Cuatro mujeres periodistas de Sierra Leona fueron brutalmente atacadas la semana pasada, por un grupo que está en favor de la Mutilación Genital Femenina (MGF) en la ciudad de Kenema.
Las periodistas, Manja Balama-Samba, reportera de Sierra Leone Broadcasting Service (SLBS) y de United Nations Radio; Henrietta Kpaka, de SLBS; e Isha Jalloh y Jenneh Brima, de Eastern Radio, sufrieron la represión luego de que publicaron la informacion de la campaña internacional de «cero tolerancia» a la Mutilación Genital Femenina, que se realiza el 6 de febrero.
Las trabajadoras de la información fueron secuestradas, obligadas a desnudarse y a marchar por toda la ciudad, luego de que fueron acusadas de atentar contra la MGF, pero gracias a la intervención de la policía y de integrantes de organizaciones de derechos humanos, fueron puestas en libertad, informó Ms. Magazine.
La ablación de los órganos genitales está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos que no aporta ningún beneficio para la salud, señalan organismos internacionales. Sin embargo, esta práctica afecta diariamente a 8 mil niñas y mujeres en 28 estados del continente africano, incluidos también Emiratos Árabes Unidos, Israel e Iraq, India, Indonesia y Malasia.
El Informe «Eliminando la mutilación genital femenina», realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con diez agencias de la ONU, señala que tres millones de niñas y mujeres africanas corren el riesgo de ser sometidas a esta mutilación cada año y que, entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres sufren esta práctica en todo el mundo.
Por su parte, The Guardian dio a conocer que las integrantes de la sociedad Bond, grupo secreto de mujeres que utiliza la mutilación obligada como un método para iniciar en esta práctica a las mujeres, liderado por Haja Massah Kaisamba, declaró que «las periodistas fueron tomadas bajo nuestra custodia porque hablaron en contra de la MGF».
Manja-Balama Samba, una de las secuestradas, declaró a Independent Online que recibieron «llamadas telefónicas amenazadoras, nos dijeron que sufriríamos una lección por reportar la MGF. Nosotras sólo dimos a conocer el reporte, no participamos en ninguna campaña», aseguró.
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