El tema central de la película con este título revelador, tiene que ver con la matanza de mujeres en Guatemala, recientemente estrenada en Londres en el mes de marzo pasado durante el Festival de Cine de Derechos Humanos de la Organización Human Rights Watch, y dirigida por la canadiense Giselle Portenier, en la que se analizan los asesinatos no esclarecidos de mujeres en este país fronterizo.
Existiendo una total impunidad, se hace una denuncia por la ausencia de investigaciones de dos mil asesinatos desde 1999, donde ocurrieron sólo en 2005, 640 feminicidios. Dos mujeres cada día asesinadas, ha representado esta historia de violencia en medio de la guerra civil donde 200 mil personas murieron y cuyo impacto está presente en tres generaciones de asesinos en libertad.
No ha habido una comisión que investigue los abusos de violencia que se producen contra las mujeres en donde son un blanco fácil sobre todo por estar en las fronteras de la vulnerabilidad, donde el género, la migración y los derechos sexuales y reproductivos son temas necesarios de estudio y análisis para la correcta procuración e impartición de la justicia.
Se constata la necesidad cada vez más urgente de adicionar un enfoque transnacional a la migración voluntaria o forzada femenina que permita vincularla con fenómenos mundiales como la globalización económica y cultural, la promoción de una agenda internacional de derechos humanos y de las mujeres, donde las nuevas formas y dimensiones de los desplazamientos de personas provocados por conflictos armados o la práctica del tráfico de mujeres y niñas y niños con fines de explotación sexual comercial tiende a crecer.
En este contexto, resulta imprescindible avanzar en un modelo de intervención que incorpore las relaciones de género a través de diferentes geografías genéricas de poder representadas por el cuerpo, la familia, el Estado o las fronteras internacionales.
Dado los cambios del mapa político y económico del continente, nuestras fronteras se ensanchan y las responsabilidades de las naciones en la comunidad internacional imponen a los países enmendar las normas del llamado control migratorio, por la perspectiva de gestión migratoria.
Un marco de regulación actual hace exigente que se contemple la permanencia, el retorno, la reunificación familiar, re-vinculación, el tránsito fronterizo y el traslado de personas a terceros países. Un reconocimiento de la vulnerabilidad de las mujeres, niños y niñas ante el fenómeno migratorio han sido los acuerdos para la concreción del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños como instrumento internacional de gran alcance para regular tal delito; superando con creces los enunciados de la Convención de 1949 para la Superación del Tráfico de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena.
La importancia de aprobar una ley específica del tema de la trata de personas es vital dada nuestra realidad, sin embargo; esta magnifica oportunidad depende de la realización del periodo extraordinario de sesiones donde la Cámara de Diputados pueda aprobar dicho ordenamiento a fin de que se describan los delitos relacionados con este fenómeno llamado la nueva esclavitud.
Este tema del tráfico ilegal de personas y la trata de mujeres, niños, y niñas para el comercio sexual, requiere especial atención dentro de las modificaciones legislativas; lo que exige que se establezcan puentes y enlaces entre el ordenamiento penal y de migración, incorporando plenamente los avances internacionales de protección a la víctima y sanción ejemplarizante a los autores de estos crímenes ya se traten de personas individuales o de grupos organizados.
El cine que trata el tema de los asesinatos de mujeres permitirá dejar testimonio histórico, pero sobre todo mover al mundo a actuar en contra de estas crudas escenas, para romper el silencio de la impunidad.
*Legisladora mexicana
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