Inicio Ante el asalto de la ultraderecha, la máxima juarista

Ante el asalto de la ultraderecha, la máxima juarista

Por Román González

En los 20 meses que lleva el presidente Vicente Fox al frente de la administración federal, ha sido notoria la presencia de personajes ligados a grupos conservadores; tanto en los distintos niveles de las organizaciones gubernamentales como dentro del propio Partido Acción Nacional (PAN).

De las organizaciones más claramente vinculadas al PAN destacan el grupo Provida, la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), el Opus Dei, el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (Muro), la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y los Caballeros de Colón.

De esta manera, la democracia, el progreso, el pluralismo, la tolerancia y la honradez corren el riesgo de quedarse en los buenos propósitos de campaña del actual titular del ejecutivo federal.

Si bien el partido en el poder es una institución donde hoy por hoy confluyen diferentes corrientes ideológicas, es un hecho también que siempre ha habido en él una fuerte presencia de la extrema derecha.

LOS PERMISOS EN MANOS DE LA INQUISICIÓN

En días recientes, la página electrónica de Apro, la agencia de noticias de la revista Proceso, dio cuenta de que en la nómina de la Secretaría de Gobernación (SG) aparece el nombre de Octavio Martínez Albarrán, quien cobra como clasificador de películas de la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía.

La identidad de este individuo no tendría ninguna importancia de no ser porque se trataba del personaje infiltrado en la SG que alertó a los grupos de ultraderecha para que detonaran un nuevo escándalo: esta vez por el estreno de la película El crimen del padre Amaro.

Martínez Albarrán, refiere Apro, es ni más ni menos miembro del Consejo Supremo de los Caballeros de Colón y exsecretario ejecutivo de la Alianza Nacional para la Moral (Anam): uno de los membretes de la extrema derecha vinculada de manera muy cercana al blanquiazul.

DEL OTRO LADO DE LA IMPOSICIÓN

En contraparte, organizaciones agrupadas en el Frente por el Fortalecimiento de la Cultura Laica (la Red Democrática y Sexualidad, Afluentes y Católicas por el Derecho a Decidir) condenan la intromisión de la jerarquía católica en hechos que no son de su incumbencia.

Tal como lo demuestra la consulta que el titular de la SG, Santiago Creel, hiciera a los obispos del episcopado mexicano para determinar el tipo de clasificación que se le otorgaría a la ya famosa película de Carlos Carrera, junto con su permiso de difusión.

La misma actitud se repitió días más tarde cuando se incluyó a representantes de la jerarquía católica conservadora (únicamente, pues nunca se invitó a las demás iglesias que operan legalmente en México) en el Instituto de Evaluación Educativa; hecho interpretado por la propia misma jerarquía como un signo de que los valores católicos están por ser introducidos en la educación pública.

Las agrupaciones del Frente también indican que igualmente resulta peligroso para cualquier Estado, garante de las libertades y derechos de personas, la reiteración que los legisladores de Acción Nacional hacen contra las acciones que promueven la equidad entre mujeres y hombres en materia electoral.

La misma campaña de rechazo del blanquiazul han tenido las causales que le permiten a una mujer practicarse legalmente un aborto; por ejemplo como cuando el embarazo es producto de una violación, cuando el producto tiene malformaciones genéticas o cuando peligra la vida de la mujer.

LOS COPARMEXOS AVANZAN

No menos controvertidas han resultado las relaciones de la figura presidencial con los personajes que encabezan las tendencias de extrema derecha en el gabinete.

El caso del secretario del Trabajo, Carlos Abascal Carranza, es el más sonado sin duda; aunque ha habido una amplia libertad para criticarlo, ha quedado claro también en estos 18 meses de gobierno, que el exdirigente de los patrones mexicanos es una figura inamovible y, por lo tanto, un posible prospecto para las elecciones del 2006.

Por otra parte, en DHIAC, creado en 1975 como un proyecto para apoyar los intereses de grupos empresariales, como la Confederación Patronal de México (Coparmex), ha dado cabida a personajes importantes del blanquiazul.

Uno de ellos es José Luis Luege, actual dirigente de Acción Nacional en el Distrito Federal, quien además acaba de nombrar al fundador de Provida, Jaime Aviña Zepeda, como titular de la Secretaría de Capacitación.

Otros que también tuvieron nexos con DHIAC son Luis Felipe Bravo Mena, actual dirigente del panismo nacional, exdirigente de la Coparmex y candidato a la gobernatura del Estado de México; Claudio X. González, Manuel J. Clouthier, Juan Sánchez Navarro, Alfredo Villarreal, José Castillo Barat, Jaime Colantes, Carlos Luken y Guillermo Rocha.

TODO ES CUESTION DE ACOSTUMBRARSE, DICEN

Lo cierto es que los mexicanos llevamos 18 meses viviendo hechos que poco a poco se han ido volviendo cotidianos, como la censura, la penalización del aborto en mujeres violadas, la discriminación a homosexuales y lesbianas, la satanización de lo sexual y el protagonismo político de la jerarquía católica son sólo algunos de los acontecimientos que parecen ser el común denominador de los casi dos años del gobierno del cambio.

Al parecer, más de 150 años no han sido suficientes para establecer el Estado laico, pues nuevamente vuelve a verse amenazado por conservadores ultraderechistas que intentan desaparecer la democracia, el progreso, el pluralismo, la tolerancia y la honradez.

Para defender el Estado laico, en la semana que acaba de concluir, integrantes de diversas organizaciones no gubernamentales se reunieron frente a las instalaciones de la SG para manifestar su repudio por la política del presidente Vicente Fox basada en las creencias religiosas.

«Hoy más que nunca», repetían una y otra vez como para que se escuchara en todos los rincones del país (y en especial dentro del gabinete) «tiene mucho más valor la frase del benemérito de las américas: El respeto al derecho ajeno es la paz.»

Con las notas de la danzonera Estrella de Oro como fondo, las consignas mantuvieron unidos a los manifestantes hasta que –diría Sabina– el sol se metió a la cuna del mar a roncar: «Todas somos Juárez», «Juárez vive y vive, la lucha sigue y sigue», y la gran variedad de paráfrasis de la máxima juarista: «El respeto a la maternidad voluntaria es la paz», «El respeto a la diversidad religiosa es la paz», «El respeto a la diversidad sexual es la paz».

       
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