El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) publicó un manual para que la población femenina conozca sus derechos con miras a lograr igualdad de condiciones y oportunidades en el mercado laboral y los centros de trabajo, así como en su participación sindical.
El «Manual de género, trabajo y cambio social», editado por el Inmujeres en colaboración con la Red de Mujeres Sindicalistas, pretende ser una herramienta dirigida «a las mujeres y los hombres que integran las representaciones sindicales a fin de que incorporen la perspectiva de género» en el mundo laboral.
Mediante la llamada perspectiva de género, el manual intenta educar a las y los trabajadores para que eliminen prácticas discriminatorias y construyan «mejores y más justas condiciones de vida y de trabajo para todas las personas con independencia de su género».
El documento señala que entre 1984 y 1995 se ha incrementado sustancialmente en América del Norte la presencia femenina en el ámbito laboral. Mientras en Canadá y Estados Unidos tal aumento fue de 28 y 25 por ciento, respectivamente, en México fue de 72 por ciento.
Además, en este país las mujeres ingresan al mundo del trabajo «muchas veces» por necesidad de completar el ingreso familiar, y otras porque son las responsables de una familia.
Afortunadamente, subraya el manual, «cada vez más mujeres lo hacen por decisión propia al tener la posibilidad de estudiar y prepararse profesionalmente».
El «Manual de género, trabajo y cambio social» incluye cuestionarios y diversos gráficos para que las personas identifiquen la discriminación «que no se ve» que ejercen los empleadores contra las trabajadoras.
El documento advierte que la discriminación directa ocurre cuando el empleador o empleadora de manera explícita anuncia el sexo de los aspirantes. La indirecta ocurre cuando se estipula un requisito «no necesario», como una estatura determinada, para realizar un trabajo, pero que elimina la posibilidad de que la mayoría de las mujeres lo cumpla.
Además de proponer diversas medidas que pueden adoptarse para romper con la segregación ocupacional, el manual enlista una serie de obstáculos que impiden la participación plena de las mujeres en las actividades sindicales, y convoca a «plantear algunas alternativas de solución».
Entre esos obstáculos para las sindicalistas, señala las responsabilidades familiares y del hogar, actividades que se les ha atribuido tradicionalmente a las mujeres. Otro impedimento son las actitudes sexistas de los miembros de un sindicato, quienes consideran que el liderazgo formal es de dominio masculino y no apoyan a candidatas mujeres.
Al mismo tiempo, el manual incluye un capítulo dedicado al hostigamiento sexual, «problema generalizado y recurrente en los centros laborales». Establece algunas medidas para identificarlo y enumera diversas alternativas para confrontarlo.
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