Ciudad de México. Tras haber presentado en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados la Ley Trasciende, una iniciativa que busca legalizar la eutanasia en México, Samara Martínez, impulsora de esta causa, solicitó a las y los legisladores que su compromiso no quede en “promesas vacías”, pues debe de ser un derecho ciudadano el poder acceder a una muerte digna y sin dolor.
Samara Martínez, mujer de 30 años quien actualmente enfrenta un diagnóstico de lupus e insuficiencia renal, ha promovido la Ley Trasciende, la cual tiene como propósito modificar el artículo 166 de la Ley General de Salud, que actualmente prohíbe la práctica de la eutanasia, calificada como homicidio por piedad, así como el suicidio asistido.
La activista ha insistido en que es momento de frenar la criminalización de quienes deciden optar por la eutanasia. “¿Cómo es posible que incluso en nuestro Código Penal se tipifique como homicidio por piedad? Es decir, entonces no podemos ser piadosos ante quienes sufren”, expresó. Cabe señalar que de acuerdo el Código Penal Federal sanciona con entre 1 y 5 años de cárcel el suicidio asistido, y entre 4 y 10 años de cárcel el homicidio por piedad.
Pese a haber logrado apertura con legisladores, quienes le han expresado su compromiso e interés por la causa, en entrevista con Cimacnoticias Samara Martínez declaró que lamenta que la iniciativa aún no sea considerada prioritaria dentro de la agenda política. Señaló que, para el gobierno actual, existen otros temas que se consideran prioritarios antes que la “dignidad humana”.
En caso de aprobarse la Ley, la eutanasia aplicaría únicamente a pacientes mayores de edad que padezcan alguna enfermedad crónico-degenerativa discapacitante o amenazante o alguna condición médica discapacitante o amenazante sin cura
Ante ello, la activista apuntó que la sociedad sí está preparada para esta ley, pues considera que “nuestra evolución en el entendimiento de la autonomía humana ha crecido”. En ese sentido, exigió que no se siga legislando bajo normas creadas hace siglos, ya que, afirma, no existe argumento sólido que se contraponga a la defensa de la dignidad y, “sobre todo”, de la voluntad del paciente.
Asimismo, exhortó a que el próximo año la iniciativa sea subida al Pleno para su votación, con el fin de que México se sume a la lista de países que han legalizado la eutanasia. Subrayó que, mientras la sociedad y las autoridades permanecen ajenas a esta problemática, existen personas que sufren dentro de los hospitales sin poder ejercer su derecho a una muerte digna.
Cabe destacar que actualmente, a nivel mundial, solo hay dos países en Latinoamérica donde la eutanasia es legal: Colombia y Ecuador. En otras regiones, está permitida en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, España, Nueva Zelanda y Australia, en este último país únicamente cuando el paciente ya no puede realizar el suicidio médicamente asistido por sí mismo.
Para Samara Martínez, tanto en su lucha por legalizar la eutanasia como en su batalla personal contra la enfermedad, el acompañamiento de las mujeres ha sido esencial, pues argumenta que el apoyo de las mujeres ha sido mucho más grande, pues “se solidarizan más”.
Añade que son las mujeres quienes acompañan la enfermedad y quienes cuidan, por lo que su empatía suele ser mayor en estas causas. “Se siente bonito, se siente la sororidad. Creo que esto es feminismo de verdad”, expresó la activista.
Más mujeres unidas por la causa
Thaily, mujer que vive con el diagnóstico de fibromialgia, una enfermedad crónico-degenerativa, también lucha en favor de la aprobación de la Ley Trasciende. Señala que la causa encabezada por Samara Martínez es indispensable, no solo para quienes enfrentan enfermedades dolorosas, sino también para aquellas personas que podrían padecerlas en el futuro, a fin de que tengan la opción de decidir “cuándo partir, sin llegar al extremo de depender de alguien que cuide de nosotros”.
Mi motivación de seguir luchando es decir: «Hice hasta lo que más pude». Es lo que me tiene aquí hoy sin dormir y hasta hace un ratito sin probar alimento; pero el saber que vamos a darle esperanza a mucha gente, no nada más los que ya estamos enfermos, los que en algún tiempo puedan llegar a enfermar, expresó Martínez.
Por ello, considera indispensable que las autoridades encargadas de legislar sean sensibles ante esta realidad y ante quienes viven día a día con dolor y no pueden continuar con sus actividades. Ella misma tuvo que dejar su oficio como estilista, pues su enfermedad le impidió seguir trabajando, por lo que ahora su tiempo lo dedica a lidiar con su enfermedad.
Asimismo, Thaily señaló la incongruencia del Estado, que por un lado asegura estar en favor de la vida, pero al mismo tiempo mantiene sistemas de salud deficientes que no atienden adecuadamente a las personas enfermas. En su caso, explicó que lleva más de medio año sin recibir consulta médica, debido a la postergación de sus citas, ya que su enfermedad no es considerada prioritaria.

Otra mujer que acompaña este movimiento es Fátima Ibarra, quien también vive con fibromialgia. Ella afirma que, a través de la Ley Trasciende, se abriría la posibilidad de elegir partir sin dolor y hacerlo dignamente, sin que los cuidadores primarios “tampoco sufran ni enfrenten consecuencias legales”.
Ibarra relató que, ante sus crisis de dolor, ha buscado la posibilidad de acceder a la eutanasia en otros países donde sí es legal; no obstante, explicó que se necesitan muchos recursos económicos y que los trámites son muy complejos
Por ello, enfatizó la importancia de no quitar el dedo del renglón y exigir que la ley sea aprobada lo antes posible, pues, como señala Samara Martínez, las personas que enfrentan enfermedades que las privan de poder estar en espacios públicos no tienen tiempo para periodos legislativos y discusiones extenuantes que no abonan a la despenalización de la eutanasia.




