La ausencia de violencia dentro del hogar generaría a México un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), de 0.3 por ciento, consideró hoy aquí Francisco Cos-Montiel, consultor del Banco Mundial y maestro en Política Social por la London Scholl of Economics.
El también catedrático del Instituto Nacional de Desarrollo Social dijo a cimacnoticias que en países como Canadá, la violencia intrafamiliar genera costos de millones de dólares en la atención a las víctimas, mientras en Estados Unidos el maltrato hacia las mujeres causa pérdidas económicas importantes pues se ausentan de sus labores y buscan atención sicológica y médica.
Si sumamos todo lo que gastan los países del mundo en la atención de la violencia intrafamiliar, sería mucho menor el gasto en prevenirla, aseguró.
Consideró que el costo financiero de la violencia intrafamiliar está empezando a hacer mella entre quienes toman las decisiones políticas y sociales, en términos de lo que se pierde en días productivos, los servicios de salud que se requieren o de los días de educación que no se aprovechan, entre otros aspectos.
Como resultado de esa preocupación, en la actualidad se escuchan en México argumentos tales como el que las metas de crecimiento económico no se van a alcanzar si no se atienden problemas como la violencia intrafamiliar, lo indica la búsqueda de nuevas soluciones.
Para el experto, la falta de planeación y protección a algunos sectores productivos, como el campo, cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) ha agravado la pobreza, con repercusiones importantes no sólo en las generaciones actuales sino también para las futuras.
PESE A TODO TIENE ASPECTOS POSITIVOS EL TLCAN
Explicó que la exacerbación de la pobreza es resultado de la falta de oportunidades para encontrar nuevas formas de obtener ingreso y de herramientas para entrar a los modelos competitivos que se abren con el TLCAN, pese a que este acuerdo tiene aspectos positivos.
Especialista en género en planificación de políticas sociales, Cos Montiel estimó que al momento de negociar el TLCAN se debió estudiar la realidad del campo mexicano y reconocer en éste un sustento importante de la nación, desafortunadamente las soluciones parecen ser mucho más complicadas.
Reconoció los efectos negativos de la globalización en los grupos más pobres y vulnerables, que sufren la pauperización de sus trabajos o se enfrentan al desempleo por el cierre de maquiladoras extranjeras, que se mudan de país cuando dejan de ser competitivas.
Cos-Montiel consideró necesario que todas las personas cuenten con una red mínima de opciones en educación y salud, que les permitan oportunidades frente a la globalización, de lo contrario –advirtió el especialista- no tenemos un futuro halagador.
Se refirió a un estudio que realizó con niños y niñas jornaleras, a quienes el trabajo, si bien traía efectos negativos, también les abría nuevas posibilidades de «ver las cosas», pero de no contar con una red de protección social, estos niños y niñas tendrán un futuro incierto.
Los niños y las niñas jornaleras van a seguir migrando, van a enfrentar nuevas formas de ver y hacer las cosas, pero van a seguir reproduciendo el círculo de la pobreza, de ahí la urgencia de reconocer el sistema de educación no formal que reciben hasta ahora, como una forma de minimizar el impacto futuro.
SJ/MEL
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