El tiempo es un tema de preocupación en la Décima Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe, cuyo trabajo, no remunerado ni reconocido, genera a la larga efectos sociales y económicos negativos, de acuerdo con diversas voces aquí presentes.
En los espacios laborales, «60 por ciento de las razones por las que las mujeres tienen un ingreso tardío o se retiran tempranamente es el cuidado de personas dependientes» explicó la directora para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Marcela Suazo.
Y aunque la fertilidad ha decrecido ?con excepción de la tasa de embarazos en adolescentes–, Suazo resaltó que «en 2025 habrá 100 millones de personas mayores en la región, de las cuales 32 millones estarán en México,» lo que mantiene las tareas de cuidado, asignadas a la población femenina.
«La presencia de las mujeres en el mercado laboral es una presencia condicionada,» recalcó la funcionaria hondureña al hacer notar que en Latinoamérica entre 1990 y 2004 entraron 33 millones de mujeres al mercado de trabajo.
Esta entrada es precaria, puesto que la mayoría se unen al empleo doméstico, «un espacio de baja remuneración», indicó Suazo en el evento «Hacia un nuevo pacto social y de género: la corresponsabilidad en el trabajo productivo y reproductivo en América Latina y el Caribe».
En el panel se cuestionaron las imágenes idílicas sobre la familia y la realización personal. «Las más pobres se integran al mercado de trabajo por una gran necesidad», abundó la directora, y 80 por ciento de las familias en la región no son nucleares, es decir, no se conforman por padre, madre e hijos.
EL TIEMPO
«En el tiempo que ocupan las mujeres en trabajo doméstico, los demás integrantes de la familia tienen tiempo extra para otras cosas», como para divertirse, estudiar o hacer carrera política, dijo la Secretaría de Políticas de Igualdad en España, Soledad Murillo.
En ese tiempo, «nosotras cuidamos a los dependientes –y a los independientes– que viven con nosotros», remarcó la funcionaria feminista antes de lanzar una propuesta por la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
«El Estado de bienestar descansa en los hombros de las mujeres,» y ellas permanecen fuera del espacio público constreñidas por el trabajo de cuidado. Pero Murillo ha dejado de hablar de «conciliar la vida familiar y laboral» –mera responsabilidad femenina– para hablar de corresponsabilidad con las mujeres.
Judith Astelarra, profesora de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, explicó que en la historia de la división entre público y privado, «el tiempo de lo privado no tenía valor, no existía», y a la larga «el espacio privado se convirtió en un obstáculo para estar en lo público.»
«Desde esta perspectiva nos podemos plantear un proyecto de sociedad donde sí se establezca un pacto», en el Estado y la sociedad que reconozca las desigualdades de género y otras, como el reconocimiento del aporte de las trabajadoras migrantes ecuatorianas para las españolas.
Así, se hace un lazo entre trabajo doméstico no remunerado y las condiciones laborales de las empleadas domésticas en la región, quienes también están presentes en las discusiones de esta conferencia.
CORRESPONSABILIDAD, PROPONE CEPAL
La Comisión Económica de América Latina (CEPAL), convocante al encuentro que culmina mañana jueves, determinó que la corresponsabilidad entre hombres y mujeres «facilita la vida laboral de ambos sexos y mejora las condiciones de inserción femenina en el mercado de trabajo.»
Asimismo los gobiernos tienen responsabilidad, ya que ante «el desmantelamiento del Estado de bienestar, aunado al aumento de las personas mayores que requieren cuidados, tiene implicaciones para las políticas públicas.»
2007/MR/GG