Si, para algunas y algunos, la vacaciones ya han llegado o están a punto de llegar. Aparece entonces la necesidad de desconectarse de todo lo cotidiano, de todo lo que venimos haciendo a lo largo del resto del año.
Llega nuestro momento de viajar, de cambiar de aires y de olvidarnos de todo, aunque sea dentro de nuestra propia casa, en el supuesto que la hipoteca no nos haya permitido hacer una escapada a algún lugar deseado.
Somos personas realmente afortunadas. Nadie nos reclama en ningún hospital, en ninguna cárcel ni en ningún otro espacio que conlleve sufrimiento o sencillamente nos haga ver el de otras personas.
Podemos elegir si queremos entrar o salir de nuestro pueblo, país o estado sin dar ninguna explicación. Sencillamente con un billete de tren, avión o con el depósito de combustible de nuestro vehículo lleno, podemos ir donde queramos. Es así de sencillo.
Y aún así, nos quejamos. Y aún así nos sentimos infelices la más de las veces por causas que, en demasiadas ocasiones, son nimiedades comparadas con los problemas que sufren las gentes de otras partes.
Nuestra solidaridad, en este caso no demanda fondos económicos o recursos humanos impresionantes, porque hemos decidido poner las nuevas tecnologías de la comunicación a nuestro servicio. Y da resultado.
Pero como llegan las vacaciones, es posible que algunas gentes de muy buena voluntad, aparquen este y otros asuntos relacionados con personas que sufren y, posiblemente después, se olviden.
Bueno pues yo os recuerdo queridas amigas y amigos que aunque estemos a punto de irnos de vacaciones o ya las estemos disfrutando, seguimos recogiendo mensajes para las mujeres palestinas que no disfrutan de prácticamente nada más que del hecho de despertarse cada día vivas.
Un mensaje de ánimo para ellas, que venga cargado de ternura, que les insufle la sensación de que en el resto del mundo las recordamos y que reconocemos su valor y su trabajo en aras de la paz y, que al mismo tiempo las reconocemos como verdaderas operadoras vitales en la reconstrucción de esa paz que parece que llegar nunca.
Un mensaje de ternura para que ellas sientan nuestro aliento en los duros momentos que les ha tocado vivir, creo que no es demasiado para nadie.
La campaña ternura para la paz sigue estando viva y necesita de muchos más mensajes para ellas, para quienes ni tienen vacaciones, ni apenas tienen nada. Y es tan fácil escribir un correo electrónico con unas palabras cargadas de ternura…
Os recuerdo los medios para hacerlo.
Teneis la posibilidad de ejercer vuestra solidaridad con ellas en forma de mensajes o bien por correo electrónico a la dirección: [email protected] o bien a través del blog http://ternuraparalapaz.nireblog.com.
Ellas, las que más sufren este conflicto, os lo agradecerán mucha más que nadie.
Espero ese gesto solidario que nos permiten las nuevas tecnologías de la comunicación tanto de mujeres como de hombres, puesto que el reconocimiento a este trabajo que las palestinas realizan no entiende demasiado de desigualdades.
Gracias en su nombre y espero que esto se difunda y que podamos llevarles muchos mensajes cargados de ternura y de solidaridad.
Un beso.
* Periodista y feminista en Oventic, Valencia, España.
08/TM/CV
