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Condenas morales orillan a la maternidad adolescente

Por Magdalena Manami

Convencida de que el embarazo adolescente no tiene ningún problema, que lo conflictivo es la maternidad adolescente, la psicoanalista Laura Kait afirma que es necesario escuchar en el caso concreto qué está pasando con la subjetividad de esa joven.

No se le puede pedir a una niña de 15 años que sea mamá porque ese embarazo es un error, un accidente, entonces no hay que seguir adelante con un error, hay que corregirlo, porque sino ese hijo se convierte en un error, ¿a qué lugar viene ese hijo? El mundo está lleno de hijos paridos sin deseo, sostiene Kait.

En ese sentido, Silvia Vidal, psicóloga del hospital municipal de la localidad bonaerense de Moreno sostiene que «la información es lo de menos» para entender a una adolescente que se embaraza.

«Hay que tener en cuenta los mandatos familiares, el deseo, el lugar que se ocupa en el mundo, el momento vital. Los motores para este tipo de cosas son otros, no la desinformación. La maternidad tiene motivaciones más profundas», explica.

Después de diez años de atención de adolescentes en la municipalidad de Moreno y en el hospital, Vidal se enfrenta a las posiciones de las organizaciones internacionales que analizan el tema como un generador de pobreza.

«Las hijas de los señores que escriben las estadísticas también se embarazan, pero las llevan a abortar. Así es fácil hablar de las africanas y de las chicas de la villa 31 que se embarazan», ironiza.

En Moreno habitan alrededor de medio millón de personas, de las cuales el 40 por ciento es población joven, es decir, menores de 18 años y el 60 por ciento tiene las necesidades básicas insatisfechas.

En este contexto, con una sola maternidad de 40 camas en el único hospital del distrito, en 2006 se atendieron a 3 mil 800 partos, de los cuales el 30 por ciento fueron de madres menores a 20 años.

En el resto del país las estadísticas del ministerio de Salud muestran que en 2005 nacieron 104 mil 410 bebés de mamás de 15 a 19 años y 2 mil 699 de menores de 15. El total de nacimientos fue de 712 mil 220, una cifra que se mantiene estable desde hace años.

Es decir, el 15.2 por ciento correspondió a madres menores de 20 años. Las tasas más altas de fecundidad adolescente corresponden a Chaco, Formosa y Misiones, donde se supera por mucho el promedio nacional, en tanto que la más baja, muy por debajo de la media del país, se registra en la ciudad de Buenos Aires.

PENAS MEDIEVALES

Una de las hipótesis que arriesga Laura Kait ante la elección de las jóvenes de seguir adelante con sus embarazos es que «no está bien visto el aborto por parte de una adolescente porque está penado por la Iglesia y por el Estado cómplice de esa Iglesia medieval».

Entonces, «¿cómo no se va a asustar esa chica de 15 años? A ninguna mujer le gusta ni le hace bien abortar, no es ninguna fiesta para nadie, es una situación super traumática y de dolor subjetivo importantísimo, pero siempre es mejor que seguir adelante con un embarazo», sintetiza Kait.

Como primera medida a nivel estatal Kait reclama la ley del aborto «para que una adolescente que queda embarazada tenga la posibilidad de poder pensar si va a seguir adelante con ese embarazo o no. Y para los profesionales también».

En este país, explica, se da el aborto en las clases que se lo pueden permitir, mientras el embarazo adolescente se da en las clases más humildes. En general los índices de embarazo son más altos en las clases menos pudientes, aunque también hay jóvenes que se embarazan aún cuando tienen más acceso a recursos educativos.

Por eso, dice la experta, «hay que verlo desde la educación, lo médico, lo social, lo subjetivo, como se trenza la cuestión. Los recursos económicos y culturales también son importantes. Los índices son mucho más altos en zonas más pobres donde una adolescente casi lo único que piensa que puede tener es un hijo, ¿qué otra cosa va a tener?».

EL COMPLEJO DE MARÍA

En la época medieval una mamá de 17 años era normal. Incluso en principios de siglo en Argentina las mujeres se casaban y tenían descendencia en edades que ahora se consideran adolescentes.

«El cambio se da con los movimiento de liberación femenina, cuando la mujer empieza a trabajar por su deseo como mujer y no como madre. El feminismo autoriza a un deseo femenino por fuera de la maternidad, y ahí cambian todos los valores. Entonces ¿cómo puede ser en pleno siglo XXI nos encontremos con un aumento de los índices de embarazo adolescente espeluznante?», se pregunta.

Según pudo analizar Kait en la institución en la que trabaja con jóvenes embarazadas, «en la mayoría de los casos el hombre no les importa nada a las chicas. Esto me llevó a pensar que estaba escuchando madres vírgenes. No hay experiencia de sexualidad, incluso habiendo pareja, no está en el discurso.

Ha habido una madre virgen muy famosa en la historia de los mitos de la humanidad, y me puse a investigar: partí de las diosas griegas y romanas, y pasé por las matriarcas judías del antiguo testamento, qué función mítica tenían, para llegar a María.

Esa virgen tiene un hijo para ser crucificado, el hijo salvador es el que muere en la cruz. Lo llamaría complejo de María. Esa es la razón por la que escribo el libro. Me sorprende este salto a la maternidad sin discurso sexual, el niño es lo único que me importa. El completarse con el hijo, hacerse una con el hijo.

07/MM/GG

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