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¿Cuánto por una guardería del IMSS?

Por Sanjuana Martínez*

La red de corrupción y tráfico de influencias que ha operado durante años en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para la adjudicación de guarderías subrogadas debería terminar con la renuncia del señor Daniel Karam.

Pero como vivimos en el país del «no pasa nada», difícilmente este funcionario que ha faltado a la verdad y ha formado parte de la operación para dilatar, maquillar, rasurar y cambiar la lista de las más de mil 500 guarderías, decidirá por motivos éticos y morales abandonar su puesto. No tiene la altura.

El señor Karam prefirió esperar a que pasaran las elecciones del 5 de julio para no perjudicar particularmente al PAN y al PRI, partidos que mayoritariamente han utilizado sus influencias para que sus gobernadores, alcaldes, funcionarios, o empresarios y sus respectivos familiares, obtuvieran las guarderías como botín de la corrupción más indignante.

El funcionariado mexicano tradicionalmente ha utilizado el poder para enriquecerse. Ya no importa el partido al que pertenezcan. La mayoría sueña con llegar a sus puestos para hacer acopio de riqueza a través de las más diversas formas: robando descaradamente del erario público, traficando con influencias e información para hacer negocios o cobrando comisiones por adjudicar contratos del Estado. Lo hemos visto durante 70 años con el PRI y desde el mismo Vicente Fox y su honorable esposa Martha Sahagún, con el PAN que salió igual o peor que el anterior partido en el poder. No me extraña que los electores prefieran volver al esquema anterior.

La corrupción en el Estado ha sido y es imparable. Nadie hace nada para detenerla. Los controles internos no funcionan, la complicidad es abrumadora, la procuración de justicia es blandengue a la hora de juzgar y detener a los funcionarios prevaricadores y la honestidad en el manejo de los recursos públicos es un sueño inalcanzable.

Pero lucrar con los niños no tiene nombre, o mejor dicho, si lo tiene: familiares de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Margarita Zavala de Calderón, Carlos Medina Plasencia, Juan Carlos Murillo, Luis Donaldo Colosio, Fernando Moreno Peña, José Antonio González Kuri, Eduardo Bours, Miguel Ángel Osorio Chong, Genaro Borrego Estrada, José Reyes Baeza, Dulce María Sauri, Emilio Gamboa Patrón, Milton Castellanos, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, José Luis Parra Rubio, Alfonso Elías Serrano, el perredista Nicolás Castañeda y Manuel Ibarra Santos del gobierno de Amalia García… y muchos, muchos más.

El Instituto Mexicano del Seguro Social ha funcionado como una auténtica máquina de corrupción. ¿Por qué las licitaciones no han sido públicas a la hora de subrogar guarderías? Porque con el clientelismo y la adjudicación a dedo los directores del IMSS también han recibido su parte del pastel multimillonario. Todos se llevan una tajada.

Y para muestra solo un ejemplo: la subrogación que el IMSS hizo de una guardería al capo del cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada. Una de las dueñas de «El Niño Feliz» es María Teresa Zambada Niebla, hija y operadora para lavar dinero del cártel de su padre, según información del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. El IMSS le paga 5 millones 640 mil pesos anuales.

La lista entregada por Karam está rasurada, según han denunciado legisladores de ambos partidos mayoritarios, incluso tiene prestanombres y titulares fantasma para desviar la atención de la opinión pública y proteger los nombres de altos funcionarios de las recientes y actuales administraciones gubernamentales.

Pero esa lista apócrifa en parte, es suficiente para advertir la verdadera inmundicia que esconde el IMSS en torno al cuidado y la protección de la infancia. Por eso contrasta la desvergüenza y altanería de Daniel Karam a la hora de defender un sistema podrido.

El funcionario sostiene que no hay nada ilegal en subrogar guarderías a la parentela de políticos, funcionarios, empresarios y narcos de apellido ilustre. Lo secunda el secretario de salud José Ángel Córdova, cuya incompetencia quedo demostrada en la crisis de la fiebre porcina. Ambos consideran que no importa quienes sean los dueños de las guarderías siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos.

Lo que no dicen es que entre los requisitos del IMSS estaba el ser pariente de políticos, funcionarios, empresarios o narcos. Por el contrario, se ha demostrado que esos dueños no cumplieron con los requisitos precisamente porque son personas con palancas. Es una pescadilla que se muerde la cola.

Tanto Karam como Córdova, ambos en la cuerda floja desde hace rato, justifican la corrupción con sus declaraciones. Adjudicar a dedo utilizando el dinero del erario público es delito. Lo dice la ley.

La subrogación a modo promueve la ineficiencia, provoca el quebranto del Estado de Derecho, arriesga la vida de las y los niños y coloca el sistema de asistencia social en una cloaca maloliente.

¿Cuánto por una guardería del IMSS? Recuerde, ciudadana, ciudadano común, que entre los requisitos se incluye el apellido. Las influencias. Los chanchullos. Y las transas que esté dispuesto a hacer, en nombre del bien de la niñez.

* Periodista de investigación freelance, autora de varios libros, el más reciente: «Prueba de fe. La red de cardenales y obispos en la pederastia clerical» (Editorial Planeta).

09/SM/GG

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