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¿Cómo comprar el cielo o el calor de la tierra?

Por Ileana Alamilla/enviada especial

«Los comunes» son patrimonio de la humanidad y de la biosfera, elementos que tenemos la obligación moral de legar a nuestros hijos y nietas, a las generaciones futuras, dijo Silke Helfrich, directora de la Oficina para México, Centroamérica y Cuba, de la Fundación Heinrich Böll, durante la inauguración de la Conferencia Internacional sobre Ciudadanía y Comunes.

En el evento, que se realiza en la Ciudad de México del 7 al 9 de diciembre, Helfrich detalló que los comunes son todos los elementos de la naturaleza, como el agua, el aire, la información genética de plantas, animales y seres humanos; el conocimiento acumulado durante siglos, las ideas, la biodiversidad, la atmósfera, el cielo, el silencio, el espectro de ondas electromagnéticas.

Los comunes pueden ser sistemas naturales o sociales, palpables o intangibles, distintos entre sí, pero comunes al ser heredados colectivamente. Son nuestra herencia colectiva, le pertenecen a todas y todos, «sin que ello implique que podamos hacer con ellos lo que nos pegue la gana», destacó Helfrich.

La directora de la Fundación Heinrich Böll recordó que en el mundo capitalista se ha llegado a tomar como algo normal que se legalice la depredación de los recursos. Esto sucede desde hace tantos años y con tanta frecuencia, que corremos el peligro de acostumbrarnos a ello, indicó.

Helfrich puso como ejemplo que uno de los lagos más bellos de El Salvador, el Coatepeque, no lo puede apreciar «la gente de a pie», por estar cercado por los ricos de la capital, que pasan su fin de semana en el lugar y que, de forma legal, restringieron el acceso que durante siglos fue colectivo, sin que nadie protestara.

«En un mundo así, es fácil imaginarse que en algún momento tendremos que pagar por observar el paisaje», por lo que consideró como demandas políticas mínimas la preservación de los recursos; la garantía del acceso equitativo a dicho patrimonio; el reparto justo de sus beneficios, así como su gestión y control transparente y democrático.

La funcionaria subrayó que no puede haber democracia plena sin acceso equitativo, manejo transparente y sustentable de los comunes; así como tampoco puede haber acceso equitativo, ni manejo sustentable ni beneficio para el conjunto de la sociedad y para las futuras generaciones, sin ciudadanas y ciudadanos que estén conscientes de sus derechos y obligaciones, que exijan y que se corresponsabilicen con el cumplimento de estas demandas.

Finalmente, Helfrich hizo énfasis en que los comunes son de todo ser humano: son de los ciudadanos y ciudadanas, de la colectividad; no son del Estado ni mucho menos de entes privadas; ¿cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?, concluyó.

06/IA/GG

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