La firma del Acuerdo Nacional para el Campo es el reconocimiento de la lucha campesina mexicana por reivindicar su dignidad y ser responsable de la producción de alimentos, en los que la participación femenina es fundamental, aseguraron hoy mujeres asistentes a la firma del convenio.
María Hernández, integrante de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), externó que existe desconfianza porque hay una cultura de incumplimiento de los acuerdos del gobierno mexicano, incluso del actual.
Entrevistada en Palacio Nacional, dijo que la crisis que vive el campo mexicano desde hace varias décadas ha llevando a la incorporación de mujeres en las tareas agropecuarias. Con la firma del acuerdo, se revisará toda la programación del sector agropecuario y una reestructuración de las carteras vencidas.
En tanto, Melda Alquisira, militante de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares, aseguró en entrevista que no se están contemplando las verdaderas necesidades planteadas por el sector agropecuario hacia las mujeres productoras.
Para ella, deben plantearse estrategias de desarrollo. Es decir, no solamente es, «vamos a dar presupuesto para el campo», sino más bien que cada una de las comunidades, ejidos y zonas agropecuarias planteen lo que necesitan para el desarrollo agropecuario y la conservación de recursos naturales.
Calificó al acuerdo como retórica, pues se ven las necesidades de fondo ya que insistió, en las comunidades rurales las mujeres son distintas. «Son buenas las intenciones en cuento a producción agropecuaria, pero las cuestiones culturales, por ejemplo, no las están tomando en cuenta», resaltó.
Por su parte, la presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rosario Robles, destacó que existen aspectos importantes en el Acuerdo Nacional para el Campo, como la política de presupuestos multianuales, así como de mayores recursos al Fondo de Emergencia y viraje en la política económica hacia el medio rural.
Pero el gobierno mexicano debe demostrar que en efecto está dispuesto a abrir esta negociación para excluir al maíz y frijol del proceso de apertura comercial y esto implica que ya se ponga en contacto con el gobierno de Estados Unidos y de Canadá para iniciar este proceso. «No basta con esta firma», dijo.
Recordó que las organizaciones campesinas pidieron a todos respeto, particularmente al presidente de la República de que esto no se utilice con fines electorales.
A pesar de que excluye la revisión del apartado agropecuario del artículo 27 constitucional y la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dicho acuerdo entrará en vigor a los 30 días de su firma.
Las organizaciones que no firmaron el acuerdo son la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDCCH) y Frente Nacional en Defensa del Campo Mexicano (FNDCM), todas ellas pertenecientes al Movimiento el Campo No Aguanta Más.
2003/RGL/MEL
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