En un día más de sesiones de la Asamblea General de la ONU aquí, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, abogó por encontrar un espacio de diálogo bilateral con sus vecinos, en especial Bolivia, para hallar soluciones al conflicto bilateral por la salida al mar.
Apenas unas horas mas tarde, en conferencia de prensa, el presidente boliviano, Evo Morales, se manifestó sumamente cortés con Bachelet, a quien llamó «compañera y amiga», de tal forma que en los pasillos de este edificio se habló de un acuerdo entre ambos mandatarios para evaluar una posible concesión de un espacio de mar para Bolivia en el marco de la Comunidad Andina de Naciones.
EL VIENTO DE LAS PROTESTAS
Por aquí también anduvo el presidente de Venezuela Hugo Chávez, quien se lanzó contra el presidente de Estados Unidos George W Bush, uniéndose a la defensa de Irán para que el Consejo de Seguridad de la ONU no le aplique sanciones económicas por su programa nuclear.
Afuera, en la plaza aledaña al edificio de la ONU, 15 antichavistas se manifestaron contra el presidente, pero sus gritos en español fueron opacados por otros mas fuertes de disidentes del Congo y Ruanda, que denunciaron a Joseph Kabila y Paul Kagame, respectivos presidentes, de dirigir un genocidio contra los civiles en Goma, al este del ex Congo belga.
El martes 19, casi 2 mil disidentes estadounidenses, en el marco de una marcha protesta contra Bush, convocada por United for Peace and Justice desembocaron en la plaza aledaña al edificio de Naciones Unidas.
Sus gritos contra la guerra en Irak subieron de tono al enterarse de que Anne Wright, una ex funcionaria del Departamento de Estado que renunció en marzo del 2003 a su cargo por oponerse a la invasión, había sido arrestada al intentar ingresar a la ONU.
«A mi me arrestaron aquí mismo hace 6 meses y tengo que ir a firmar a la Corte pero lo que le hicieron a Wright es más delicado porque ella es una ex diplomática», dijo a Cimacnoticias la activista Medea Benjamín, de la organización feminista pacifista Code Pink.
Bush para entonces ya hablaba ante la ONU, luego de esquivar la marcha al entrar a la ONU por otra calle, donde un solitario manifestante gritaba en inglés con una pancarta en la mano que decía. «Bush Gang Did 9/11», (La Mafia Bush hizo lo del 9 de septiembre).
Junto a ellos, decenas de manifestantes iraníes protestaban contra el mandatario Mahmud Ahmadineyad, desde los seguidores de Madame Rajavi, exiliada en Francia, hasta los monárquicos que reivindican al Sha de Persia y los comunistas exiliados también por el gobierno islámico iraní.
Más allá, cumplía 18 días una huelga de hambre de disidentes de Myanmar, antes Birmania, que demandan la liberación de la Premio Nóbel de la Paz, Ain Sia Suu Kii, bajo arresto domiciliario desde 1988 en su casa de Rangun.
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