El Salvador celebró ayer el aniversario XV de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a una sangrienta guerra civil que duro 12 años; pero hoy, cuando ex miembros de la guerrilla acusan al Gobierno de no cumplir con los acuerdos signados, la lucha de las mujeres salvadoreñas contra la violencia de género apenas empieza.
La celebración de la firma de los Acuerdos de Chapultepec, a la que acudió Felipe Calderón, se vio empañada pues de varios sectores surgieron reclamos porque el gobierno incumplió los pactos que posibilitaron el acuerdo y el fin del combate, informaron agencias internacionales.
Ex guerrilleros y líderes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) acusan al gobierno salvadoreño de otorgar escasas indemnizaciones a las víctimas y mutilados del conflicto bélico. Reclaman también el incumplimiento en materia de sanciones a los violadores de derechos humanos, ya que los ha dado por finalizados.
En este contexto, las mujeres salvadoreñas perciben su indefensión tanto dentro y fuera de sus hogares, pues aunque en esta nación, la más pequeña de Centroamérica, la ley las protege contra la violencia psicológica, física y sexual, la sociedad y las autoridades no siempre apoyan a las mujeres.
Las salvadoreñas, que constituyen mayoría según el padrón electoral, enfrentan el maltrato sobre todo en la relación familiar, cercana o no, y representa el 91.6 por ciento de los casos de abuso contra ellas, según el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer.
En este sentido violaciones, abusos, incesto y estupro, suelen darse contra las mujeres: sólo del segundo semestre de 2001 al primero de 2003, el 88 por ciento de los casos correspondían a mujeres vejadas sexualmente.
Cabe señalar que desde 1999 se comprobó, con ayuda del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que un 48.2 por ciento de los 6.6 millones de habitantes del país desconoce los derechos de la población femenina.
La guerra, que culminaría el 16 de enero de 1992 con la firma del Tratado de Chapultepec, dejó más de 84 mil muertos, 8 mil desaparecidos y 12 mil presos políticos.
Pero dejó también la enorme secuela, la inercia más bien, de una violencia que no se detiene contra las mujeres.
No es extraño, pues las estructuras militares del FMLN se reinsertaron en la fuerza armada de el Salvador, y los cuerpos de seguridad pública, responsable de numerosos crímenes, se disolvieron formando todos juntos una nueva Policía Nacional Civil, mientras que surgía la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
Hoy en El Salvador se comenten 10 asesinatos por día. Se fortalece la delincuencia organizada, las maras o pandillas se han expandido por todo el país aterrorizando a la población, en alto porcentaje las mujeres, que sufre constantes extorsiones, vejaciones y asesinatos.
07/GT/GG
