El libro «Atenco, el peso del poder y el contrapeso de la resistencia civil», de la ambientalista y defensora de derechos humanos Cristina Alcayaga, documenta los excesos de poder del gobierno foxista que vulneró los intereses y garantías de los campesinos al tomar la decisión de construir en ese lugar el aeropuerto de la Ciudad de México.
Así lo aseguró el periodista Ricardo Rocha tras calificar el libro como una obra fundamental para preservar en la memoria el «aterrizaje forzoso» de un capítulo decisivo en la historia contemporánea de nuestro país.
Durante su participación en la presentación de la obra de Alcayaga, ayer en Casa Lamm, el director de la agencia Detrás de la Noticia señaló que el proyecto de Atenco deja de manifiesto la incapacidad del autollamado «gobierno del cambio» de evitar un conflicto que jamás debió aflorar, pues se trata de una comunidad que hizo uso de su derecho a defender su tierra.
No hubo un solo funcionario sensible dispuesto a ensuciarse las botas para advertir el problema que significaba la construcción de un nuevo aeropuerto en esas mil 300 hectáreas: la desaparición de toda una comunidad llamada Atenco, denunció.
Para la autora del ensayo, Atenco es un ejemplo de que el paso de la democracia electoral a la buen gobierno no es fácil; por el contrario, es un proceso que requiere inteligencia y capacidad de quienes toman las decisiones.
En su libro, Alcayaga describe una historia de excesos de poder, aprehensiones, mítines, secuestro de personas, heridos, lesionados, controversias constitucionales e insensibilidad gubernamental cuyo resultado fue un campesino muerto y la cancelación del proyecto de infraestructura más importante del sexenio.
En este sentido, Ricardo Rocha advirtió la capacidad organizativa de los campesinos de San Salvador Atenco, quienes se unieron en un movimiento original y legítimo, lo que deja dos enseñanzas: al gobierno, que ninguna decisión oficial puede estar por encima de los derechos humanos, y a la sociedad, que a los campesinos de Atenco sólo podrán sacarlos muertos de sus tierras.
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