reproductivos y la salud han mostrado una apertura creciente. Cada vez hay mayor respaldo a la autonomía reproductiva y a la libertad de elección.
En la última Encuesta sobre Opinión Política y Sexualidad (2021), tres de cada cuatro creyentes en México coincidieron en que la legalización del aborto genera impactos positivos. Además, dos de cada tres se opusieron a que una mujer que interrumpe un embarazo sea encarcelada por su decisión.
2. Las enseñanzas morales no son dogmas de fe
El aborto, dentro de la Iglesia, se ubica en el terreno de las enseñanzas morales y no en el de los dogmas de fe. Los dogmas son aquellas “verdades” que, según el jerarca católico, resultan incuestionables e innegables. En cambio, las enseñanzas morales no son rígidas ni universales, lo que abre espacio a la reflexión personal.
Esto significa que las y los creyentes pueden discernir y tomar decisiones conforme a su realidad y situación particular.
“Las enseñanzas morales de la Iglesia no necesariamente corresponden a las realidades que enfrentan las mujeres”, apuntan desde la CDD.
Por ello, aunque existan líderes eclesiásticos que se opongan al aborto, las personas católicas pueden ejercer su libertad de conciencia, principio que establece que lo mejor es actuar de acuerdo con lo que se considera sensato, razonable y bueno para la propia vida, incluso si no coincide con las normas o autoridades religiosas.
3. La Iglesia no condena el aborto en todos los casos
Uno de los mitos más extendidos es que la Iglesia condena el aborto en su totalidad. No obstante, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, (la constitución interna de la Iglesia Católica), no todos los casos en los que se recurre al aborto merecen sanción.
Entre las excepciones se encuentran situaciones de necesidad: actuar bajo miedo, presión o violencia; cuando el aborto es accidental; en caso de ser menor de 16 años; ignorar que se infringía una norma; o carecer del uso pleno de razón.
Maribel Luna, integrante de CDD, señala que aún persisten los argumentos difundidos por la jerarquía eclesiástica, caracterizados por ser rígidos, patriarcales y excluyentes, los cuales alimentan la criminalización del aborto. Sin embargo, recuerda que la tradición católica tiene más de dos mil años y también ha producido discursos más liberadores para las mujeres, aunque estos no suelen difundirse desde la mirada patriarcal dominante.
4. La pluralidad de ideas dentro de la Iglesia
La Iglesia no está conformada únicamente por obispos y sacerdotes; también la integran todas las personas creyentes. Esto significa que dentro de ella conviven múltiples posturas y creencias.
Un ejemplo es el de Santo Tomás de Aquino, teólogo que propuso el precepto de la hominización tardía, según el cual en las primeras etapas del desarrollo embrionario no puede hablarse de una vida humana plena.
Incluso, la propia Iglesia respaldó esta idea, pues en 1974 emitió la Declaración sobre el aborto, en la que reconoció que ni la institución ni la ciencia podían determinar con certeza en qué momento del desarrollo embrionario comienza la vida de una persona.
“Para nosotras , esta declaración demuestra una mínima apertura de la Iglesia institucional para reconocer que no posee una verdad absoluta en relación con la ciencia y el desarrollo embrionario”, aseguró Maribel Luna
5. Católicas feministas en favor del Estado laico
Desde CDD sostienen que es posible ser devota y, al mismo tiempo, exigir un Estado laico que legisle de manera libre de injerencias religiosas, garantizando la pluralidad de la ciudadanía.
En este sentido, la organización enfatiza que en la elaboración de leyes que buscan despenalizar el aborto, la Iglesia no debe tener cabida, pues el principio de laicidad está garantizado en el artículo 40 constitucional.
No obstante, advierten que es necesario reivindicarlo, ya que, aunque México cuenta con una tradición de reconocimiento de la laicidad del Estado, en la práctica persisten constantes violaciones y vulneraciones a este principio.