Centroamericanas evaden al INM, pero afrontan más riesgos

El gobierno mexicano debe desarrollar políticas migratorias que en lugar de inhibir el tránsito irregular de mujeres migrantes, lo hagan menos clandestino y disminuyan los riesgos de que ellas afronten violencia sexual, extorsión y secuestro, demandó el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi).
 
En el contexto de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MIC-Género), que se desarrolla en esta ciudad del 3 de septiembre al 17 de octubre, Imumi presentó el libro “Un viaje sin rastros. Mujeres migrantes que transitan por México en situación irregular”.
 
En la publicación –con base en información oficial, académica y de organismos civiles–, Imumi reporta las diferencias entre la migración irregular de la población femenina, principalmente centroamericana, y la masculina.
 
Con datos desagregados, las diferentes expertas que participan en el organismo civil informan que a fin de evitar el control migratorio en la frontera sur del país, las centroamericanas se trasladan de forma más “clandestina” que sus pares varones, lo que deriva en que consigan con mayor efectividad llegar a Estados Unidos, donde la mayor parte se establece por largos periodos de tiempo y destinan más remesas a sus países de origen.
 
Gretchen Kuhner, directora de Imumi, precisa en el prefacio del libro que las mujeres migrantes –de quienes se estima conforman 20 por ciento de la población total de personas migrantes en el país– se endeudan más que los varones para iniciar el viaje y desarrollan estrategias que les aseguren evadir a la autoridad migratoria, pero no así la violencia de género y la delincuencia que abunda en la frontera sur de México.
 
Por ejemplo, ellas contratan los servicios de un “pollero” (traficante de personas), tramitan documentación falsa, eligen rutas de tránsito por carretera (distintas al tren de carga conocido como “La Bestia”), se vinculan con mexicanos (muchos transportistas) para seguir su recorrido, y se alojan en hoteles y casas de huéspedes en lugar de los albergues.
 
No obstante, para cada una de estas medidas existe un riesgo distinto que va desde agresiones sexuales de diferentes tipos (contra 39.9 por ciento de las mujeres, según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública); la extorsión de parte de autoridades migratorias en operativos carreteros; trata de personas con fines de explotación sexual o laboral, trabajos forzosos y secuestro; y pasar de una falta administrativa a incurrir en el delito de falsificación de documentos.
 
Por ello, Imumi manifestó la necesidad de que el Estado mexicano garantice los Derechos Humanos de esta población, como el derecho a la libre circulación al fomentar la movilidad humana segura, y reducir las extorsiones por parte del personal del Instituto Nacional de Migración (INM).
 
Asimismo, México debe garantizar a las migrantes el derecho a la salud con procedimientos claros para brindar atención a personas sin documentación migratoria; así como el derecho a la justicia y a la integridad personal.
 
Las expertas advierten en este informe la falta de estadísticas oficiales desagregadas por sexo que contribuyan a conocer el número exacto de personas extranjeras que están ingresando al país de manera irregular, y las características de esos flujos.
 
Este libro, cuyo prólogo fue escrito por Amalia García Medina, secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo del Distrito Federal, puede descargarse en el portal del Imumi en la siguiente dirección: http://imumi.org/unviajesinrastros/assets/un-viaje-sin-rastros.pdf.
 
15/AJSE/RMB