Ciudad de México.- En México, en 2024, por cada 100 horas de trabajo total por semana, las mujeres destinan 62 a trabajo no remunerado de los hogares (TNRH) y solo 35.8 horas al trabajo remunerado, mientras que los hombres concentran 71.1 horas en el mercado laboral y apenas 24.6 horas en actividades de cuidado, así lo reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En 2024, la población que realizó trabajo no remunerado de los hogares (TNRH) se compuso mayoritariamente de mujeres, con 53.9 % del total; a su vez, los hombres representaron 46.1%. Sin embargo, al medir este trabajo en número de horas y en valor económico, las mujeres aportaron casi tres cuartas partes del total de esta actividad.
Esto deja ver que el trabajo de cuidados es uno de los principales pilares del mundo, ya que está presente en la vida de todas las personas y sostiene a las economías y a las comunidades. Sin embargo, históricicamente se ha reforzado la idea de que los cuidados son “cosa de mujeres”, lo que limita sus derechos y oportunidades.
Seguir delegando estas tareas únicamente a las mujeres reduce el tiempo que pueden dedicar a estudiar, acceder a un empleo remunerado digno, participar en la vida pública o simplemente descansar.
Siguiendo con el informe, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados no remunerados realizadas por la población de 12 años y más fue de 8 billones de pesos, cifra equivalente al 23.9 % del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
De ese monto, las mujeres contribuyeron con 72.6 %, mientras que los hombres aportaron 27.4 %. En conjunto, las labores domésticas y de cuidados realizadas por mujeres generaron 2.7 veces más valor económico que las que desempeñaron los hombres.
El valor económico neto anual fue de 60 mil 379 pesos, en promedio, por persona. De ese total, cada mujer realizó rabajo no remunerado de los hogares (TNRH), equivalente a 82 mil 339 pesos anuales. Por su parte, cada hombre realizó actividades similares por un monto promedio de 34 mil 695 pesos.
Según el informe, al desglosar el total del trabajo no remunerado de los hogares (TNRH), por tipo de actividad, la limpieza y mantenimiento de la vivienda representaron 26.8% del valor económico total; las actividades de cuidados y apoyo contribuyeron con 23.6%; las de alimentación, con 23.0%; las compras y administración del hogar, con 10.4%; la ayuda a otros hogares y trabajo voluntario, con 8.7%, y la limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 7.5%.
Por tipo de función, las mujeres contribuyeron más en actividades como la alimentación, con 82.0 %, y la limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 78.1%. La participación de los hombres fue mayor en compras y administración del hogar, con 41.4 %, y en ayuda a otros hogares y trabajo voluntario, con 35.4%.
Asimismo, cada niña entre 5 y 11 años destinó 4.6 horas a la semana a las labores domésticas y de cuidados del hogar, mientras que los niños colaboraron con 3.6 horas. En la población de 12 años y más que realizó trabajo no remunerado de los hogares (TNRH), incluyendo cuidados emocionales, las mujeres realizaron 39.7 y los hombres 18.2 horas a la semana.
Los estados que aportaron los niveles más altos del valor económico del trabajo no remunerado de los hogares fueron Estado de México, con 11.6 %; Ciudad de México, con 6.7 %; Jalisco, con 6.6 %; Veracruz, con 6.3 %, y Nuevo León, con 5.6 %.
Por su parte, al revisar el valor del trabajo no remunerado de cada entidad federativa respecto del PIB que generaron se observa que las entidades con los niveles más altos fueron Chiapas, con 58.4 %; Guerrero, con 50.3 %; Tlaxcala, con 46.9 %; Oaxaca, con 42.9 %, e Hidalgo, con 38.9 %.

Sistema Nacional de Cuidados
Persiste la negativa a delegar el trabajo de cuidados a alguien que no sean las mujeres, siendo el Sistema Nacional de Cuidados una alternativa para ellas. Este modelo quedó incluido como parte de las promesas de campaña y de los 100 compromisos de Claudia Sheinbaum Pardo, pero no será una realidad en este sexenio.
La actual titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlali Hernández, declaró que en esta administración México no contará con un Sistema Nacional de Cuidados porque “requiere años de planeación política y recursos que probablemente no alcancen a estar cubiertos en este sexenio”.
Pese a ello, es importante insistir en que un sistema de cuidados que funcione adecuadamente debe reconocer los cuidados como un pilar de sociedades prósperas e igualitarias desde una perspectiva de género. También implica reducir las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, que requieren gran esfuerzo, mediante el uso de infraestructura y tecnología, y redistribuir estas responsabilidades de manera más equitativa entre mujeres y hombres, hogares y Estado, así como entre familias, comunidades y empresas.
Además, un sistema de cuidados efectivo debe compensar a quienes realizan esta labor con un salario justo, protección social y condiciones de trabajo dignas; garantizar su participación en el diseño de políticas y en espacios de toma de decisiones que afectan sus vidas; y asegurar que existan recursos para sostener estos sistemas mediante fondos públicos destinados a políticas, servicios, infraestructura, normas y capacitación.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló durante la pasada Conferencia Regional sobre la Mujer que un SNC debe:
Diseñar sistemas integrales de cuidados desde una perspectiva de género, interseccionalidad, interculturalidad y derechos humanos; promover la corresponsabilidad entre mujeres y hombres, Estado, mercado, familias y comunidad; e incluir políticas articuladas sobre el tiempo, los recursos, las prestaciones y los servicios públicos universales y de calidad para atender las distintas necesidades de cuidado de la población como parte de los sistemas de protección social.




