Después de iniciado el juicio oral contra tres oficiales del ejército acusados de ser los autores intelectuales del asesinato de la antropóloga Myrna Mack Chang, el tribunal tercero de sentencia revocó la libertad bajo fianza que se les había otorgado.
Pese a que sus abogados defensores impugnaron la resolución, el tribunal confirmó ayer –luego de una breve deliberación– su decisión de ordenar el ingreso a prisión de los indiciados: el general Edgar Godoy Gaitán y los coroneles Juan Valencia Osorio y Juan Guillermo Oliva Carrera.
Según el lenguaje judicial, se declaró abierto el debate de un juicio que ha sido aplazado por más de ocho años, y trascendió que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia no dejaron nada a la suerte para asegurar el desarrollo normal de este juicio.
Mientras adentro la policía custodiaba la sala de vistas –donde se lleva a cabo el proceso–, el personal de seguridad judicial practicó rigurosos registros de las personas que acudieron a presenciar el juicio.
La jueza Jazmín Barrios, una de las vocales del tribunal presidido por Morelia Ríos, fungió como vocal del tribuna sexto de sentencia que en junio del 2001 condenó a 30 años de prisión a tres militares acusados de la ejecución extrajudicial del obispo Juan Gerardi.
Mientras eso sucedía en la sala de vistas de la Corte, Tom Koenigs, representante especial del secretario general de la ONU y jefe de la Misión de Verificación de Naciones Unidas para Guatemala (Minugua), en la sede de ésta manifestaba su satisfacción por el comienzo del juicio oral contra los militares.
Desde su punto de vista, la actuación de los jueces en Guatemala debe ser con total independencia, en virtud que las decisiones que ellos toman deben ser ajenas a cualquier presión.
Por su parte la querellante adhesiva, y hermana de la antropóloga, manifestó su apoyo a la decisión del tribunal para enviar a prisión a los sindicados, ya que en varias ocasiones trataron de evadir el juicio oral mediante la interposición de numerosos recursos de amparo.
«Es significativo el paso que se da en la búsqueda de la justicia en Guatemala», aseguró el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), «porque no se trata de militares de bajo rango sino de personas de las altas esferas del ejército, quienes durante un momento de la historia nacional participaron en graves violaciones a los derechos humanos».
La agrupación humanitaria agregó que el asesinato de Myrna Mack es tan sólo uno de los crímenes que, cometidos bajo las órdenes de los tres militares, sembraron el terror desde el Estado; por lo que le solicitó a la comunidad internacional efectúen acciones que garanticen la seguridad de los jueces que conocen el caso.
El principio del debate oral para esclarecer el asesinato de la antropóloga ha causado expectación en el país, ya que el caso es emblemático y es el segundo donde altos jefes del ejército son conducidos a prisión.
Como se sabe, Myrna Mack fue asesinada el 11 de septiembre de 1990 por el especialista del ejército Noel de Jesús Beteta, condenado a 25 años de cárcel inconmutables y que además será llamado a declarar en el proceso que se sigue a los tres militares acusados de la autoría intelectual del crimen.
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