De una población de menores migrantes en el país de 370 mil niños y niñas, sólo entre 50 y 60 mil tienen acceso a la educación básica, además de que carecen de maestros titulados, ante la falta de un presupuesto federal destinado a este rubro, reconoció aquí el director del Programa Nacional de Educación a Migrantes, Rigoberto González Nicolás.
En entrevista, durante un receso del curso de capacitación a maestros de migrantes, que se celebró esta semana en la ciudad de Oaxaca, González Nicolás, expuso que es hasta este año en que el gobierno federal instaurará un programa nacional de educación básica para menores jornaleros migrantes.
Explicó que los programas de educación para migrantes tienen características muy especiales, dada la condición de movilidad de los niños que migran junto con sus padres, a los campos agrícolas del norte del país, además de que en su mayoría hablan sólo la lengua materna y no el español, lo cual dificulta aún más su enseñanza.
Aunada a la dificultad de la lengua, agregó, está la formación de quienes fungen como maestros de esa población, ya que 70 por ciento de ellos sólo cuentan con el bachillerato y carecen de la sistematización de los procesos de enseñanza, cuando tienen que enfrentarse a un grupo muy diverso de etnias.
Indicó que el gran reto del gobierno federal para este año es fortalecer el programa de educación a menores migrantes y que para ello se plantea la desincorporación de la mano de obra infantil de los campos agrícolas otorgando becas, a fin de que las niñas y los niños se dediquen a la escuela de tiempo completo, ya que las largas y pesadas jornadas en el campo los agotan y desnutren, al grado que se quedan dormidos en las aulas.
Sin embargo, aclaró que el monto de las becas no será igual al salario que reciben por trabajar como jornaleros, pero que iniciarán a la par un programa de sensibilización a los padres para hacerles ver la importancia de que sus hijos accedan a los servicios educativos.
Reconoció que el rezago en educación hacia este sector es enorme, ya que se estima que del rezago educativo de todo el país, 40 por ciento corresponde a los hijos de los jornaleros agrícolas migrantes. «Es un cuello de botella tremendo», apuntó.
Se impulsará la ampliación de la cobertura de esos servicios educativos y a partir de este año se incorporan al programa cinco estados más que tienen altos índices de flujos migratorios de jornaleros agrícolas, además de los nueve con los que ya se venía trabajando, puntualizó.
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