Inicio Aprovecha maquiladora coreana fin de semana para salir de Hidalgo

Aprovecha maquiladora coreana fin de semana para salir de Hidalgo

Por Patricia Briseño


En diciembre del año pasado, 200 mujeres que trabajaban en la maquiladora de ropa «Chenjo»ubicada en Actopan, se quedaron desempleadas y a manera de finiquito los líderes sindicales las indemnizaron con pedazos de tela, intentando detener una denuncia de esa arbitrariedad.

Las hidalguenses ganaban un salario mínimo de 45 pesos por confeccionar sacos, que después eran exportados a Estados Unidos, dijo a Cimacnoticias, Esther Plascencia de la Red por los Derechos sexuales y reproductivos en México (DDSER).

Añadió que «Chenjo» era una empresa de capital coreano que después de tres años de operar en el parque industrial de Actopan (ubicado a 120 kilómetros al norte de la ciudad de México) aprovechó un fin de semana para retirarse, dejando las máquinas de coser y rollos de tela.

«El costo social fue impactante debido a que de un día para otro, decenas de familias se quedaron sin la entrada económica de las amas de casa a quienes, desde cinco meses antes les limitaron las prestaciones sociales».

La instalación de maquiladoras en este municipio es presentada por el gobierno local como una verdadera ventana «al desarrollo» frente a una economía artesanal basada en la elaboración de huaraches, ladrillo para construcción y textiles, explicó la médica y activista.

Las fábricas de ropa representan para las mujeres de Actopan una posibilidad de que su comunidad también pueda mejorar sobre todo en lo que se refiere a los servicios de agua potable, drenaje, electricidad y telefonía, pues muchas localidades carecen de agua entubada e incluso sus drenajes se encuentran conectados a algún río o canal.

A principios de los años 90 fue cuando en este municipio se asentaron una decena de maquiladoras, donde se registra una alta rotación de personal femenino que labora en medio de la inseguridad; plazos cortos de contratación y servicios médicos condicionados, precisó la fuente.

Citó que en el caso de la fábrica de capital coreano de referencia, «las obreras convencidas por un sindicato complaciente con el patrón», renunciaron a su derecho a la salud a cambio de obtener un poco más de dinero y cinco meses después se esfumó la maquiladora.

No es de extrañar, por lo tanto, que la oficina de Conciliación y Arbitraje de la Secretaría del trabajo y Previsión Social han hecho oídos sordos al reclamo de las 200 mujeres desempleadas.

2005/PB/LR

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