Como propietarias o ejecutivas, las mujeres también están presentes en el ramo empresarial, espacio del poder económico y social considerado tradicionalmente masculino.
De acuerdo con su perfil, el 70 por ciento de las mujeres ejecutivas, según una encuesta de la Asociación de Mujeres Ejecutivas de México (AMEM), tiene entre 30 y 44 años; el 48 por ciento está casada; 40 por ciento soltera, el 10 por ciento divorciada; y el 93 por ciento tiene estudios de licenciatura, de las cuales 70 por ciento son egresadas de universidades privadas y el 26 por ciento de instituciones públicas.
Las áreas donde se concentra el trabajo de las ejecutivas es la rama de los recursos humanos, compras, mercadotecnia y en general puestos relacionados con la comunicación y las Relaciones Públicas.
EMPRESARIAS
Dice el Inmujeres, que son precisamente las empresas de mujeres las que suponen viabilidad para marcar el rumbo hacia una perspectiva del desarrollo sostenible, para estimular la participación, organización y crecimiento de la productividad.
La actividad empresarial de las mujeres tiene una gran importancia no sólo para el desarrollo económico del país, sino también para el sostén de la familia, ya que en 68 por ciento de los casos aportan al menos 50 por ciento del ingreso de sus hogares.
El ingreso de una de cada 3 empresarias constituye la totalidad del ingreso de su hogar.
De acuerdo con el sondeo realizado en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Empresarias, en noviembre de 2003, la mayoría de las empresas de las mujeres encuestadas se encuentran en el sector de los servicios y predominan las microempresarias (55 por ciento), aquellas cuyas empresas estaban constituidas por menos de 10 empleados, y cuatro de cada cinco empresas de mujeres fueron fundadas por ellas mismas.
Los motivos por los cuales iniciaron la actividad empresarial las mujeres, se refieren, sobre todo, a la «necesidad de mejorar su situación de vida y obtener ingresos propios» y a la «búsqueda de independencia y deseo de un negocio propio» (42 por ciento).
La mayor parte de las mujeres empresarias declararon ser socias de su empresa (55 por ciento), sobre todo, con la participación de socios familiares (36 por ciento).
La principal fuente de financiamiento de las empresas de mujeres, en 2002, fue la reinversión de ganancias La exportación es una práctica poco común: sólo 7 por ciento de las empresas de mujeres exportan.
La mayoría de las mujeres empresarias son mujeres unidas con una pareja, lo cual corresponde a las edades adultas en que se ejerce la actividad laboral, pero según la ENE 2000 las empresarias presentan una proporción importante de mujeres separadas y divorciadas.
Tres de cada cuatro de las encuestadas en el sondeo del Inmujeres declararon contar con estudios superiores: 47.9 por ciento cuenta con licenciatura y 28.7 por ciento con estudios de posgrado.
La actividad empresarial de las mujeres tiene una gran importancia para el sostén de la familia ya que en 68 por ciento de los casos, aportan al menos 50 por ciento del ingreso de sus hogares. Tres de cada cuatro piensan que su actividad es difícil de realizar debido a la necesidad de conciliar sus distintos roles: hija, madre, esposa y trabajadora.
MICROEMPRESARIAS
Según la Encuesta Nacional de Micronegocios (INEGI, 2002) de los 590 436 dueños de micronegocios que son patrones, 19.2 por ciento eran mujeres (113 658) y hombres 80.8 por ciento (476,778) (80.8 por ciento). De la población ocupada en el 2003, 4 por ciento estaba clasificada como empleadora (5.2 por ciento hombres y 1.7 por ciento mujeres). El 0.3 por ciento de las mujeres empleadores tenía más de 50 empleados.
Los datos del 2005 muestran que se incrementó ligeramente la proporción de empleadores entre la población ocupada, 4.6 por ciento en ese año, el cual se reflejó ligeramente en la proporción de mujeres empleadoras pasando de 15.2 por ciento en el primer trimestre al 16.6 por ciento en el tercer trimestre.
07/CP/CV/GG
