Las mujeres rurales africanas y asiáticas trabajan 13 horas semanales más que los hombres, su labor es fundamental para la subsistencia de las familias de Africa subsahariana y el Caribe, estiman diversos estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Según la agencia de la ONU con sede en Roma, 80 por ciento de la alimentación básica es producida por la población femenina. Asimismo, calcula que en 2010 la población agraria mundial será de dos mil 667 millones de personas, de la cual más de 97 por ciento permanecerá en países subdesarrollados.
En el año 2000, las mujeres representaban casi 44 por ciento de la fuerza de trabajo agrícola de las naciones en vías de desarrollo. En seis años más podría incrementar su participación a 44.4 por ciento.
Zoraida García, especialista de la FAO, aseguró que el organismo que representa impulsará el plan de acción sobre Género y Desarrollo 2002-2007, al constatar la «invisibilidad» de la aportación femenina a la agricultura, «gran parte del trabajo de la mujer en la producción agrícola no es remunerado porque la cosecha es para autoconsumo».
El informe destaca que en la agricultura de los países pobres, los hombres aran los campos y guian los animales, mientras que las mujeres siembran, escardan, abonan, aplican plaguicidas, recolectan y trillan. Sin embargo, eso no las exime de ir a buscar agua y leña, cocinar, limpiar la casa, ser madres, criar a los niños y cuidar a los ancianos y enfermos.
La población femenina constituye casi 44 por ciento de la mano de obra agrícola de los países en desarrollo, y produce la mayoría de los alimentos básicos de África, pero su esfuerzo no es considerado como actividad productiva.
«El modelo económico ignora determinadas tareas considerándolas ‘no económicas’, tanto en los países ricos como en los pobres, y suelen ser trabajos desempeñados por mujeres, relacionados con la reproducción, la alimentación y la vida», concluyó Zoraida García.
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