Inicio Desigualdad de géneros, fuente de conflictos: Banco Mundial

Desigualdad de géneros, fuente de conflictos: Banco Mundial

A pesar de que las mujeres participan más activamente desde hace medio siglo en la vida social y económica de México, el Banco Mundial afirma que «la desigualdad entre los hombres y las mujeres de México constituye una fuente de conflictos, tanto familiares como comunitarios, y son un verdadero freno para el desarrollo social y económico del país».

En México, sólo el 35 por ciento de las mujeres es parte de la población económicamente activa, un porcentaje bastante bajo si se compara con otros países de similar nivel de desarrollo.

En un comunicado de prensa, el Banco explica que existen avances, sobre todo en la reducción de la brecha de género en la educación, en las tasas de mortalidad materna y en el aumento en la participación en la actividad económica.

Sin embargo, estos avances no han sido uniformes: por ejemplo, las tasas de fecundidad entre las mujeres que viven en zonas rurales y sin educación duplican a las de sus pares en áreas urbanas.

Para enfrentar las limitantes derivadas de esta situación, indica el organismo internacional, México creó el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), cuyo objetivo es diseñar estrategias de promoción de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

Con este propósito, y con la ayuda del BM, el Inmujeres puso en marcha en 2001 un innovador proyecto llamado «Generosidad», el cual busca mejorar la equidad de género dentro del marco de la estrategia del país para la reducción de la pobreza y la sostenibilidad social.

El proyecto, que se extendió hasta diciembre de 2005, abordó las consecuencias de los roles de genero para ambos sexos, más que concentrarse en forma exclusiva en los problemas de la mujer, aunque también abordó los vínculos que existen entre los géneros.

El proyecto, según el Banco, ha sido todo un éxito.

Durante el proceso, los logros se dividieron en personales y de grupo, en los cuales se fortaleció la organización, la capacitación, metodologías de trabajo y apertura de espacios de trabajo.

Generosidad puso en práctica dos modelos:

El Programa Convive en el ámbito comunitario y el Modelo de Equidad de Género (MEG) en el sector privado, que podría ponerse en marcha, dados sus resultados, en marcha en América Central, Chile y Egipto.

Los indicadores más interesantes de este proyecto tienen que ver con el nivel de satisfacción que se consiguió durante su implementación.

Por ejemplo, al principio se fijó como meta aumentar en 15 por ciento la participación de las mujeres en el acceso al financiamiento de proyectos productivos y al final del proyecto se obtuvo el 59 por ciento.

Asimismo, se logró el 100 por ciento de la capacitación del personal del Inmujeres. De igual manera se superó la meta de capacitación de líderes comunales sobre la relación entre género y desarrollo, beneficiando a más de 434 participantes.

Mediante el Programa Convive se financiaron 69 proyectos para promover la equidad de género en el ámbito comunitario, en diversos campos de actividad.

Convive benefició a más de seis mil mujeres, que hoy en día juegan un rol en el desarrollo y en la vida familiar de sus comunidades, con más de 290 mujeres capacitadas para convertirse en líderes y así mejorar el capital social de las comunidades en las que viven.

El resultado más importante de este esfuerzo fue, de acuerdo con las propias beneficiarias, el mejoramiento de las relaciones entre parejas y la creación o el fortalecimiento de organizaciones con una perspectiva más integrada del significado de género y con un compromiso más fuerte para la promoción de la vida cívica y la convivencia comunitaria.

Hoy en día, el 80 por ciento de las organizaciones de mujeres que no contaban con reconocimiento legal para efectuar actividades con financiamiento público cuentan con estatus legal que les permite continuar obteniendo financiamiento.

La asistencia técnica que se ofreció con una perspectiva de género contribuyó a elevar la productividad en un 59 por ciento de las actividades producidas por los líderes capacitados y fue diseminada a más de 182 especialistas que colaboran con las organizaciones sin fines de lucro que participaron en el programa.

A través de Generosidad se logró capacitar a 57 firmas para adoptar el Modelo de Equidad de Género, MEG 2003, superando la meta de unas 40 firmas que se habían propuesto al comienzo del programa.

Con la ayuda del MEG se implantó la perspectiva de equidad de género en las compañías privadas, entidades del sector privado y en organizaciones no gubernamentales, lo que beneficio a más de 170 mil empleadas y empleados.

Entre los beneficios más importantes se encuentran: el mejoramiento del clima organizacional y la comunicación; un aumento en el número de mujeres en puestos de carácter directivo, aumento de la productividad; además se reportó una mejoría en la estabilidad laboral y de la responsabilidad social de la corporaciones.

07/LPB/GT/GG

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