La fragilidad de la economía latinoamericana amenaza a los niños y niñas del continente, que son uno de los grupos más vulnerables en caso de crisis económicas como las de Argentina o Venezuela, afirmó la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carol Bellamy.
En una conferencia en Roma, difundida este miércoles por el portal Mujeres Hoy, Bellamy admitió los progresos realizados en materia de salud y educación, pero instó a los gobiernos de la región a «no bajar la guardia» y no retroceder en lo conseguido.
Señaló que aunque las estadísticas de muchos países indican resultados esperanzadores, aún hay grupos marginales, como los indígenas, en los que la situación de los niños y niñas es significativamente peor que la media nacional.
Destacó las dificultades que enfrentan los indígenas durante el proceso de escolarización, ya que con frecuencia debe realizarse en un idioma que no es el suyo.
Externó preocupación por el conflicto civil en Colombia, que ha originado un gran número de desplazados y desplazadas, y expresó satisfacción por el programa de lucha contra la pobreza emprendido en Brasil por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que supondrá una mejora de las condiciones de la infancia.
Destacó que esas medidas permitirán mejorar el entorno familiar de los y las menores y su acceso a la educación, aunque admitió que Brasil se esfuerza ya desde hace años en este campo.
La responsable de Unicef presentó un informe en Roma en el que se denuncia la elevada mortalidad infantil en los países del antiguo bloque comunista, que no se refleja en las cifras oficiales.
Bellamy lamentó que los niños y niñas sean una vez más las primeras víctimas de la guerra, al recordar que los conflictos armados en el mundo cobran cada vez un tributo mayor de víctimas civiles.
Por ello convocó a que los gobiernos de los países afectados por conflictos armados respeten los tratados internacionales que les obligan a proteger a los y las menores y evitar que sean utilizados como combatientes.
«Es necesario un mayor sentido de la responsabilidad y terminar con la impunidad de los responsables de la violencia», añadió.
2003/MH/MEL
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