Hasta 12 veces puede ser comprada y vendida una joven nigeriana que es trasladada a Italia para prostituirla, según una investigación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
De acuerdo con la investigación «Aprovecharse del abuso, bajo el engaño de que serán contratadas para trabajar en las casas acomodadas» de Italia, estas jóvenes son sacadas de sus comunidades de origen en Nigeria para ser arrastradas a las redes de prostitución italianas, pero durante el trayecto de viaje, son vendidas y compradas como mera mercancía.
El estudio destaca que «a las jóvenes extranjeras se les trata de la manera más brutal como objetos sexuales, dado que se considera que tienen menos derechos y dignidad por su diferencia racial o étnica» y la mafia entre las policías «que se hacen de la vista gorda» ante la trata, en su versión más moderna de esclavitud, refiere el documento.
Pero este fenómeno se perpetúa en otros países como Filipinas, en donde se ha documentado que las niñas son vendidas incluso por sus mismos familiares, es el caso de Marifé, una niña de 8 años que fue violada por su padrastro y después vendida.
LOS NIÑOS Y LA PROSTITUCIÓN
El estudio destaca que los niños también son objeto de explotación sexual y se les encuentra principalmente en playas, calles, plazas o parques, tan solo en Sri Lanka, los niños prostituidos por las redes oscilan entre los 20 y 30 mil.
En República Dominicana, por ejemplo, a estos pequeños se les denomina Sanky Panky, y son obligados a estar con turistas extranjeros en dos principales playas de este país latinoamericano.
En Praga, refiere el mismo estudio, los menores prostituídos tienen en su mayoría entre 14 y 20 años y provienen de familias disfuncionales, principalmente.
Datos de la Oficina del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, calcula que en más del 50 por ciento de todos los materiales de pornografía infantil confiscados en este país, hay niños.
En África, por ejemplo, se recluta a los adolescentes varones en las fuerzas armadas con el objetivo de que «presten servicios sexuales a los soldados», como se documentó en el conflicto Bosnia Herzegovina, en donde se utilizaron a niños para este fin.
Entre las secuelas que deja un abuso sexual en las y los niños están las psicológicas y las físicas, y en el caso de los hombres, es más difícil que denuncien un abuso toda vez que se asocia con la homosexualidad.
«Cuando un adolescente revela que ha sido objeto de abuso sexual, se le castiga aún más cuando se duda de su virilidad y de su orientación sexual», ésta es la razón por la que los niños no hablan sobre ello.
De acuerdo a algunas investigaciones realizadas por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania, los problemas psicosociales aparecen a largo plazo destacando los trastornos psiquiátricos desde leves hasta graves, toxicomanías y problemas sexuales entre los que ubicó identidad sexual, adopción precoz de comportamientos de alto riesgo y una transformación de víctima en atacante.
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