Dilma Rousseff, la presidenta electa de Brasil, quien el pasado primero de enero asumió el cargo dijo entonces que quería, como mínimo, que un tercio de los 37 ministerios del Gobierno federal brasileño fueran ocupados por mujeres.
Aunque una vez asumida la presidencia, no se haya alcanzado la cuarta parte, los recientes nombramientos es un número que supera en mucho las tres ministras que formaban parte del anterior Ejecutivo.
Miriam Belchior, ministra de Planificación será la segunda mujer más poderosa del Gobierno y bajo su responsabilidad estará la gestión del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), una de las más destacadas iniciativas del gobierno de Lula da Silva que impulsara la ahora presidenta.
En la lista triplicó, en relación al gobierno anterior, el número de mujeres: la cantante Ana Buarque de Hollanda, estará a la cabeza del Ministerio de Cultura; la economista Tereza Campello será la responsable por la secretaría de Desarrollo Social; la socióloga Luiza Helena de Bairros encabezará la secretaría especial de Promoción de la Igualdad Racial.
Estos nombramientos se suman a los ya anunciados, entre los cuales se destacan más mujeres: Helena Chagas, en la Secretaría de Comunicación Social, Izabella Teixeira, en Medio Ambiente, Maria do Rosário, en la Secretaría de Derechos Humanos y la ya mencionada Miriam Belchior, en Planificación, Presupuesto y Gestión.
Los ministros anunciados por Rousseff ya suman 29 de los 38, perfilando un gobierno de continuidad con el de su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva. Algunos de los principales secretarios del equipo de Lula, como el ministro de Hacienda, Guido Mántega, y el de Defensa, Nelson Jobim, permanecerán en sus cargos. Otro caso es el de Alexandre Padilha, del Partido de los Trabajadores dejará la Secretaría de Relaciones Institucionales para asumir el Ministerio de Salud.
10/PC/LGL