En el mundo ocurren 400 mil casos de cáncer cérvico uterino cada año y 200 mil muertes, la mayoría en los países en desarrollo, no obstante que este tipo de cáncer se puede prevenir mediante la detección temprana.
Información de la organización Family Health International revela que las mujeres tienen al alcance una prueba muy sencilla para detectar la presencia del virus del papiloma humano (VPH) precursor del cáncer cérvico uterino.
Dos estudios recientes concluyeron que esta prueba puede constituir un instrumento importante en los países en desarrollo, donde las mujeres no suelen tener acceso a exámenes de detección oportuna como lo es la prueba del papanicolau.
Si bien el papanicolau –que requiere de instrumental médico–, detecta cambios cancerosos o precancerosos en las células del cuello uterino, las mujeres tienen otra opción que pueden hacer ellas mismas: utilizando un palillo y un pedazo de algodón, pueden tomar una muestra del cuello uterino y enviarla a laboratorio para su análisis.
Un estudio en el que participaron mil 415 sudafricanas de 35 años y más, observó que cuando la prueba del VPH la practicaron médicos, se detectaron 84 por ciento de los casos de cáncer; mientras que la prueba del papanicolau, 68 por ciento.
Cuando las mujeres tomaban la muestra ellas mismas se detectaron 66 por ciento de los casos, lo cual representa un resultado que no se diferencia, desde el punto de vista estadístico, de la prueba de papanicolau.
Otro estudio en el que participaron ocho mil 554 mujeres de Costa Rica obtuvo resultados similares.
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