Ciudad de México.- A raíz del caso de Paloma Nicole Arellano Escobedo -una adolescente de 14 años proveniente del estado de Durango quien murió tras una operación estética- desde el Senado de la República y el Congreso de la Ciudad de México se presentaron dos iniciativas para prohibir a clínicas, hospitales, consultorios y profesionales de la salud realizar una cirugía o procedimiento invasivo con fines estéticos a personas menores de 18 años.
Datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISPAS) señalan que a nivel mundial se realizaron 17 millones 415 mil 678 procedimientos quirúrgicos y 20 millones 535 mil 686 procedimientos no quirúrgicos durante 2024. No obstante, México ocupa el sexto lugar con la mayor cantidad (1 millón 294 mil 946), antecedido solo por Estados Unidos, Brasil, Japón, Italia y Alemania.
Del total de 734 mil 82 procedimientos quirúrgicos realizados en México, 292 mil 478 se realizaron en cara y cabeza, 294 mil 071 en cuerpo completo y extremidades, y 147 mil 533 en mama. Los procedimientos más comunes fueron liposucción (13.5%), aumento de senos (9.2%), cirugía de parpados (8.9%), aumento de glúteos (8.5%) y abdominoplastia (7.2%).
Por otro lado, de los 560 mil 865 procedimientos no quirúrgicos, 421 mil 893 se hicieron a través de inyecciones, 70 mil 83 fueron rejuvenecimientos faciales y 68 mil 889 implicó otro tipo de método. Los procedimientos más aplicados fueron la toxina botulínica (44.7%), ácido hialurónico (24.6%), estiramiento de piel (6.2%), depilación (5.4%), y reducción de grasa (5.1%).
Sin embargo, lo más preocupante es 14 millones 608 mil 944 de las cirugías quirúrgicas en el mundo se hicieron en mujeres (83.9%), así como 17 millones 281 mil 533 operaciones no quirúrgicas (84.2%), según estimaciones de ISPAS. De acuerdo con cifras proporcionadas por el diputado Pedro Haces, en México ocho de cada diez procedimientos son en mujeres jóvenes, muchas de ellas todavía adolescentes: «estos datos muestran una realidad innegable, las adolescentes son quienes están en mayor riesgo y vulnerabilidad».
Aunque se desconoce una cifra exacta que permita vislumbrar el panorama en la capital, existe una tendencia a que los menores de edad, especialmente niñas y adolescentes, sean sometidos a estos procedimientos como el caso de Paloma Nicole.
La primera iniciativa fue expuesta el pasado 30 de octubre por el diputado local de Morena, Pedro Enrique Haces Lago. La iniciativa contempla algunas excepciones cuando los procedimientos tengan un motivo reconstructivo, formaciones congénitas, accidentes o enfermedades, es decir, cuando sea necesario para preservar la salud física y mental, que ya exista antes de una valoración médica multidisciplinaria. Para garantizar su cumplimiento, la Ley Nicole propone revocar de manera inmediata a la autoridad sanitaria que rompa con la ley, así como otras sanciones.
A esta se sumó el proyecto de ley de la senadora del PAN, Gina Campuzano González, quien explicó que existen vacíos en la ley vigente que no diferencia cuando un paciente es menor de edad, por lo que, además de la prohibición de operaciones estáticas en menores de edad y de la posibilidad de realizarla solo en casos medicamente indispensables, se solicitará un diagnóstico fundado y objetivos reconstructivos claros, consentimiento informado de quien ejerza la patria potestad o tutela sin conflicto de interesés.
De acuerdo con grupos y colectivas feministas, la muerte de la adolescente Paloma Nicole representa un caso de violencia estética. El articulo «La violencia estetica» del Centro de Promoción de los Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes en Guajanuato (NIMA) sostiene que este tipo de violencia implica narrativas, representaciones y prácticas que presionan a las mujeres a cumplir con los estereotipos de belleza impuestos. Es una forma de discriminación y exclusión para quienes no cumplen los estándares e históricamente se ha ejercido sobre las mujeres bajo un sistema patriarcal y machista.
Asimismo, señalan que la violencia estética se manifiesta como una forma de control y discriminación hacia las mujeres, quienes desde niñas enfrentan la presión de cumplir con mandatos de belleza que idealizan la juventud eterna, el cuerpo delgado y ciertos rasgos físicos. Se trata de una violencia que atraviesa todas las edades donde los cuerpos femeninos se conciben como objetos de consumo en una cultura que normaliza estas exigencias.
Frente a este panorama, las operaciones estéticas fungen como el medio para moldear a las mujeres. A pesar de la lucha por la autonomía de los cuerpos femeninos, estos continúan siendo regidos por los estándares de belleza. Carmen Gonzales Martín, autora del texto ‘La doncella de hierro y la odalisca: metafísica de una imagen femenina’ considera que existen estereotipos encubiertos que crean una falsa sensación de progreso sobre la imagen femenina.
La metáfora de la doncella de hierro en El mito de la belleza de Naomi Wolf, nos recuerda que, este instrumento de tortura medieval con púas afiladas, restringe y moldea a quienes lo usan como lo hacen las cirugías estéticas. Gracias a ellas, las mujeres asumieron el papel de autoformar sus cuerpos bajo la presión social de alcanzar estándares estrictos.
De esta manera, Carmen plantea que las mujeres creen que toman decisiones libres sobre la liberación sexual y la reapropiación del cuerpo, cuando en realidad cumplen nuevos estándares de control voluntariamente, lo que continúa con la percepción de que las mujeres son objetos despojados de su individualismo.
Detrás de la operación estética de Paloma Nicole
De acuerdo con el testimonio de Carlos Said Arellano, padre de la adolescente, el pasado 11 de septiembre recibió una llamada de Paloma N., la madre de la adolescente, notificándole que Nicole se sometió a una prueba de COVID-19 la cual salió positiva por lo que no se presentaría en el colegio. Cuatro días después de enviarle el documento que acreditaba la enfermedad, le informaron que Nicole se encontraba internada en el Hospital de Santa María con un estado de salud grave.
Al llegar al lugar, se dio cuenta que Nicol estaba intubada y le explicaron que debido al COVID-19 tuvo un paro respiratorio que le causó inflamación en el cerebro. Con el paso de los días, sus signos vitales mejoraron por lo que decidieron desintubarla. No obstante, el 19 de septiembre tuvieron que canalizarla de nuevo al complicarse su salud detectándole muerte cerebral.
Después de decidir desconectar a su hija, Carlos notó que vestía un corpiño quirúrgico que no debía tener, aunque al momento no comentó la situación. Posteriormente, le entregaron el certificado de defunsión y una vez en la funeraria se dedicó a revisar el motivo del corpiño con ayuda de su madre, hermana y cuñada. En ese momento descubrieron que la adolescente había sido sometida a una operación estética para aumentar su busto.
Para no confrontar a su ex esposa, asistió a la Fiscalía General del Estado de Durango para levantar una denuncia y solicitar una nueva autopsia que le sería entregada de 15 a 20 días después. Carlos atribuye que quien le practicó la cirugía fue Víctor Manuel N., cirujano plástico y pareja sentimental de Paloma N. Ambos habrían realizado el procedimiento y se señaló que presuntamente la mujer ejercía funciones de medicina o enfermera sin serlo.
De acuerdo con la fiscal del estado de Durango, Sonia Yadira de la Garza Fragoso, el pasado 27 de septiembre a las 11:42 de la mañana se logró la detención de Paloma N. y Víctor Manuel N. por delitos de omisión de cuidado. Esto al «haber puesto el peligro innecesario de la menor» y después de encontrar que Nicole nunca asistió a una revisión médica para hacerse pruebas de COVID-19, sino que se trataba de una prueba que se hizo en 2022.
Asimismo, por solicitud de la Secretaría de Educación y de la Dirección de Profesionales acreditaron que Paloma N. no contaba con acreditaciones suficientes para fungir como enfermera en varias operaciones realizadas por Víctor N. siendo que su nombre se encontró en el expediente clínico sobre la cirugía de Nicole.
Durante los días en que Nicole estuvo enferma, Paloma N. le negó a Carlos visitar o cuidar a su hija argumentando que era decisión de la adolescente. Fue hasta que su estado de salud se complicó que dieron aviso al padre. Por otro lado, la fiscal señaló la responsabilidad de Víctor N. quien, pese a contar con el consentimiento de la madre, realizó un procedimiento médico que puso en peligro su vida.
Hasta el momento se sigue investigando la causa de muerte a través de estudios médicos y patológicos; sin embargo, Paloma N. y Víctor Manuel N. fueron puestos a disposición de un juez y pronto se fijará la fecha de la audiencia de formulación de imputación, en la cual se pedirá si se resuelve el caso de inmediato o solicitar la ampliación de tiempo para que el juez decida si se vinculan a proceso. En adherencia, la fiscalía pedirá prisión preventiva.