Ciudad de México.- Este 2025, México perdió a diferentes feministas, defensoras de derechos humanos y periodistas que dedicaron su vida a la verdad, justicia y defensa de otras mujeres. Algunas fallecieron tras años de trabajo incansable y una vida dedicada a los movimientos de mujeres; otras en contextos de riesgo y violencia debido a su labor. Hoy, las recordamos y nombramos.
Leonor Aida Concha
Dos semanas atrás, el 17 de octubre, el movimiento de mujeres se despidió de la feminista Leonor Aída Concha, una figura clave en la historia del feminismo mexicano desde la teología de la liberación. Religiosa y feminista, dedicó su vida a desafiar las estructuras patriarcales dentro de la Iglesia Católica y a demostrar que la fe y el feminismo podían caminar juntos.
Nació el 12 de noviembre de 1933 en Chihuahua, su formación estuvo atravesada por ideologías distintas: la masonería y el cristianismo, lo que forjó su vocación por la diversidad de pensamientos.
Su vocación religiosa la llevó a unirse a movimientos ecuménicos para unificar las distintas confesiones cristianas y en espacios de reflexión teológica en América Latina. En los años 70 se involucró con la teología de la liberación que se caracterizaba por poner a las luchas sociales en el centro de la acción cristiana. Esta perspectiva la llevó a cuestionar el papel subordinado que la Iglesia les imponía a las mujeres y más tarde, construyó su propio pensamiento feminista.
Leonor dejó huella en conferencias mundiales, redes feministas y espacios académicos, donde fungió como consejera, teóloga, editora, autora y colaboradora de materiales de difusión y publicaciones sobre alfabetización, trabajo, economía y migración, así como una figura referente para varias generaciones de mujeres religiosas y feministas.
El legado de Leonor Aída Concha, pionera que entrelazó fe y feminismo – cimacnoticias.com.mx

Teresa Ulloa
Además de su labor como abogada y defensora, Teresa Colombia Ulloa Ziáurriz fue una feminista que dedicó su vida a combatir la violencia contra las mujeres y la trata de personas con fines de explotación sexual en América Latina. Nació un 31 de diciembre de 1949. Desde muy joven desarrolló un sentido de justicia que la llevó a involucrarse en movimientos sociales y, más tarde, a especializarse en la defensa jurídica de mujeres, niñas, niños y adolescentes víctimas de delitos sexuales.
Su compromiso con la justicia nació durante el movimiento estudiantil de 1968 y se fortaleció en su paso por el sindicalismo, donde identificó la discriminación hacia las mujeres trabajadoras. Esto la motivó a fundar espacios jurídicos como el colectivo «Compañera» y posteriormente Defensoras Populares A.C. A lo largo de su carrera litigó más de 25 mil casos de violencia sexual y diseñó mecanismos innovadores de atención a víctimas.
Además de su labor jurídica, escribió artículos, libros y materiales especializados, también impartió la docencia en derechos humanos y dirigió dos reformas legislativas (1989 y 1990) las cuales endurecieron las penas por violencia sexual y eliminaron mecanismos que permitían a los agresores evitar la justicia mediante el pago de multas. También participó en la tipificación del acoso sexual para que fuera considerado un delito.

Delia Selene de Dios Vallejo
Resistiendo desde la academia, Delia Selene de Dios Vallejo fue una destacada socióloga, académica y feminista mexicana cuyo compromiso con la igualdad para las mujeres marcó más de cinco décadas de trabajo universitario, político y social. Nació el 5 de abril de 1937 y cuando ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México en 1955 fue para estudiar Sociología. Desde la preparatoria ya militaba en el feminismo, cuando a los 15 años fundó la Organización de Estudiantes Universitarias, una de las primeras agrupaciones conformadas solo por mujeres en la Universidad.
Posteriormente, fundó parte de organizaciones como la Federación Mexicana de Universitarias y la Unión Nacional de Mujeres Mexicanas, y con el tiempo se convirtió en una figura clave del feminismo. Participó en numerosos foros nacionales e internacionales con ponencias sobre sociología, feminismo y derechos humanos. También fue parte de diversas redes intelectuales y de acción feminista.
Autora de libros fundamentales como Sociología de Género y Guía metodológica para elaborar diseños de investigación social, recibió múltiples distinciones por su labor docente, intelectual y feminista, entre ellas la Medalla Omecíhuatl y el reconocimiento Juana Belén Gutiérrez de Mendoza.
Pese a su fallecimiento, su legado permanece vivo en generaciones de académicas, estudiantes y activistas que continúan la lucha que ella inició.

Sandra Domínguez
El pasado 24 de abril de este año, la defensora, abogada, feminista y activista mixe, Sandra Estefanía Domínguez Martínez, fue encontrada sin vida en la terracería La Cebia en Santiago Sochiapan, Veracruz. Esto ocurrió luego de 206 días en los que fue vista por última vez en San Juan de Cotzocón, Oaxaca. La investigación de lo que le ocurrió y el acceso a la justicia por su feminicidio continúan pendientes.
Sandra fue una figura importante para las mujeres de su comunidad, nació en San Isidro Huatapam, una comunidad ubicada en el municipio de Santa María Alotepec, Oaxaca. Siendo la mayor de sus hermanas y hermanos, estudió la carrera de derecho en la Universidad Indígena de México hasta Mochicahui, El Fuerte, Sinaloa. Desde joven denunció grupos delictivos que tenían en la mira a la comunidad estudiantil y desde entonces, emprendió una causa por los derechos de las mujeres de la comunidad como su acompañamiento en la desaparición de Alicia Delgado Alarcón en 2018 o en el feminicidio de Fany Guadalupe en 2021.
La defensora no solo hizo frente a funcionarios cuando denunció la existencia del chat Sierra XXX, en el que se compartieron imágenes de mujeres ayuuk de índole sexual, incluida ella, el cual era usado por 140 hombres. También emprendió una lucha para que destituyeran a Donato Vargas Jiménez, coordinador de Delegados de Paz Social del Gobierno de Oaxaca. Pese al riesgo que corría, las autoridades oaxaqueñas se niegan a investigar su feminicidio como consecuencia de su labor afirmando que es un caso que podría estar relacionado con la delincuencia organizada, criminalizando así a la defensora.
Reportaje Especial. Sandra Domínguez, la defensora indígena oaxaqueña – cimacnoticias.com.mx

Berenice Giles
Berenice Giles Rivera fue una joven fotoperiodista mexicana que dedicó sus primeros años profesionales a documentar la escena cultural y musical de la capital. Estudió Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM y, al momento de su fallecimiento, estaba por concluir el diplomado que le permitiría titularse.
Su trabajo se desarrolló principalmente en el medio independiente Mr. Indie, donde cubría conciertos y festivales. Ejercía en condiciones de precariedad, sin seguridad social ni respaldo institucional, como ocurre con muchas mujeres que inician su carrera en el fotoperiodismo y enfrentan entornos laborales precarios, desiguales y sin garantías.
El pasado 5 de abril, murió mientras realizaba una cobertura en el festival Axe Ceremonia, en el Parque Bicentenario. Su vida y su trabajo quedaron truncados en pleno ejercicio periodístico, recordándonos la vulnerabilidad en la que siguen desarrollando su labor las mujeres jóvenes en los medios de comunicación en México.

Teresa González Murillo
Este año comenzó con el asesinato de la mujer buscadora, Teresa González Murillo, en Guadalajara, Jalisco, quien se dedicaba a localizar a su hermano Jaime, desapareció el 2 de septiembre de 2024. Además de ser líder comerciante, volcó su vida a las labores de búsqueda y a la organización colectiva junto con Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco, donde acompañaba a otras familias en la misma lucha.
El 27 de marzo de 2025, Teresa sufrió un ataque armado cuando un grupo de hombres intentó privarla de la libertad en su domicilio, en la colonia San Marcos. En el forcejeo recibió un disparo que la dejó gravemente herida. Tras varios días de lucha en el hospital, falleció el 2 de abril, convirtiéndose en la primera madre buscadora asesinada en 2025.
Su muerte dejó en evidencia el riesgo que enfrentan quienes buscan a sus seres queridos en un contexto de violencia que crece en la entidad. Teresa fue recordada por su colectivo como una mujer valiente y solidaria, cuya memoria permanece en la exigencia de verdad y justicia para Jaime y para todas las personas desaparecidas.





