Cuando agreden o violan a una mujer “nadie hace nada”

Aunque las ciudades, como el DF, representan un lugar de desarrollo personal y económico, así como de libertad y esparcimiento, su mala planeación deriva en que sean espacios discriminatorios e inseguros, sobre todo para las mujeres.
 
En el marco del Día Mundial del Hábitat –que se conmemora el primer lunes de octubre– y como parte de la “Investigación diagnóstica para la elaboración de un modelo de UNAM segura”, se realizó en Ciudad Universitaria el foro “Ciudades seguras para las mujeres”, donde especialistas coincidieron en que la población femenina es excluida de los espacios urbanos.
 
La doctora María Ángeles Durán Heras, catedrática del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, España, señaló que las personas, especialmente las mujeres, “no conocen o viven la ciudad de la misma manera”.
 
Y es que –explicó– “no se vive igual la ciudad si se tiene que salir a las 4 o 5 de la mañana entre calles enlodadas para tomar el transporte y llegar al trabajo, o si eres una persona con coche a la puerta y que recorre distancias pequeñas”.
 
Enfatizó que el diseño y planeación de las infraestructuras urbanas deben contemplar el transporte público, pues por ahora representan una barrera “absolutamente infranqueable para que las mujeres puedan acceder con calidad de vida al empleo”, o a otros servicios.
 
Al recordar que muchas mujeres deben recorrer largas distancias para llegar a su lugar de trabajo –normalmente ubicados en una zona de la ciudad–, la especialista destacó que cuando a ellas se les obliga a viajar en un mal transporte público lento e inseguro “se les consume la jornada en ir y venir, y es prácticamente imposible que ellas accedan al empleo”.
 
La también doctora “Honoris Causa” por la Universidad Autónoma de Madrid expuso que las ciudades pueden “ser promesas de libertad, de crecimiento personal, goce corporal, pero con frecuencia lo arruina el hecho de que estamos pendientes de que no hay seguridad para disfrutar las cosas buenas que nos ofrece la ciudad”.
 
La antropóloga y feminista Marcela Lagarde y de los Ríos destacó la necesidad pensar en la seguridad humana no ligada a una visión policiaca en las ciudades, sino como un asunto de Derechos Humanos, pues de otra manera no se crearán espacios realmente seguros e incluyentes para todas y todos.
 
Así también dijo que se requiere trabajar mucho más en lograr la igualdad entre los sexos, como una forma de crear entornos seguros.  
 
Margarita Argott Cisneros, coordinadora de Modelos de Atención de la Violencia contra las Mujeres del Instituto de las Mujeres del DF, apuntó que la participación femenina en la construcción de la Ciudad de México no ha derivado en la edificación de un entorno seguro y libre de violencia.
 
Reconoció que en el DF, al igual que en otras ciudades del mundo, se ha permitido la violencia contra las mujeres dentro de una cultura de impunidad, a lo que se suma que no se ha logrado que la comunidad en general participe en la denuncia de los delitos contra ellas.
 
“Cuando agreden o violan sexualmente a una mujer nadie hace nada, muchas veces porque la comunidad no sabe qué hacer para poder denunciar y evitar la violencia que se está dando en los espacios más cercanos a ellos”, abundó.
 
A decir de la feminista, en la ciudad ciertos espacios, como los pasos peatonales, cruces o avenidas, “no están diseñados con una lógica de uso y especialmente la noche se vuelve inaccesible para las mujeres”.
 
Argott Cisneros expresó que se están realizando varias acciones para mejorar la calidad de vida de las personas en la Ciudad de México, pero que es una tarea “sumamente compleja”, ya que cada lugar vive condiciones específicas y existe una preocupación mayor por los lugares que no tienen acceso a servicios de salud, educación y empleo.
 
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