Inicio Cada vez más jóvenes se arriesgan a buscar a sus padres en EU

Cada vez más jóvenes se arriesgan a buscar a sus padres en EU

Por la Redacción

Arriesgándose a asaltos, violaciones y la muerte, el año pasado, 6 mil 460 inmigrantes centroamericanos indocumentados menores de edad fueron detenidos en Estados Unidos y enviados a diversos albergues.

En términos de número, la cifra de niñas y niños que viaja por su cuenta, representa un aumento del 35 por ciento con relación al año anterior y aunque las autoridades detengan a un mayor número de ellos (es decir mediante la aplicación de la ley), los trabajadores sociales afirman que las medidas más estrictas para hacer cumplir la ley, realmente ocasionan que más niños viajen solos, de acuerdo con la prensa internacional.

Destacan que muchos de esos niños tienen padres indocumentados que ya están en Estados Unidos y no están dispuestos a recogerlos.

México reportó en 2005 la deportación de 3 mil 772 niñas y niños centroamericanos no acompañados con rumbo a Estados Unidos, comparado con menos de 700 en el 2003.

Ivonne Rivera, directora de un albergue para menores migrantes en Guatemala, dijo que cada vez que llega la noche son insuficientes las camas del centro, una casa grande de cemento ubicada a 45 millas de la frontera mexicana. Tenemos que colocar más colchones en cada espacio vacío del piso.

Delia Barrientos, una deportada de 15 años de edad fue detectada en un autobús que la llevaba de México a un albergue una de estas tardes, dijo que se emocionó cuando su mamá finalmente le dio permiso para viajar a Atlanta.

Mi mamá se fue cuando yo tenía 4 ó 5 años. . . Simplemente quiero conocerla. Todos los días le pido a Dios que me dé la oportunidad. Dijo Barrientos, quien fue capturada con otros dos primos mayores mientras esperaban viajar como polizontes en un tren de carga.

Trabajadores de albergues dicen que con frecuencia los padres le pagan a coyotes (traficantes de migrantes) para que lleven a niñas y niños desde los cuatro años de edad a los Estados Unidos.

Sin embargo, parece que una gran mayoría de migrantes menores son adolescentes como Luis Santos, un muchacho de baja estatura de 16 años, ojos color almendra, sentado algunas filas detrás de Barrientos. Santos dijo que él es el más joven de seis hermanos y ha estado trabajando desde que tenía siete años.

Mi padre era un oficial de policía. Fue muerto a balazos cuando estaba persiguiendo un carro que llevaba contrabando de cocaína, dijo Santos. Después de eso mi mamá aunque hubiera querido, no hubiera podido mantenerme… Ella vende verduras en el mercado y no tiene dinero.

En los últimos cinco años, Santos ha estado viviendo y trabajando en una finca de ganado, donde gana apenas para cubrir sus gastos mínimos. Finalmente yo solo quería tener algo mío, dijo Santos con lágrimas en sus mejillas. Para demostrarles a todos en mi familia que yo puedo hacerlo, que yo también puedo tener mis cosas.

06/LR/CV

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