El Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo, «es el reconocimiento más importante que hemos recibido hasta ahora. Nos da una alegría muy grande, porque nos habla de la comprensión y la apertura de los sectores progresistas de la Iglesia católica a nuestra causa», manifestó María Consuelo Mejía, directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
Tras el anuncio oficial del comité organizador que favoreció en esta ocasión el trabajo de CDD, Mejía dijo que el premio «nos muestra la pertinencia de lo que estamos diciendo, y de qué manera ha sido importante que nosotras reafirmemos nuestra identidad de católicas».
En la ceremonia de premiación el próximo 20 de abril, los organizadores también harán un reconocimiento posmortem a la abogada defensora de derechos humanos Digna Ochoa, asesinada el pasado mes de octubre.
Al mismo tiempo se exigirá a la fiscalía especial del caso que esclarezca de inmediato el crimen.
La organización no gubernamental CDD, fundada en 1994, recibió el fallo favorable de 42 grupos y organizaciones de varios estados del país, por su trabajo a nivel nacional e internacional a favor del bienestar y la salud de las mujeres, tanto en la sociedad como al interior de la Iglesia católica.
«CDD propone crear espacios de reflexión sobre nuestra experiencia de Dios, la ética y los derechos sexuales y reproductivos con un espíritu ecuménico», señaló la Fundación Don Sergio Méndez Arceo al dar a conocer al ganador de este año.
«También nosotras hacemos un reconocimiento a las organizaciones católicas que impulsan el premio, a los obispos y a quienes luchan por una iglesia diferente, con quienes nos identificamos», aseveró la coordinadora de proyectos de CDD, Guadalupe Cruz.
Se trata de un desafío y un honor, dijo, que el premio lleve el nombre de Don Sergio Méndez Arceo a quien los sectores más conservadores tildaron de «obispo rojo», y «marxista-comunista». «Estamos seguras de que si él estuviera vivo, la causa de CDD sería su causa, ya que también era feminista», agregó Cruz.
Este año estaban nominadas diversas personalidades entre religiosos, activistas de derechos humanos y periodistas. Algunas de ellas: la Hermana Leticia Gutiérrez, de la congregación de las Madres Auxiliadoras; los corresponsales del diario La Jornada en Washington, Jim Cason y David Brooks; el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro; y Esther Chávez Cano, de Casa Amiga de Ciudad Juárez, Chihuahua.
En ediciones anteriores, el Premio Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo fue para el obispo Samuel Ruiz y Rosario Ibarra de Piedra; el activista de derechos humanos Miguel Concha, la actriz Ofelia Medina, y el general José Francisco Gallardo, entre otros individuos y organizaciones.
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