130 adolescentes de México y Centroamérica participaron en el Foro Internacional Jóvenes por la Paz, en donde expresaron que una de sus principales preocupaciones es el incremento de la violencia en la región.
El Foro Internacional, realizado en San Cristóbal de las Casas, durante tres días permitió a sus participantes, en su mayoría mujeres, denunciar la violencia que sobre ellas se ejerce, como hostigamiento, abuso sexual, laboral, maltrato físico o sicológico.
Las y los asistentes procedentes de las regiones más castigadas por la crisis económica y la violencia en México, así como de Guatemala, Honduras y El Salvador, situación que de algún modo «nos hace víctimas de estigmatizaciones como si fuéramos delincuentes», denunciaron..
«En Centroamérica no todos somos pandilleros, ni prostitutas», dijo una adolescente salvadoreña, mientras otra de sus compañeras, originaria de la localidad de Chalatenango, Honduras, una de las zonas más peligrosas de ese país centroamericano, dijo «lo que nosotros buscamos es mayores oportunidades de desarrollo y que se nos permita expresar libremente nuestras ideas».
«Somos gente de paz», añadió con firmeza.
Las y los jóvenes mexicanos manifestaron su preocupación por la violencia desatada a lo largo y ancho del país, la delincuencia que sigue cobrando la vida no sólo de involucrados, sino de muchas personas cuyo único error es haber estado en el sitio y momento equivocados.
Las y los centroamericanos señalaron que para ellos las cosas son mucho más complicadas, porque aparte del recrudecimiento de la violencia y las distintas formas del crimen organizado que se han apoderado de la región, se suma que miles abandonan sus casas en busca del sueño americano, aunque muchas veces la vida se queda en el intento.
Pero no sólo esto, hombres y mujeres son igualmente victimas del creciente racismo, de la falta de oportunidades de crecimiento y del abuso constante para aquellos que emigran. Sin embargo están concientes que a pesar de las cosas difíciles tienen voluntad para superar obstáculos.
Por ello se han organizado no sólo paraintercambiar ideas y experiencias, sino para desarrollar programas que les permitan contribuir en la educación, la cultura y la economía.
La clausura del Foro se hizo en el municipio indígena de Zinacantán, donde se cerró el segundo año de trabajo de prevención de violencia y desarrollo integral de los y las jóvenes, que se lleva a cabo en las regiones de México, (Chiapas y Tabasco), Honduras, Guatemala y recientemente de El Salvador.
El programa es financiado por AWO Internacional de Alemania, y se aboca a entender las distintas problemáticas que existen en la población joven de cada uno de estos países debido a la violencia.
Los aspectos identificados son agresiones de la autoridad por el hecho de ser jóvenes; violencia familiar, en el noviazgo, cuestiones de discriminación en el empleo, en la escuela, y en la calle, así como en comunidades indígenas donde las mujeres sufren distintos tipos de abuso por cuestiones de género.
08/GG
