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Cierre de normales rurales aumentará marginación femenina

Por Valeria Valencia Salinas

Miles de mujeres hijas de campesinos o ejidatarios perderán la oportunidad de formarse profesionalmente y educar en comunidades y colonias apartadas donde la pobreza las hunde en la ignorancia, ante la intención de gobernadores de 17 estados de cerrar las normales rurales de las entidades que gobiernan.

Así lo advirtieron hoy las normalistas de Puebla y Tlaxcala, Silvia Jiménez, Fernanda García Hernández y Erika Soriano Zenteno, presentes en Chiapas para apoyar a la Normal Rural Mactumatzá, cuyos estudiantes fueron reprimidos por el gobierno estatal que eliminó el sistema de internado y autogobierno tras un acuerdo firmado el pasado miércoles con docentes y alumnos.

Entrevistadas en las instalaciones de Mactumatzá, que hasta este día se mantiene bajo resguardo de las y los normalistas al no haber actividad académica, las estudiantes manifestaron no tener miedo represalias de los gobernadores que pretenden desaparecer las normales rurales en todo el país, de las que cuatro son mixtas, siete para varones y seis para mujeres.

Con la convicción de defender a su escuela reflejada en la fuerza de sus palabras, Silvia, Fernanda y Erika argumentan que su presencia en la entidad chiapaneca se debe al compromiso social de defender la educación pública, que es un derecho del pueblo.

Luchamos porque la educación no se privatice pues si ahora el acceso a educarse es difícil, lo será aún más cuando se privatice, asegura Fernanda, pero sobre todo la determinación de viajar desde Puebla y Tlaxcala se debe a la hermandad que los une como integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) a la que están integradas las 17 normales.

Estudiantes de las Normales de Teteles, Puebla y Panotla Tlaxacla, las jóvenes comentaron que en sus respectivas escuelas han encontrado la oportunidad de mejorar las condiciones de sus comunidades o ejidos de procedencia y en donde, en la mayoría de los casos, todavía se acostumbra que la mujer no sobresalga, no estudie.

Creadas a mediados del siglo pasado, las normales fueron planeadas para la educación de los hijos e hijas de campesinos, indígenas y ejidatarios, y existía una de ellas en cada entidad mexicana. Sin embargo a partir de los años 70 la consigna de quien gobernaba fue disminuir el presupuesto dirigido a esas escuelas hasta desaparecerlas, de tal suerte que actualmente existen 17 de 32.

Desde la década de 1980 los problemas que enfrentan las normales rurales son similares: disminución del presupuesto y por ende de la matrícula, eliminación de plazas automáticas y en el último año se pretende eliminar el sistema de internado y por supuesto de autogobierno.

Ante este panorama, las normalistas aseguran «no estamos dispuestas a que desaparezcan y no le tenemos miedo a la represión gubernamental porque ya hemos sido reprimidas en Tlaxcala y somos igual de maltratadas que los hombres».

Con la desaparición de las normales, coinciden las entrevistadas, se les quitará a miles de jóvenes que viven en las comunidades o pueblos rurales, la oportunidad de estudiar de formarse, pero además se romperá la posibilidad de que ellas regresen a sus lugares de origen y eduquen a los miles de niños y niñas que necesitan educarse.

2003/VVS/MEL

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