Una cuarta parte de todos los abortos realizados en malas condiciones en el mundo cada año son practicados a jóvenes de entre 15 y 19 años de edad, lo que suma cerca de 20 millones de abortos anuales de acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP, por sus siglas en inglés).
Así cerca de 78 mil mujeres mueren por abortos inseguros cada año en el orbe, siendo ésta, junto con el embarazo y el parto, la primera causa de defunción en la población femenina adolescente.
En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT), coloca como la quinta causa de muerte de las mujeres adolescentes, a las complicaciones durante el embarazo.
El embarazo precoz y el desempleo son los problemas que más afectan a las jóvenes mexicanas, según análisis del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Sin embargo, la maternidad en esta edad puede costar la vida.
Entre 106 millones de connacionales, 20.4 millones son jóvenes y adolescentes con características heterogéneas y pocas expectativas para sacar adelante a un hijo o hija. La mitad tiene entre 15 y 19 años, estudia y depende económicamente de su familia y tiene en esos años su primera relación sexual
El embarazo en la adolescencia es considerado un problema desde diferentes ópticas, ya que implica mayor riesgo de mortalidad materna, menores oportunidades de educación y, en ocasiones, el abandono total de los estudios, así como el fortalecimiento del círculo de la pobreza y un mayor riesgo de daño y mortalidad infantil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como embarazo adolescente o temprano aquél que ocurre entre los 15 y los 19 años de edad.
Diversos estudios indican que más del 50 por ciento de las y los jóvenes menores de 17 años son sexualmente activos. Este fenómeno es denominado sexualidad temprana en numerosos documentos, e implica riesgos de un embarazo, deseado o indeseado, con consecuencias negativas a corto y largo plazo para las mujeres adolescentes.
El inicio de la actividad sexual constituye una transición crucial en la vida de las mujeres jóvenes, quienes no siguen la secuencia tradicional de tener relaciones hasta después del matrimonio o unión. Los patrones del curso de vida se encuentran profundamente vinculados al lugar que ocupan las mujeres en la estructura social, según el Consejo Nacional de Población (Conapo).
Así la fecundidad en México se ha reducido mucho más en los grupos de mujeres de edades más avanzadas, ello explica que las mujeres entre los 15 y los 24 años de edad, concentren el 45 por ciento de los nacimientos del país.
Tener un embarazo antes de los 16 años de edad puede provocar muchos problemas de salud, como contraer infecciones urinarias y vaginales, deficiencias nutricionales, hipertensión arterial y preeclampsia, la cual resulta mortal, puntualiza la Secretaria de Salud.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que para una mujer nacida en América Latina o el Caribe, los riesgos de morir por complicaciones del embarazo son 27 veces mayores que para una mujer nacida en Estados Unidos.
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