Norma Santiago denunció a la escuela católica «Solar Juvenil Oaxaqueño» porque protege a Alejandro Cortés, coordinador académico del plantel y agresor sexual de su hijo de 14 años de edad, y porque le negó al adolescente su derecho a continuar sus estudios de tercer año de secundaria.
En conferencia de prensa, la madre del estudiante agredido relató que en mayo pasado, en dos ocasiones, Alejandro Cortés se llevó a su hijo al baño, donde lo desnudó y le tocó sus genitales. En la primera ocasión también abusó de otros dos estudiantes cuyas familias optaron por guardar silencio y en la segunda ocasión abusó sólo de su hijo de 14 años.
Ese mismo mes, Norma Santiago presentó una denuncia en la agencia especializada en delitos sexuales y se inició la averiguación 197BC/2008.
En el segundo día de clases, la madre superiora y directora del colegio católico «Solar Juvenil Oaxaqueño», María Elena Sosa, le devolvió los documentos oficiales del alumno, argumentado que no tenía cupo, a pesar de que el pase al siguiente nivel educativo es automático. Le dijo también que no lo inscribiría pues había reprobado tres materias y debía colegiaturas, a pesar de que existen los recibos de pago correspondientes.
La madre de familia exigió que se aplique la justicia y denunció a la institución católica porque aseguró que personas como Alejandro Cortés no deberían trabajar en la institución. Dijo también que las monjas protegen al agresor, poniendo en riesgo la integridad de otros jóvenes.
Norma Santiago pondrá una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de Oaxaca y confió en que las autoridades harán su trabajo, pues tiene conocimiento de que Cortés ha cometido otros abusos y cuenta con antecedentes penales.
Narró que anteriormente su hijo había sido hostigado por el coordinador académico, quien tiene un trato brusco contra los niños y lo insultaba llamándolo «caca» y «tonto».
La madre del niño pidió a otras familias que denuncien estos abusos, que no se queden callados para evitar que Alejandro Cortés goce de impunidad y lamentó la actitud asumida por las monjas católicas que manejan esta institución fundada desde el siglo pasado en Oaxaca.
08/SJE/GG/CV