El secretario general saliente de las Naciones Unidas, Kofi Annan, urgió a los Estados miembros, organizaciones e individuos de todo el mundo a proteger y hacer de los derechos humanos una realidad, a actuar con responsabilidad y a terminar con la impunidad, al tiempo de establecer una norma internacional que proteja a las poblaciones, que permita intervenir y poner fin a situaciones de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.
En el marco de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, celebrado ayer domingo, mencionó a Darfur, donde las matanzas y desplazamientos de civiles desde hace tres años son un ejemplo de que no se aplican los derechos humanos y donde los reportes sobre las brutalidades que pasan ahí son muy pobres, escasos e incompletos, como sucedió con Rwanda y Bosnia en la década pasada.
Annan se preguntó: ¿cómo la comunidad internacional puede proclamar el seguimiento de los derechos humanos permitiendo que este horror continúe? Culpo a quienes valoran más las nociones abstractas de soberanía que las vidas de familias verdaderas; a quienes se ponen del lado de los gobiernos y no de los pueblos, y a quienes temen que suspender las muertes ponga en peligro sus intereses comerciales.
También criticó a los gobiernos imperialistas, que conspiran contra los países en desarrollo y a los que violan los derechos humanos en su lucha contra el terrorismo, oponiéndose a las prisiones secretas.
Se debe trabajar para hacer de los derechos humanos una realidad en cada nación, dijo. El Secretario General rechazó el argumento de quienes buscan mostrar al derecho de proteger como una conspiración de las potencias capitalistas para revertir la soberanía nacional de los antiguos pueblos coloniales. «Esto es totalmente falso», afirmó Annan.
Por otra parte, hoy Kofi Annan dará su último mensaje como secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, en el museo Truman y Biblioteca de la Independencia, en el estado de Missouri.
QUE LA MISERIA SEA HISTORIA
En tanto, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour, dijo que en el mundo una de cada siete personas padece de hambre crónica y las desigualdades dentro y entre los países crecen, por ello también urgió al mundo a «convertir la pobreza en historia».
La conciencia del impacto de la pobreza sobre millones de hombres, mujeres y niños alrededor del mundo, y de cómo este estado de privación y miseria compromete nuestro futuro común, nunca ha sido mayor, dijo Louise Arbour.
Añadió que muchos países ricos aún tienen el reto de cumplir las metas de ayuda al desarrollo con las que se han comprometido, y sin embargo, continúan invirtiendo diez veces más en presupuestos militares.
Al mismo tiempo, gastan cerca de cuatro veces su presupuesto de ayuda al desarrollo -suma casi igual al total del producto nacional bruto de los países africanos- en subsidios para sus propios productores agrícolas.
De tal suerte que la indiferencia y las visiones estrechas de los intereses nacionales por parte de los países prósperos obstaculizan los derechos humanos y el desarrollo de una manera tan nociva como la discriminación a nivel local, apuntó.
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