Inicio En donde se socava la prevención de la violencia contra la mujer: PGJE

En donde se socava la prevención de la violencia contra la mujer: PGJE

Por Blanca E. Buenfil Vanegas*

A pasos lentos pero seguros se ha avanzado en la erradicación de la violencia contra las mujeres, y lo celebro, me da ¡tanto gusto! porque hasta yo he padecido ese tipo de violencia toda mi vida y me reconforta saber que ahora las mujeres en mi estado ya pueden defenderse, hay quien las proteja, quien tome en serio sus denuncias.
 
Nunca olvido que hace unos 20 años, el día que me arme de valor  y decidí que necesitaba un abogado para divorciarme, se me ocurrió por aquello de la propaganda que se le hacía a la institución hoy llamada DIF.
 
Ir a esa dependencia en busca de ayuda, que me asesorara un abogado, un abogado que aún trabaja ahí, que cuando lo veo me pregunto ¿cómo es posible que esté trabajando ahí aún? ¿Será que cambio su forma de pensar?
 
Ese abogado me escuchó porque me quería divorciar, me preguntó el nombre de mi esposo, de algunos parientes y los apuntó, y ni bien me había salido de su oficina comenzó a llamarles para decirles lo que yo había hecho y no sólo eso: Me puso ese día ¡una santa regañada! Porque según él “las mujeres que se divorcian sólo es porque quieren andar de putas”.
 
Hoy las cosas han cambiado muchísimo, más mujeres terminan su carrera profesional, algunas instituciones nos ayudan a identificar qué es la violencia y qué debemos hacer.
 
Nuestros propios hijos a veces nos dicen: “Oye madre no le aguantes eso a mi papá”, porque entienden que no fomentamos relaciones sanas a pesar de tener ya años con nuestro marido.
 
Muchos padres ahora apoyan a sus hijas cuando su relación de pareja no funciona o cuando su hija queda embarazada. Antes no era así, te obligaban a permanecer casada o si quedaste embarazada aunque fuera porque te tomaron a la fuerza o haya sido violación, te casaban, todo por aquello que dicen es el honor, la dignidad de la mujer, de la familia.
 
Todo eso me genera alegría, me reconforta saber que ahora podemos vivir en libertad, con dignidad y no sumergidas en tabúes que sólo fomentaban más abuso y degradación, violencia entre nuestro genero, y debemos entonces procurar vivir en armonía, sanamente hasta en forma mental, psicológica, debemos cuidarnos y respetarnos a nosotras mismas, hacer que nos respeten.
 
Este 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, y si bien hay dependencias que se esmeran por prevenir este problema de género, hay otras que no han alcanzado a comprender la importancia de actuar para prevenir la violencia y hasta el feminicidio.
 
Por su  falta de visión y deseos de prevenir situaciones violentas dan pie a que una mujer fallezca a manos de su pareja sexual o sentimental.
 
Concretamente la dependencia que aún no tiene claro la importancia de tan valiosa encomienda es la Procuraduría Estatal de Justicia del Estado de Quintana Roo (PGJE). Cuenta con un Centro de Atención a Víctimas, un hermoso edificio, instalaciones cómodas, psicólogos, abogados, pero todo para que la mayoría de las denuncias terminen en expedientes para archivar.
 
Nada de mandarlos al juzgado penal para que sea un juez quien determine si hay o no delito. De qué sirvió que las y los legisladores reformaran con base en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el artículo 73 BIS, en el que se establece que para los delitos que se persigan por querella y tratándose de los delitos sexuales y de violencia familiar, se prohíbe la conciliación, mediación o negociación, por ser inviables en una relación de sometimiento entre el agresor y la víctima.
 
Habría que ver en qué forma los ministerios públicos menosprecian una demanda interpuesta por una mujer víctima de violencia, y si tomamos en cuenta que los mandos son hombres que le dicen a las mujeres ministerios públicos, con ese lenguaje despreciativo: “No procede; al rato ya estará viviendo nuevamente con el tipo, archívalo”.
 
¿Qué hay de por medio para que hagan este tipo de acciones en perjuicio de la denunciantes que se atrevieron a llegar hasta la procuraduría? Hay… la solidaridad hacia otro hombre, hay una recomendación, el pago de un favor.
 
Saben esos titulares de la PGJE, los ministerios públicos, los judiciales que se hacen “penitentes” cuando tienen que cumplir una orden de aprehensión en contra de un sujeto que cometió violencia contra alguna mujer, cómo se siente un ser humano desprotegido, a merced de su verdugo con esa sensación de que no hay quien la ayude, y que no vale nada porque a nadie le importa.
 
No lo saben porque nadie siente en pellejo ajeno… pero ahí está el resultado de sus acciones de estos servidores públicos, mujeres que se suicidan, que matan a sus parejas, que se vuelven alcohólicas, fanáticas de una religión… porque les han lesionado tanto su autoestima que son personas muertas en vida.
 
De nada sirve que exista el Centro de Atención a Víctimas si las denuncias quedan archivadas. Además una mujer que llega a denunciar debe ser atendida inmediatamente, no hacerla esperar horas en esas filas interminables debido a que –dicen– en la procuraduría no hay suficientes ministerios públicos.
 
Se tiene que tener mucha fortaleza, paciencia para quedarse sentado ahí mínimo una hora esperando que le tomen la denuncia. 
 
Estos servidores públicos de la procuraduría pareciera que no saben que existe la violencia psicológica, verbal.
 
A los funcionarios de la PGJE se les olvida que su encomienda también es prevenir que sucedan los delitos… si hoy una mujer acusó a su pareja porque le pegó o insultó, si lo detienen tal vez logren que en otra ocasión lo piense dos veces antes de pegarle o violentarla hasta llevarla a la muerte, como ha pasado tantas veces, y es por eso que el estado se ubica en los primeros lugares de feminicidio.
 
Se me ocurre que en lugar de ir las víctimas a interponer la demanda ellas solas o con un familiar, mejor primero vayan al Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM) o a la Procuraduría del Menor y la Familia, donde hay abogados que las asesoren o acompañen o se busquen un abogado para que las custodie ante el Ministerio Publico.
 
Ahí está la licenciada Gabriela Rojo, ella es buena para estos casos, porque sólo así hay probabilidades de que prospere su denuncia.
 
Quiero felicitar a Arely Camargo. Nunca me olvido de la gran labor que hizo en la Procuraduría del Menor y la Familia. Ella sí que tiene sensibilidad para tratar los temas que le incumben a esta dependencia; a Rebeca Herreros, a las abogadas y abogados del IQM, a todas esas mujeres que se han atrevido a buscar una vida libre de violencia, y están trabajando para ayudar a quienes padecen este problema social.
 
Quiero recomendar a nuestras diputadas y diputados que no llamen a comparecer al procurador de Justicia del estado, mejor vayan a la PGJE, que les muestren los archivos, las bases de datos, que miren la cantidad de citatorios que no se mandan porque no hay ni gasolina, ni personas que lo puedan hacer, hay que esperar se junten muchos oficios para que valga la pena la vuelta, no hay suficientes peritos.
 
Dicen que por eso los peritajes tardan hasta 20 días o meses en hacerse y para darles el resultado a los ministerios públicos que integran la denuncia tiene que pasar un tiempo similar, bueno claro, esto si no eres recomendado.
 
*Periodista de Quintana Roo.
 
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