A más 500 años de resistencia, por primera vez en la historia de las comunidades indígenas de Chiapas, donde las mujeres sufren una doble marginación, una mujer, Antonia Pérez Hernández, fue nombrada agente municipal de San Felipe Ecatepec, una comunidad con fuertes rezagos del municipio de San Cristóbal de las Casas.
Antonia Pérez Hernández dice estar muy orgullosa de ser la primera vez que tome el bastón del mando, «no es cualquier cosa que dejaron nuestros antepasados», sostiene.
De acuerdo a los usos y costumbres, la entrega del bastón de mando, símbolo de la autoridad y un ritual destinado a los hombres, le fue entregada a Antonia, que a sus 27 años siendo soltera, se encargará de la vigilancia de la comunidad y compartirá responsabilidades con una directiva integrada por hombres.
Para Tranquilino Isaías, quien es autoridad ejidal, señala que en ningún momento «nos sentimos menos, porque nosotros hemos venido pensando diferente que nuestros antepasados. En esta vida, todos somos iguales, hombres y mujeres; bien dice el dicho, la naturaleza y creación han sido parejas para todos».
El nombramiento de Antonia Pérez Hernández fue una decisión unánime de la población, que reivindica el papel de la mujer.
Cristina López, mujer habitante de San Felipe Ecatepec, afirma que los hombres dicen que no valemos, «pero sí, también las compañeras, porque los hombres no pueden caminar sin las compañeras.
Según estadísticas oficiales, en Chiapas las mujeres sufren el peor rezago, tan sólo en educación, el 70 por ciento de las indígenas son analfabetas.
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